"Con esta ANV no se puede ir ni a misa"
La actual Acci¨®n Nacionalista Vasca (ANV) no tiene nada que ver con el partido de izquierda liberal, republicano, laico y autonomista nacido el d¨ªa de San Andr¨¦s de 1930". As¨ª lo afirma Valent¨ªn Solagaistua (Algorta, 1937), que durante casi cinco a?os fue su secretario general. Hoy, este veterano pol¨ªtico vasco se muestra indignado por "la deriva" de los actuales responsables de su antiguo partido, que ¨¦l mismo volvi¨® a legalizar en 1977, a su regreso del exilio.
Como ex militante de ETA, Solagaistua padeci¨® durante cuatro a?os las c¨¢rceles franquistas y tuvo que exiliarse otros ocho en Par¨ªs y en Venezuela. En ese pa¨ªs americano rompi¨® con la organizaci¨®n terrorista y se apunt¨® a ANV, despu¨¦s de contactar con hist¨®ricos dirigentes del partido como Gonzalo Nardiz o Peio Irujo. "A la muerte de Franco quemo las naves y me presento en Euskadi". Participa entonces en alguna reuni¨®n de la llamada Convergencia Democr¨¢tica en casa de Enrique Tierno Galv¨¢n, junto a Jordi Pujol, Julio J¨¢uregui o Roberto Lerchundi. Y se entrevista con Adolfo Su¨¢rez -entonces presidente del Gobierno-, quien le facilita un pasaporte para contactar con ETA en unos encuentros con Jos¨¦ Miguel Be?ar¨¢n, Argala, o Dolores Gonz¨¢lez Catarain, Yoyes, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Tambi¨¦n se entrevista en la c¨¢rcel de C¨®rdoba con Mario Onaindia y Javier Izco.
"Me parece incre¨ªble que haya partidos que colaboren con la actual ANV en ayuntamientos"
"ETA golpear¨¢ de nuevo porque la reuni¨®n entre Zapatero e Ibarretxe les deja fuera de juego"
A?os m¨¢s tarde (1979), tras su incorporaci¨®n a la Mesa de Alsasua junto a Herri Batasuna, su posici¨®n cr¨ªtica respecto a la no participaci¨®n de la izquierda abertzale en las instituciones y, sobre todo, a la violencia etarra le granjea severas cr¨ªticas desde el mundo radical, que llega a expulsarle de ese espacio: "Pas¨¦ miedo y pod¨ªan haberme pegado un tiro". Fiel a los principios fundacionales de ANV, Solagaistua sigui¨® militando en la izquierda vasca y hoy representa como concejal al PSE-EE en la localidad vizca¨ªna de Sopelana. Al igual que centenares de vascos, ¨¦l sigue en el punto de mira de ETA y se ve obligado a desplazarse con dos escoltas: "Que tenga que demostrar a estas alturas que soy vasco no deja de ser una broma de mal gusto y una barbaridad".
Pregunta. Despu¨¦s de asesinar a Isa¨ªas Carrasco en Mondrag¨®n, el atentado de Legutiano, del mi¨¦rcoles pasado, demuestra que ETA recrudece su estrategia violenta y se lanza a la acci¨®n indiscriminada.
Respuesta. Han perdido el rumbo. Es la huida hacia delante y el regreso a los a?os m¨¢s duros del terrorismo etarra. De nuevo est¨¢n dispuestos a matar a ni?os y a mujeres. Los duros, que han recuperado las riendas y la iniciativa en ETA, no parecen contemplar m¨¢s que la locura extremista, como este intento de matanza en Legutiano. Ahora no s¨®lo atacar¨¢n las Casas del Pueblo de los socialistas, tambi¨¦n los batzokis del PNV. De aqu¨ª al d¨ªa 20 intentar¨¢n golpear de nuevo porque saben que la reuni¨®n entre el presidente Zapatero y el lehendakari Ibarretxe les deja fuera de la acci¨®n pol¨ªtica. Mientras tanto, la izquierda abertzale sigue en su cobarde silencio. Ante este nuevo crimen, ?d¨®nde quedan los debates sobre la territorialidad o el tema de Navarra, que tanto les gusta mencionar?
P. ?C¨®mo analiza la reacci¨®n de los responsables de ANV ante el asesinato de Isa¨ªas Carrasco en Mondrag¨®n?
R. Como ex militante de ETA, y tambi¨¦n responsable de crear y construir aquel monstruo -hay que reconocerlo honestamente-, he vivido en sus entra?as y por eso lo conozco bien. Lo de Mondrag¨®n me parece de una debilidad absoluta, porque ejecutar -no dir¨ªa matar- a un trabajador, a un miembro de ese pueblo trabajador vasco que dicen representar, es la mayor contradicci¨®n que puedan expresar en estos momentos. No tiene ning¨²n sentido y mucho menos justificaci¨®n en quienes dicen defender a la clase obrera, dicen ser de izquierdas y marxistas. Es la m¨¢s incre¨ªble aberraci¨®n y el mayor error pol¨ªtico que ha podido cometer ETA.
Y luego tenemos la desgraciada e incre¨ªble escapada que han protagonizado la alcaldesa y los concejales de ANV de Mondrag¨®n. Me parece que es el peor golpe que han podido asestar miembros de ANV a la historia de ese partido. Un partido que legalizamos de nuevo en 1977, despu¨¦s del franquismo, fiel a nuestros principios hist¨®ricos, con sentido democr¨¢tico, aconfesional, pacifista, republicano y liberal. En resumen: todo lo contrario de lo que ha sido ¨²ltimamente ANV. Lo ¨²nico en com¨²n entre la ANV actual y la hist¨®rica o la nuestra son las siglas. Me parece indigno desmarcarse de esa forma. Dir¨ªa hasta cobarde. Sus responsables ten¨ªan que haber dicho: "?Basta!, hasta aqu¨ª hemos llegado, no se puede continuar con esto". Su postura es lamentable, y me parece a¨²n m¨¢s incre¨ªble que haya partidos que colaboren en la gobernabilidad de ayuntamientos con ANV. Con esta ANV no se puede ir ni a misa, que dir¨ªa un cat¨®lico.
P. ?Qu¨¦ se puede decir a esta gente del entorno de Batasuna que utiliza las siglas hist¨®ricas de ANV?
R. Pues que, por favor, dejen ANV, que ha sido un partido democr¨¢tico. Que lo dejen en paz. Que est¨¢n horrorizando a la gente que hemos sido de ANV. A eso no hay derecho. ETA ha querido utilizar a ANV y poner patas arriba un partido; destrozar toda su trayectoria hist¨®rica, toda su ideolog¨ªa; traicionar la lucha de nuestros mayores en favor de la Rep¨²blica, que tuvo incluso un ministro [Tom¨¢s Bilbao] en el Gobierno de Madrid durante la Guerra Civil. Tirar todo eso abajo me parece asombroso y terrible.
P. ?C¨®mo explica que a la muerte de Franco, al inicio de la transici¨®n, ANV entrase en 1978 en esa izquierda abertzale, en esa Herri Batasuna que tampoco condenaba la violencia de ETA y traicionaba incluso sus propios estatutos?
R. Ah¨ª se conjugan varios factores. Primero, que el PNV no quiere nadie a su izquierda en el mundo nacionalista y casi nos echa del gobierno cuando todav¨ªa ¨¦ramos part¨ªcipes en el exilio, y despu¨¦s en el Frente Auton¨®mico. El PNV nos ningunea, nos deja de lado y prefiere otras v¨ªas. Entonces nos vimos abocados a concretar una idea de izquierda vasca, y no s¨®lo abertzale. Nosotros consideramos que exist¨ªan grupos como ESEI [dirigido por Gregorio Monreal] o ESB [resultante de la fusi¨®n de los etarras que siguieron a Txillardegi despu¨¦s de su expulsi¨®n de ETA y los del Movimiento Socialista Vasco], que eran partidos de izquierda, socialdem¨®cratas. En aquellos tiempos se nos critic¨® por blandos y socialdem¨®cratas; yo siempre dec¨ªa: "?Ojal¨¢ la socialdemocracia llegara al Pa¨ªs Vasco y a Espa?a r¨¢pidamente!". Nos obligaron a tomar esa determinaci¨®n. Pero en todo momento, y mientras yo fui secretario general, ANV y sus dirigentes apostaron por la participaci¨®n pol¨ªtica. Fui el ¨²nico diputado foral de la izquierda abertzale que se qued¨® trabajando en las instituciones cuando despu¨¦s de m¨²ltiples presiones y amenazas me expulsaron por querer participar en ellas. ?Qu¨¦ contradicci¨®n! Ahora casi se pegan por estar presentes.
P. ?Qu¨¦ tipo de presiones recibi¨® por parte de Herri Batasuna?
R. Sufr¨ª presiones y amenazas para dejar el Ayuntamiento de Getxo, en el que era teniente de alcalde, y as¨ª lo hice. Pero segu¨ª como ANV en la Diputaci¨®n de Vizcaya, en mi puesto de diputado. Fui el ¨²nico de esa izquierda nacionalista que se mantuvo los cuatros a?os en la instituci¨®n, fiel a lo que pensaban nuestros mayores de que ANV ten¨ªa que participar activamente en la pol¨ªtica, y en ning¨²n momento optar por la violencia o la intimidaci¨®n.
P. Sin embargo, pueden tener cierta responsabilidad, aunque sea por omisi¨®n, por lo que estaba pasando en ese mundo y por su posterior radicalizaci¨®n, pues segu¨ªan vinculados a HB en esa ¨¦poca.
R. Yo, ya no. Lo que ocurre entonces es que ANV, como partido peque?o de la izquierda nacionalista, no fue capaz de superar una serie de acontecimientos por su propia debilidad. Gente de HASI y dem¨¢s radicales entraron a saco y se adue?aron del partido y de sus siglas.
P. ?Y c¨®mo explica que, tras una traves¨ªa del desierto de casi 30 a?os, una ANV casi inexistente, marginada, pueda resurgir de la mano de los radicales y ser candidata de la izquierda abertzale, una vez que Batasuna y sus ac¨®litos se ven ilegalizados?
R. ?sa es la maniobra cl¨¢sica que se da en pol¨ªtica. Si no me dejan con el nombre A, uso el nombre B, y el nombre B tiene un cartel, tiene historia. ANV es la ¨²nica historia que tiene la izquierda nacionalista vasca. Historia real desde el a?o 1930.
P. Sin embargo, a pesar de que ANV conden¨® siempre la violencia, al implicarse despu¨¦s en la llamada izquierda abertzale tambi¨¦n daba su aval a lo que estaba ocurriendo en ese mundo radical. Estamos hablando de muchos muertos.
R. En aquellos tiempos, en las reuniones que se celebraban con HB o con el resto de las fuerzas abertzales, ANV fue la voz cr¨ªtica de esa situaci¨®n mientras yo fui secretario general. ANV apostaba por una rep¨²blica federal y por un Gobierno de izquierdas. La gente no lo sabe, pero nosotros en las primeras elecciones [HB sac¨® m¨¢s de 250.000 votos, un porcentaje alt¨ªsimo] quisimos negociar con el PSOE, pero ni los socialistas vascos ni el resto de los partidos de la izquierda radical abordaron esa posibilidad de pacto electoral. Nosotros quisimos intercambiar la alcald¨ªa de Pamplona, con Patxi Zabaleta de alcalde, por la alcald¨ªa de Barakaldo, que entonces controlaba el PNV. Eran operaciones que planteaba ANV con sentido pol¨ªtico.
P. ?Cu¨¢l puede ser el futuro de esa llamada izquierda abertzale? ?Alg¨²n d¨ªa puede condenar la violencia de ETA?
R. Creo que no. Siempre lo he discutido amigablemente y con aprecio con Patxi Zabaleta o I?aki Aldekoa. Ellos se mantuvieron en HB muchos a?os despu¨¦s de que me echaran, y siempre les dije que, desde dentro, el funcionamiento iba a ser el cojon¨ªmetro. ETA siempre ha utilizado ese m¨¦todo. En una discusi¨®n pol¨ªtica sobre cualquier situaci¨®n ocurre lo que ha pasado en Mondrag¨®n, con Mikel Antza o Josu Ternera, y muchos otros. Al final, dos chavales de 20 a?os sacan la pistola, la ponen encima de la mesa y el "¨¦stos son mis cojones" triunfa siempre en ETA. Y el que no est¨¢ de acuerdo es un traidor o un hijo de puta. Eso se va a mantener as¨ª, y los de Batasuna que piensen que desde dentro lo pueden cambiar est¨¢n totalmente equivocados. Siempre habr¨¢ alguno que creer¨¢ ser m¨¢s listo y tener m¨¢s cojones que el otro. Sacar¨¢ la pistola y ah¨ª se terminar¨¢ la reuni¨®n, aunque est¨¦n presentes responsables m¨¢s pol¨ªticos. Pero en estos momentos, por sus comunicados o escritos, se ve que en ETA no hay gente medianamente pensante. Es la mediocridad y la incultura. Casi el "muera la inteligencia". Nada. Absolutamente cero. S¨®lo el cojon¨ªmetro.
P. ?A usted le sacaron la pistola?
R. S¨ª, s¨ª. Me la sacaron una vez en una reuni¨®n en Bayona, en la que deb¨ªa tomarse la decisi¨®n de matar al boxeador Jos¨¦ Manuel Urtain. Boxeaba en Bayona y hab¨ªa que "ejecutarlo por traidor". "Est¨¢is locos", les dije, y me sacaron la pipa. Lo que pas¨® es que m¨¢s tarde lleg¨® Juan Jos¨¦ Echave [entonces uno de los m¨¢ximos dirigentes de los milis], que tra¨ªa una pistola mayor y la puso encima de la mesa diciendo: "No me toqu¨¦is los cojones, y dejaos de locuras". Ah¨ª acab¨® la historia.
P. ?Qu¨¦ puede hacer ANV a partir de ahora?
R. Reconocer el Estado de derecho y funcionar como partido pol¨ªtico democr¨¢tico de la izquierda nacionalista, que ¨¦se era su papel.
P. Antes tendr¨¢ que desvincularse de ETA.
R. No. Tendr¨¢ que desaparecer ETA, una vez se d¨¦ cuenta de que no tiene ninguna salida, que su debilidad es manifiesta y que no tiene apoyo. Que no hay pueblo trabajador vasco apoy¨¢ndole.
P. Las sucesivas ilegalizaciones o suspensiones de las actividades de distintos grupos del entorno de ETA, as¨ª como las de ANV y del PCTV, han provocado reacciones contradictorias. ?Cree acertadas estas medidas?
R. Ilegaliz¨¢ndoles les ayudas a enrocarse. Como en el ajedrez, se cierran y juegan a la defensiva, y a la hora del sufrimiento y de la resistencia cuentan con gente. Hay que decir la verdad: son militantes de primera divisi¨®n, y hay que reconocer que, aunque sean cuatro gatos, parecen cuatrocientos. Est¨¢n todos los d¨ªas a contracorriente, pero en activo, aunque en realidad demuestren a diario su falta de ideolog¨ªa. Son comunistas primitivos con escasa cultura y sin conocimientos b¨¢sicos.
P. Sin embargo, no solamente siguen teniendo una base de militancia efectiva, sino que tambi¨¦n logran una importante aportaci¨®n econ¨®mica a trav¨¦s del llamado impuesto revolucionario.
R. S¨ª, efectivamente. Pero hoy d¨ªa la sociedad ha cambiado hasta en eso. Antes, excepto muy pocas y honrosas excepciones como la de Juan Alcorta, jam¨¢s hab¨ªamos o¨ªdo a empresarios oponerse directamente al pago del chantaje etarra. Hasta ahora, la mayor¨ªa se callaba y pagaba. Pero hoy empiezan a rebelarse. ?Cu¨¢l ha sido el verdadero motivo para desalojar al hasta ahora secretario general de los empresarios guipuzcoanos? Exist¨ªa un espeso e inquietante silencio respecto al impuesto de ETA. Pero, por fin, muchos han llegado a quejarse de esta situaci¨®n de chantaje permanente, a oponerse abiertamente dentro de la patronal, y eso ha provocado la ruptura. Es evidente y clar¨ªsimo. No s¨¦ cu¨¢nto han pagado algunas empresas importantes vascas, pero seguro que han pagado. Los pagos se han recortado, y ahora ETA y su entorno perciben menos cantidades. Con lo que cobran de sus concejales y parlamentarios, ese mundo no puede mantener una organizaci¨®n como ETA. Necesita la aportaci¨®n que todav¨ªa muchos empresarios se ven obligados a pagar. Pero tambi¨¦n es verdad que reciben menos que antes y necesitan por ello chantajear a m¨¢s sectores de la sociedad, aun pidiendo menores cantidades. -
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