Una soledad metaf¨ªsica
Biograf¨ªa. Aunque la poes¨ªa de Luis Cernuda (1902-1963) no hizo sino crecer en calidad y hondura durante su exilio, los mimbres de su formaci¨®n est¨¦tica y humana corresponden a los a?os anteriores a su salida de Espa?a en 1938. A ellos dedica Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963) el libro con el que obtuvo el Premio Comillas, primero de los dos vol¨²menes que constituir¨¢n la biograf¨ªa cernudiana: una tarea central, si se acepta que La realidad y el deseo, como Octavio Paz dej¨® dicho, es "una biograf¨ªa espiritual, sucesi¨®n de momentos vividos y reflexi¨®n sobre esas experiencias vitales. De ah¨ª su car¨¢cter moral". Adem¨¢s de referir ordenadamente lo ya conocido, Rivero Taravillo se demora en aspectos que hab¨ªan pasado inadvertidos, deshace entuertos que la pereza ha dejado consolidar, propone hip¨®tesis razonables cuando no puede formular afirmaciones tajantes y alumbra rincones penumbrosos de una vida. Sobre el maremagno de avatares existenciales, emerge como un islote la soledad metaf¨ªsica del poeta: alguien que se dol¨ªa a s¨ª mismo, homosexual, acicalado siempre, t¨ªmido y altivo, tornadizo, sincero hasta el desabrimiento, desde?oso, de una tristeza inherente e insobornablemente fiel a su destino. Tan peculiar car¨¢cter aclara los conflictos en sus relaciones personales. Salinas, su antiguo profesor y primer promotor po¨¦tico, recibe sus dardos, al igual que Guill¨¦n, representantes ambos de una vida profesionalmente estable y familiarmente venturosa, seg¨²n el canon burgu¨¦s que Cernuda repudiaba. Su desencuentro con el ¨²ltimo se debe, adem¨¢s, a la fr¨ªa recepci¨®n de Perfil del aire (1927), en cuyas d¨¦cimas muchos vieron la mimetizaci¨®n de Guill¨¦n (pese a que su C¨¢ntico aparecer¨ªa un a?o m¨¢s tarde). La amargura que ello le provoc¨® asoma recrecida, ya al borde de la muerte, en Desolaci¨®n de la Quimera. Pero la vuelta al estrofismo, y en general el neoclasicismo de su poes¨ªa presurrealista, planteaban cuestiones de mayor calado. En 1927, Benjam¨ªn Jarn¨¦s hab¨ªa tachado de derrota ese regreso a los moldes estr¨®ficos: "Se vuelve a la jaula cuando no se sabe qu¨¦ hacer con las alas". La pol¨¦mica subsiguiente s¨®lo de lejos salpic¨® a Cernuda, pero agudiz¨® el dolor de la incomprensi¨®n y su dificultad en el trato con sus compa?eros de letras. Y es que el suspicaz Cernuda juanramoneaba a menudo con sus dengues y pejigueras, cuando no con terribles insultos (d¨ªgalo, si no, D¨¢maso Alonso). Azor¨ªn, Valle-Incl¨¢n y Baroja son despachados como parte de la "podrida literatura espa?ola". Gerardo Diego soport¨®, en la elaboraci¨®n de su Antolog¨ªa de 1932, instrucciones cambiantes a cada paso, aunque finalmente Cernuda firm¨® su consentimiento con esta reserva, ella misma antol¨®gica: "
Luis Cernuda. A?os espa?oles (1902-1938)
Antonio Rivero Taravillo
Tusquets. Barcelona, 2008
456 p¨¢ginas. 25 euros
... puede dar lo que quiera pero haciendo al pie de la p¨¢gina la indicaci¨®n de que se incluyen contra la voluntad expresa del autor que no las reconoce como suyas".
Por estas p¨¢ginas van pasando las estampas de una infancia problem¨¢tica, una familia desafecta, el lectorado en Toulouse, su descontento con el mundo, la zozobra ante la guerra. Uno de los cap¨ªtulos m¨¢s iluminadores es el dedicado a su participaci¨®n en las Misiones Pedag¨®gicas, a las que se incorpora en octubre de 1931 y donde el ensimismado poeta rompe su aislamiento como misionero de una causa noble. Estamos, en fin, ante un oportuno complemento a la obra creativa de Cernuda. Para el caso de una reedici¨®n, convendr¨ªa que el autor valorara la pertinencia de enfriar una fruici¨®n estil¨ªstica muy marcada y neutralizar algunas derivas impresionistas, y que enmendara ocasionales yerros (fecha de edici¨®n de Niebla, t¨ªtulo del primer libro de D¨¢maso Alonso una de las dos veces que aparece, o alg¨²n nombre que ha sufrido sorprendente transformaci¨®n, como el de Chateaubriand). "La poes¨ªa est¨¢ en lo que no es. En lo que nos falta", escribi¨® su casi coet¨¢neo Pierre Reverdy, una de sus fuentes literarias. Es dif¨ªcil precisar mejor la distancia entre realidad y deseo, los dos polos que explican la obra de Cernuda y cuya correspondencia biogr¨¢fica ha quedado admirablemente fijada aqu¨ª. -
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