"El domingo este barrio se transforma en 'after-hours"

Paco, su mujer y sus dos hijos viven rodeados por cuatro terrazas, varios bares y dos plazas donde el botell¨®n ha conseguido perpetuarse. Y eso, dicen, no es lo que hab¨ªa cuando hace 14 a?os decidieron mudarse a la Latina en busca de ese sabor de barrio de toda la vida que todav¨ªa ten¨ªa. Hoy Paco, realizador de televisi¨®n, tiene que encerrarse en casa con su familia detr¨¢s de un cristal doble, poner el aire acondicionado en verano y subir la m¨²sica.

Desde hace unos cinco a?os, el barrio se ha convertido en una de las principales zonas de bares de Madrid. Su m¨¢ximo apogeo se produce los domingos, cuando miles de madrile?os se desplazan a comenzar el d¨ªa tomando unas cervezas o a prolongar la noche anterior con unas copas.

"Esto est¨¢ peor que nunca. Por la ma?ana empiezan a sonar los tambores. Empieza a llegar gente. Se llena la plaza. Empieza a oler todo a meado y a vomitado. Los coches est¨¢n en doble y triple fila. Y cuando la polic¨ªa quiere hacer algo, ya no puede", explica Paco en su casa, una noche que llueve y que, a pesar del murmullo incesante que viene de la calle, dice, es un d¨ªa "tranquilo".

Al ruido y a la suciedad, se suman los problemas de aparcamiento y el doble rasero de la polic¨ªa para solucionarlos. "S¨®lo puedes coger el coche si sabes que llegar¨¢s tarde. Si no, no aparcas o lo haces en el Calder¨®n", explica. "Cuando llegas de viaje y dejas el coche en doble fila para descargar bultos, en un minuto te ponen una multa. Cuando lo hacen los aparcacoches de la zona o la gente que aparca los domingos encima de la acera, no pasa nada".