Un tratado casi perfecto
El acuerdo internacional que veta las bombas de racimo contiene algunas excepciones y permitir¨¢ la cooperaci¨®n militar con pa¨ªses no firmantes
El acuerdo alcanzado entre delegaciones de m¨¢s de cien pa¨ªses sobre un borrador de tratado para la prohibici¨®n del uso, producci¨®n y almacenamiento de las bombas de racimo fue saludado ayer con satisfacci¨®n por canciller¨ªas y ONG de medio mundo. Estas ¨²ltimas han calificado casi un¨¢nimemente de "fuerte" e "hist¨®rico" el borrador consensuado la noche del mi¨¦rcoles en Dubl¨ªn y consideran marginales las cesiones respecto a sus peticiones. Con el acuerdo todav¨ªa caliente, ayer se abri¨® el debate entre los analistas sobre la dimensi¨®n real de los "agujeros".
"Creo que se trata de un acuerdo fuerte", comenta en conversaci¨®n telef¨®nica desde Washington Wade Boese, director de investigaci¨®n de Arms Control Association, un influyente centro de estudios independiente. "Es verdad que el veto tiene una excepci¨®n. Pero se trata de algo muy estricto, definido por cuatro o cinco criterios muy exigentes", dice.
EE UU "comparte las preocupaciones humanitarias", pero no firmar¨¢ el texto
El texto pactado deja fuera de la prohibici¨®n bombas de racimo superinteligentes, que contengan menos de 10 submuniciones -hay modelos en el mercado que llevan m¨¢s de 600-, que se autodesactiven si alcanzan el suelo sin explotar y que satisfagan otras condiciones. Estos criterios permitir¨¢n el uso del modelo Smart 155, armas de fabricaci¨®n alemana que contienen dos submuniciones. Pero son m¨¢s estrictos que los que en Dubl¨ªn hab¨ªan propuesto varios pa¨ªses, incluida Espa?a. Los modelos fabricados por empresas espa?olas se convertir¨¢n en ilegales bajo la vigencia del tratado, que se firmar¨¢ en diciembre, y entrar¨¢ en vigor seis meses despu¨¦s de que lo hayan ratificado al menos 30 pa¨ªses.
"La otra gran cuesti¨®n era la cooperaci¨®n militar con pa¨ªses que no firman", dice Boese. "Se ha cedido algo en eso. Pero se trata de una cesi¨®n inteligente, que permitir¨¢ que muchos m¨¢s pa¨ªses adopten el tratado. Pienso sobre todo en los europeos y en los de la OTAN. No es lo mismo 50 firmantes que 150, y con los europeos. Eso dar¨¢ peso al tratado, cuyo mensaje es fuerte".
Algunos analistas otorgaron mayor importancia a los agujeros, y subrayaron la ausencia de los grandes productores, entre ellos EE UU y Rusia. Un portavoz de la Administraci¨®n de Bush declar¨® que la Casa Blanca "comparte las preocupaciones humanitarias de los pa¨ªses reunidos en Dubl¨ªn", pero permanece contraria al borrador pactado. "Las bombas de racimo han demostrado su utilidad militar. Su eliminaci¨®n pondr¨ªa en riesgo la vida de nuestros soldados", dijo.
En abstracto, los pa¨ªses firmantes podr¨ªan decidir desarrollar o comprar bombas de racimo con los criterios permitidos, o cooperar en acciones con otros pa¨ªses que las utilicen. En la pr¨¢ctica, el compromiso pol¨ªtico y moral asumido en Dubl¨ªn, seg¨²n la mayor¨ªa de los observadores, har¨¢ de las bombas de racimo un arma estigmatizada, como ocurri¨® con las minas antipersona.
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