El fruct¨ªfero compromiso de La Paya
La profesora Alicia Alonso, premiada por 20 a?os dedicados a los ni?os gitanos
"Alicia, quiero galletas". "Alicia, que no me dan el bal¨®n". "Alicia, que quiero salir en la foto". Es salir de su despacho al patio del cuidado colegio de Infantil y Primaria Mar¨ªa de la O y los peque?os se le echan encima, tratando de ganarse su favor poniendo caritas y escrut¨¢ndola con sus grandes y vivos ojos negros. Alicia es Alicia Alonso, o La Paya, como es m¨¢s conocida esta profesora en el barrio chabolista de Los Asperones (M¨¢laga), uno de los rotos sociales que a¨²n quedan en Andaluc¨ªa y que las distintas administraciones no han sabido o querido remendar.
"En la hora del recreo les repartimos yogur y fruta"
"Mis antiguos alumnos traen a sus ni?os hechos una moner¨ªa"
Esta menuda mujer de voz grave y sonrisa generosa ha invertido los ¨²ltimos 20 a?os de su vida profesional y personal en tratar de acortar las distancias que separan el aislado mundo de Los Asperones del resto de la sociedad aplicando una f¨®rmula basada en tres componentes: la formaci¨®n, el di¨¢logo y la convivencia. Dos d¨¦cadas cambiando realidades que le han valido el reconocimiento a trav¨¦s del Premio al M¨¦rito Educativo que concede la Junta y que Alonso recibi¨® la pasada semana junto con otros siete galardonados malague?os.
Pero eso fue la semana pasada y ayer comenzaba una nueva semana lectiva en el Mar¨ªa de la O, donde est¨¢n escolarizados 114 ni?os de Infantil y Primaria, todos de etnia gitana. Nada m¨¢s tocar la sirena, el comedor del colegio bulle. Es la primera clase del d¨ªa y quiz¨¢ una de las m¨¢s importantes: el desayuno. "Aqu¨ª damos de desayunar a los ni?os y muchos se quedan a comer. En la hora del recreo les repartimos yogur y fruta para que se vayan acostumbrando a incluirla en su dieta", relata Alonso, que anda preocupada porque el centro est¨¢ sin conserje porque ¨¦ste anda de baja a causa de un accidente de moto.
"Nada m¨¢s desayunar, comenzamos las clases con las asignaturas m¨¢s fuertes, porque despu¨¦s se empiezan a poner nerviosos y ya es imposible", a?ade Alonso, que recuerda c¨®mo en los primeros tiempos en el colegio la indisciplina era la norma. Ahora, cuando ya ha formado a tres generaciones de vecinos de Los Asperones, Alonso asegura que la cosa va a mejor, pero sin alharacas. "Aqu¨ª se ense?a de otra forma. Son ni?os que viven en unas condiciones extremas, que vienen de familias desestructuradas por la droga o la c¨¢rcel y no se les puede exigir lo mismo que a otros", resalta. Adaptaciones curriculares al margen, a la directora del Mar¨ªa de la O le reconforta que apenas cuenta con absentistas entre sus alumnos, todo un logro en un barrio donde ir al colegio estaba mal visto no hace mucho.
"Aqu¨ª lo principal es conseguir su alfabetizaci¨®n. Eso ya es mucho. Si adem¨¢s conseguimos facilitar su adaptaci¨®n e integraci¨®n social, pues mejor", se?ala. "Piensa que son muy pocos los que llegan a terminar la Secundaria. Aunque las cosas han cambiado algo culturalmente, todav¨ªa no ha pasado el tiempo suficiente. Est¨¢n esperando a cumplir los 16 a?os para ponerse a trabajar o casarse. No tienen referentes en este aspecto en sus casas...", explica Alonso.
"Los Asperones enganchan", prosigue, "ya tenemos una plantilla de profesores voluntarios consolidada y eso ayuda a progresar. No me quiero ir de Los Asperones porque es ahora cuando se est¨¢n viendo los frutos de todos estos a?os de esfuerzo, como el que algunos ni?os se queden a leer en la biblioteca a la hora del recreo. S¨ª, hemos invertido mucho esfuerzo para conseguir peque?os logros que para m¨ª son enormes. Mis antiguos alumnos eran muy absentistas y poco interesados, pero ahora traen a sus ni?os tan limpios, tan bonitos, hechos una moner¨ªa. Se preocupan de que no falten; les llamas a una reuni¨®n y vienen. Eso es un cambio", concluye.
"Cumplir¨¦ aqu¨ª los 25 a?os"
Alicia Alonso se muestra algo esc¨¦ptica con el plan de desmantelamiento y rehabilitaci¨®n de la barriada de Los Asperones que acordaron en su d¨ªa la Junta y el Ayuntamiento de M¨¢laga, pero que a¨²n no ha dado fruto alguno. "Aqu¨ª no se ha movido nada desde que hace tres a?os comenzaron a hablar de ello. Bueno s¨ª, han remozado algunas calles y han puesto farolas...", dice Alonso.
Tras 20 a?os de espera, las 231 familias vecinas de Los Asperones, una barriada que surgi¨® para dar respuesta a las necesidades de alojamiento de varios asentamientos chabolistas, no conf¨ªan demasiado en que esta nueva iniciativa de las administraciones acabe dando los frutos esperados. Lo mismo que cree Alonso, que recurre a su experiencia entre los vecinos para argumentar las razones que le llevan a dudar de la efectividad de este plan.
"La mayor¨ªa no quiere irse de aqu¨ª y para todos no va a haber nuevas viviendas protegidas en el barrio. Saldr¨¢ de aqu¨ª quien tenga asegurado un m¨ªnimo de ingresos al mes que le permita afrontar los gastos de una casa, cosa que aqu¨ª no est¨¢n acostumbrados a asumir... Para ello tendr¨¢n que formarlos y ofrecerles un empleo, porque si no dime t¨² c¨®mo van a vivir. Cumplir¨¦ aqu¨ª los 25 a?os", se?ala Alonso, quien reta a volver a visitarla dentro de cinco a?os para comprobar si su escepticismo est¨¢ o no fundado.
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