Barandiaran y Ozaeta, el moderado y la comisaria

Jos¨¦ Antonio Barandiaran y Ainhoa Ozaeta son complementarios y antag¨®nicos. La simbiosis que ha producido resultados m¨¢gicos en la izquierda abertzale como f¨®rmula electoral. ?l, la marca blanca; ella, la l¨ªnea dura. ?l, la imagen razonable y legal; ella, la comisaria pol¨ªtica radical. Por eso la detenci¨®n de ambos en Burdeos ha sido una sorpresa en el caso de ¨¦l, pero previsible en el de ella.

Barandiaran y Ozaeta son tambi¨¦n un n¨ªtido reflejo del cambio generacional que se dio en la izquierda abertzale en 2001, en el congreso de la refundaci¨®n de Euskal Herritarrok en Batasuna, celebrado en Pamplona tras la ruptura de la tregua de Lizarra. All¨ª se consum¨® el sometimiento de los hist¨®ricos, procedentes del antifranquismo y partidarios ya de consolidar la tregua, a la nueva generaci¨®n que creci¨® practicando la estrategia de desestabilizaci¨®n con la lucha callejera, y la rompi¨®.

La detenci¨®n del alcalde ha sido una sorpresa para todo el pueblo

Ozaeta era la jefa; llevaba el control y daba las consignas y las instrucciones

Jos¨¦ Antonio Barandiaran (Andoain, 1953) ha sido la sorpresa en su pueblo. Aunque conocieran su vinculaci¨®n abertzale desde la transici¨®n, ni sus adversarios supon¨ªan en ¨¦l un grado de implicaci¨®n directa con la c¨²pula de ETA. "Sabes que no le gusta lo que est¨¢ pasando [la ruptura de la tregua] y resulta que le detienen con el jefe militar", asegura un ex edil nacionalista que se confiesa "alucinado" y prefiere no contribuir con su testimonio a definir su perfil mientras no se conozca el alcance de las imputaciones del juez, "no vaya a ser que las matara callando".

Una sorpresa, realmente. A pesar de su vieja vinculaci¨®n abertzale como militante de HASI, partido del que fue expulsado en 1987 junto a Txomin Ziluaga y a un centenar de militantes purgados por ETA al sugerir un "repliegue t¨¢ctico" de la lucha armada. Fue en esos a?os ochenta concejal de Herri Batasuna y trabajaba como delineante en una calderer¨ªa que cerr¨®. Mont¨® con otros socios la comercializadora de embutidos Ormaki. Casado con una pediatra, vive en Andoain en la villa familiar de su mujer.

Reapareci¨® como cabeza de cartel de Euskal Herritarrok, la marca blanca de HB, y su perfil moderado y razonable le encumbr¨® a la alcald¨ªa en 1999. "Era conocido. Se llevaba bien con la gente. No alardeaba de sus ideas y no era agresivo, sino una persona bien vista en el pueblo", asegura un ex concejal de su ¨¦poca. All¨ª fue el contrapunto de Ainhoa Ozaeta, su radical teniente alcalde. Ante los dos asesinatos que ETA cometi¨® en Andoain durante su mandato y los numerosos ataques contra ediles del PSE y PP, Barandiaran enviaba siempre un emisario a los afectados para expresar que lo lamentaba y no estaba de acuerdo. La cara amable. Tambi¨¦n neutraliz¨® las tensiones que surgieron con la presencia en los plenos de los escoltas de ediles amenazados poniendo municipales. "Era mesurado desde el principio", recuerdan. "Como alcalde, procuraba mantener la distancia con Ainhoa Ozaeta y diferenciar los papeles".

Tambi¨¦n se mostraba partidario del alto al fuego -"?Por qu¨¦ no iba a estar defendiendo la tregua ante la c¨²pula de ETA?", se preguntaba ayer un ex concejal resistente a admitir su presunta culpabilidad-, de ah¨ª que nada indicara que pod¨ªa acabar siendo sorprendido con los dirigentes etarras que la rompieron. Sin embargo, a pesar de ese perfil moderado, su vinculaci¨®n con la izquierda abertzale ha sido estrech¨ªsima desde la transici¨®n. En 2007 tambi¨¦n encabez¨® la lista municipal Sozialista Abertzaleak, que fue ilegalizada.

Su forma de gobernar el consistorio queda definida por la inhabilitaci¨®n a la que ha sido recientemente condenado por prevaricaci¨®n, al haber comprado con fondos p¨²blicos un ordenador para un preso etarra. "Fue un gestor nulo", afirman ediles de su ¨¦poca. Recuerdan que el paso de Barandiaran y Ozaeta por el consistorio de Andoain se orient¨® m¨¢s a "pensar en la liberaci¨®n de Euskal Herria" que a los intereses del pueblo. "Ni gesti¨®n, ni actividad pol¨ªtica de los ciudadanos, ni desarrollo de Andoain; en lo urban¨ªstico se limitaron a cumplir lo que estaba perfilado antes", recuerdan.

De los asuntos relacionados con la "liberaci¨®n" de su pueblo se encargaba Ainhoa Ozaeta, utilizando para ello el poder de la instituci¨®n municipal. La teniente alcalde, nacida en Andoain hace 34 a?os en el seno de una familia nacionalista no significada en el antifranquismo, ten¨ªa el papel de comisaria pol¨ªtica, seg¨²n numerosos testimonios.

"Al intervenir era dura, clara y concreta", recuerda un ex edil. "Era muy agresiva, muy fr¨ªa, con la mirada sin fondo, de esas que te dan miedo", a?ade otro concejal. "Estaba claro desde el principio que estaba implicada; que era ella la que daba las consignas", apunta un tercero. "Era la jefa. Llevaba el tema pol¨ªtico, pasaba de la gesti¨®n y llevaba el control y la fiscalizaci¨®n de todos los suyos". Todav¨ªa se recuerda c¨®mo dio las instrucciones, sin el m¨ªnimo disimulo, en el sal¨®n de plenos de Lasarte a los concejales de EH de no condenar el asesinato del edil socialista Froil¨¢n Elespe.

Siendo teniente alcalde en Andoain, Ozaeta entr¨® en la mesa nacional de Batasuna, en el congreso de 2001, como coordinadora de Guip¨²zcoa. Y se larg¨®. La primera edil del consistorio desapareci¨® huyendo de la polic¨ªa. Oficialmente hab¨ªa ido a Irlanda a aprender ingl¨¦s. Incluso se vieron fotos de ella con su familia en Londres. Pero, oficiosamente, en el pueblo ya se sospechaba que hab¨ªa huido a Francia. Se dijo entonces que hab¨ªa ido a reforzar la organizaci¨®n de Batasuna, para cuya implantaci¨®n en el sur de Francia, previendo la ilegalizaci¨®n que lleg¨® despu¨¦s, trabajaba Egoitz Urrutikoetxea, hijo del entonces n¨²mero uno de ETA, Josu Ternera, tambi¨¦n en la mesa nacional desde el 2001.

Imputada tambi¨¦n por Garz¨®n en la trama financiera de la izquierda abertzale, Ozaeta trataba ahora de relanzar Batasuna desde la oficina pol¨ªtica de ETA. Su pen¨²ltima imagen fue tras la capucha, anunciando la tregua que ella contribuy¨® a romper.