Llega 'el hombre nueve'

En el principio fue el verbo, o sea, Jesse Owens, quien, hizo justo ayer 73 a?os, en su d¨ªa divino de Ann Arbour (Michigan), se convirti¨® en el primer hombre que saltaba m¨¢s de 8 metros (8,13 metros, exactamente). Despu¨¦s ocurri¨® el espejismo, o sea, el rel¨¢mpago Bob Beamon, quien, hace 40 a?os, vol¨® 8,90 metros, beneficiado por la altura del estadio ol¨ªmpico de M¨¦xico. Tard¨® en llegar el tercer hombre 23 a?os; apareci¨® en 1991, una tarde tormentosa de agosto en Tokio: se llamaba Mike Powell, quien como los otros dos, como Owens y Beamon, era un negro estadounidense y llev¨® la longitud hasta la frontera de los 9 metros (8,95). Y desde entonces, desde hace 17 a?os, la longitud espera la llegada del cuarto hombre, del hombre nueve. Hace nada, un suspiro, todos pensaron que el mes¨ªas hab¨ªa llegado de Cuba y que se llamaba Iv¨¢n Pedroso, quien fue capaz de saltar 8,71 metros con 22 a?os apenas cumplidos. Pero desde el s¨¢bado pasado, desde una pl¨¢cida tarde holandesa, la unanimidad absoluta: el hombre nueve naci¨® hace 25 a?os en Col¨®n (Panam¨¢) y se llama Irving Saladino.

Su salto en Hengelo, el salto de 8,73 metros que gener¨® el convencimiento, lleg¨®, como todos los grandes saltos en la historia de la longitud -como los vuelos de Owens, Beamon, Powell y hasta el del espa?ol Yago Lamela, 8,56 metros en 1999-, de forma absolutamente inesperada. La anterior mejor marca de Saladino, la que le vali¨® el campeonato del mundo en Osaka el verano pasado, era de 8,57 metros, 16 cent¨ªmetros inferior. "Y yo no pensaba saltar m¨¢s all¨¢ de los 8,50", dijo Saladino, el primer sorprendido de un salto con el que experiment¨® emociones nuevas en el aire. Hac¨ªa 14 a?os, desde los 8,74 del norteamericano Eric Walder en la altura de El Paso, que nadie saltaba tanto.

"Y eso no es nada", cuenta Juan Carlos ?lvarez, un t¨¦cnico espa?ol que mantiene una estrecha relaci¨®n con el brasile?o Nelio Moura, el entrenador de Saladino, con quien debate de tanto en tanto sobre la metodolog¨ªa del salto. "Irving est¨¢ para batir el r¨¦cord del mundo. Y puede que lo consiga antes de los Juegos de Pek¨ªn. De hecho, en Hengelo, hizo con mucho viento un nulo largu¨ªsimo, de m¨¢s de nueve metros".

Nueve metros. La ¨²ltima frontera. "Sin duda. Saladino puede ser el hombre nueve que tanto tiempo llevamos esperando", a?ade ?lvarez. "Y para ello est¨¢ trabajando, puliendo desde hace tiempo peque?os detalles, porque da la sensaci¨®n de que, dada la calidad de su batida, no tiene l¨ªmites".

Saladino mide 1,83 metros y pesa s¨®lo 70 kilos, delgadez enga?osa, ya que le permite poseer una gran fuerza relativa al peso y convierte el salto en una experiencia casi sensorial, de f¨ªsica de fluidos. Es, como Pedroso, el atleta de la gran batida, de la transformaci¨®n de la velocidad horizontal en velocidad de despegue y del defectuoso aterrizaje. "Vuela tanto que la rotaci¨®n en el aire necesaria para aterrizar le genera dificultades. De hecho, ha sido capaz de saltar 8,40 metros y caer de pie. Por eso se lesion¨® en febrero en Atenas", dice ?lvarez. "As¨ª que, como a todos los grandes, se le queda corta la t¨¦cnica de vuelo para su velocidad. Tiene que encontrar la t¨¦cnica adecuada y habla de pasarse al tres y medio, ¨¦l, que hace un dos y medio peculiar, cerrado, mezclado un poco con extensi¨®n que llamamos uno y medio, en el que parece que no hay paso de vallas en el aire".