Los socialistas apuestan por dirimir en las urnas el ¨®rdago de Ibarretxe

Salvo que el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe cambie de postulados a ¨²ltima hora, la entrevista que este martes celebrar¨¢ en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ser¨¢, m¨¢s que un di¨¢logo institucional para abordar los problemas de Euskadi, el inicio de una larga precampa?a electoral. Unos comicios -no se sabe a¨²n si para el oto?o o la pr¨®xima primavera- en los que los vascos decidir¨¢n en las urnas por qu¨¦ proyecto apuestan.

Nunca, desde la coyuntura excepcional de la escisi¨®n del PNV en 1986, el Partido Socialista de Euskadi (PSE) se ha visto en la posibilidad de ganar unas elecciones vascas. El PSE apostar¨¢ a fondo por hacerlo real. Cuenta con el apoyo de Zapatero, que combinar¨¢ su respeto institucional al lehendakari con un decidido apoyo a Patxi L¨®pez, m¨¢s a¨²n tras la decisi¨®n de Ibarretxe, secundado por el PNV, de seguir adelante con su plan soberanista.

El PSE sabe tambi¨¦n que, aun si gana, tendr¨¢ muchos obst¨¢culos para formar Gobierno. El PNV ha decidido no respaldar un Gobierno que presida el PSE.

- Las posibilidades del PSE. Los socialistas estiman que en Euskadi hay una corriente de fondo de cambio, manifestada persistentemente en las tres ¨²ltimas elecciones: las auton¨®micas de 2005, las municipales de 2007 y las generales de 2008. En las primeras, Ibarretxe perdi¨® 140.000 votos y cuatro esca?os, y el PSE subi¨® de 13 a 18. En las segundas, el PSE logr¨® gobernar en siete de las 10 primeras ciudades vascas y en dos de las tres capitales. Y en la tercera convocatoria, la de las generales del pasado 9 de marzo, sac¨® 11 puntos al PNV; los socialistas obtuvieron 423.000 votos, 22.000 m¨¢s que los sumados por los tres partidos del Gobierno vasco (PNV, EA y EB). Lo que se tradujo en que 9 de los 18 diputados y 9 de los 12 senadores son socialistas. El PSE atribuye esta corriente de cambio al hartazgo de parte importante de los vascos por tantos a?os de gobiernos nacionalistas, aumentado por la obsesi¨®n de Ibarretxe por su plan soberanista. Un sondeo reciente le da una ca¨ªda de popularidad de siete puntos en un a?o.

- El papel de Zapatero. Zapatero ha roto con el esquema que funcion¨® en la etapa de Felipe Gonz¨¢lez: apoyo de los socialistas en Euskadi y Catalu?a a los gobiernos nacionalistas y contraprestaci¨®n de CiU y PNV al Ejecutivo del PSOE en Madrid.

Zapatero apuesta decididamente por el cambio. Lo dej¨® muy claro con su inequ¨ªvoco respaldo a Patxi L¨®pez en el mitin de Barakaldo (Vizcaya) el 11 de mayo, en el que le present¨® como "lo nuevo" y "la convivencia" frente a "lo viejo" y "la aventura" que encarnaba Ibarretxe. Su estrategia consiste en separar su relaci¨®n institucional con el lehendakari de su apoyo a L¨®pez para sustituirle. Lo reflejar¨¢ en la entrevista del martes. Como lo hizo en su encuentro, hace diez d¨ªas en La Moncloa, con el presidente del PNV, ??igo Urkullu. Esa cita le sirvi¨® para confirmar que este partido sigue al lehendakari en sus planes soberanistas. Zapatero tiene especial inter¨¦s en que los planes de Ibarretxe y la precampa?a no enturbien, a¨²n m¨¢s, la lucha del Gobierno vasco contra ETA.

- La estrategia del PSE. La gran apuesta del PSE es ocupar la centralidad que en otro tiempo ocup¨® el PNV en Euskadi. Frente al plan de Ibarretxe y la aventura pol¨ªtica de confrontaci¨®n que conlleva, los socialistas tratan de presentarse como el partido de "la convivencia y el acuerdo entre diferentes", lo que se traduce en evitar el enfrentamiento con el nacionalismo. Los socialistas han aprendido de la historia y tratar¨¢n de no cometer errores como el de las elecciones vascas de 2001: la formaci¨®n de un frente no nacionalista -junto al PP- contra el nacionalista dio la victoria a Ibarretxe, que logr¨® una amplia movilizaci¨®n apelando al victimismo.

El PSE tomar¨¢ varias iniciativas para arropar a su candidato, Patxi L¨®pez, como la formaci¨®n de un grupo de personalidades de los ¨¢mbitos econ¨®micos y culturales vascos para defender una "alternativa de progreso" frente a Ibarretxe. En ese empe?o jugar¨¢ su papel la ministra de Ciencia e Innovaci¨®n, la donostiarra Cristina Garmendia, que, pese a su independencia, se ha comprometido a jugar fuerte en el apoyo electoral a L¨®pez.

En ese mismo objetivo trabajar¨¢ el potente grupo de los socialistas vascos dentro del grupo parlamentario en Madrid. El diputado por Guip¨²zcoa Miguel Buen est¨¢ encargado de coordinar dos cosas: por una parte, la b¨²squeda de compromisos con sectores sociales y econ¨®micos; por otra, que sean los socialistas vascos los que visualicen parte del m¨¦rito cuando el Gobierno central realice mejoras o inversiones en el Pa¨ªs Vasco. Contar¨¢ con el respaldo del secretario general del Grupo Socialista, Ram¨®n J¨¢uregui, diputado por ?lava, y el presidente del Senado, el alav¨¦s Javier Rojo.

- La dificultad de formar Gobierno. El PSE no s¨®lo tiene que ganar las elecciones, que no es f¨¢cil. Igual de complicado ser¨ªa formar Gobierno en Euskadi. Lo comprob¨® en 1986, cuando gan¨® las elecciones -obtuvo dos esca?os m¨¢s que el PNV, pero menos votos- y a los cuatro meses su candidato, Txiki Benegas, tuvo que tirar la toalla porque no logr¨® conformar una mayor¨ªa.

El PSE sabe que no contar¨¢ con el PNV, que ha decidido que, de no ganar las elecciones, no respaldar¨¢ un gobierno presidido por los socialistas. A d¨ªa de hoy, la alternativa que el PSE tiene para gobernar es contar con alg¨²n apoyo del PP. Un PP vasco con los postulados de la actual presidenta, Mar¨ªa San Gil, har¨ªa imposible el acuerdo.