La primera dama
Beatriz Ferrer-Salat, la ¨²nica espa?ola ol¨ªmpica en h¨ªpica, afronta sus cuartos Juegos
Las instrucciones de la m¨¢quina que se esconde en mitad de la cuadra resumen un mundo dise?ado para el triunfo. "Seca, fomenta la salud y la disponibilidad al rendimiento. Refuerza el sistema inmunol¨®gico". Se sonr¨ªe Beatriz Ferrer-Salat (Barcelona, 42 a?os), doble medallista ol¨ªmpica y se lanza a explicar el funcionamiento del solarium y de la cromoterapia, tecnolog¨ªa al servicio de sus caballos castrados. El gesto, sonrisa franca en piel morena, sorprende. Con los pies en el suelo, la campeona desgrana sus seis horas de entrenamiento diario, habla de caballos "calientes" que son "como bombas a punto de explotar", de herreros que son orfebres, y del cuidado psicol¨®gico de su montura. Trabajando, calla. Talonea y golpea secamente con su fusta mientras se ejercita con su caballo frente a un espejo tan ancho como el picadero. Es un baile de precisi¨®n. La danza de la dama de hierro, la ¨²nica mujer de su disciplina que ha participado en unos Juegos Ol¨ªmpicos con Espa?a.
La campeona combina el deporte con su inmobiliaria y dos horas de preparaci¨®n f¨ªsica
"Los caballos est¨¢n castrados porque son mucho m¨¢s tranquilos y equilibrados", dice
Da clases en su finca, que es una mezcla de pistas y prados con mansi¨®n y picadero
"Lo que no puede ser es que el caballo te tire, te haga el tonto, y que el jinete, porque no sepa suficiente, no le corrija. Hay que ponerlo en su sitio. A m¨ª no me da miedo. Hay gente que se empieza a asustar porque el caballo se le va para atr¨¢s, en lugar de darle dos hostias y salir para adelante. Y el caballo aprovecha. No hay que dejar nunca que ellos ganen la batalla. Si no, malo", explica tras entrenarse entre caricias y bisbiseos a su montura, cubierta de espumarajos y rodeada por la neblina de su sudor en una ma?ana de primavera.
"En el trabajo hay que ser estricto, disciplinado", contin¨²a tras subirse a su inmenso caballo con la ayuda de un caj¨®n de Coca-Colas. "Eso no significa ser duro. Hay que ser preciso. Estricto siempre. El caballo tiene que hacer las cosas como yo creo que deben ir. Si no, se repite hasta que las haga, sin pretender que pase de cero a cien. Los caballos son muy listos. Si pueden hacer menos, pues hacen menos. Hay gente que dice, 'va, da igual', si te hacen una tonter¨ªa. Pues no da igual. Si le dejas, al siguiente d¨ªa la tonter¨ªa ser¨¢ m¨¢s grande. Y al pr¨®ximo, ser¨¢ un caballo inmontable".
Ferrer-Salat habla rodeada por decenas de perros y en medio de una lluvia de polen. Monta de 8.00 a 14.00 cinco caballos distintos. Da clases en Villa Equus, su finca, que es una mezcla casi paradisiaca de pistas de tierra, prados de hierba, mansi¨®n selecta y picadero de ensue?o, en Gualba, a una hora en coche de Barcelona.
La campeona -bronce individual y plata por equipos en Atenas 2004- combina el deporte con su inmobiliaria y dos horas de preparaci¨®n f¨ªsica vespertina, su se?a de identidad. Todo se hace minuciosamente, a la alemana, consecuencia obligada de sus a?os de entrenamiento en el norte de Europa. "Hay que tener disciplina y recompensarla. Es un di¨¢logo", insiste la espa?ola sobre la arena de su picadero, una mezcla de arcilla y extractos de tela sobre un sistema de riego que cuida de las articulaciones de los caballos e impide que se levante el polvo. En Villa Equus nada es casual.
Las cuadras de la finca son un ir y venir de osteopatas, herreros, veterinarios, mozos y jinetes, gente que habla con naturalidad de caballos que deben salir a competir marcha atr¨¢s, porque les asustan las c¨¢maras, o del incontrolable terror de las monturas hacia lo desconocido: un paraguas, por ejemplo. La b¨²squeda del control, en consecuencia, es constante.
"Los caballos est¨¢n castrados porque son mucho m¨¢s tranquilos y equilibrados", cuenta Ferrer-Salat. "Cuando son enteros son un poco m¨¢s chulines, no hacen caso y tienen reacciones muy distintas a los castrados. Y las yeguas tambi¨¦n son un co?azo: tienen celo una vez al mes, no te hacen caso y tienen un car¨¢cter muy especial. Los castrados est¨¢n m¨¢s concentrados".
Tras el entrenamiento, los cuidados. Hoy, el veterinario clava una aguja como un misil para llenar de espesa sangre una jeringuilla. Ayer, cualquier otro d¨ªa, pasa eso y m¨¢s.
"Hay que ver si las patas est¨¢n bien, si el caballo est¨¢ de buen humor, si est¨¢ bien de temperatura... millones de cosas", resume. "El herraje y el herrero son fundamentales. Hay que cuidar los cascos y engrasarlos cada d¨ªa dos o tres veces. En la comida hay suplementos y vitaminas, y ninguno come el mismo pienso ni la misma cantidad. Tambi¨¦n tengo un osteopata que viene cada cuatro o seis semanas para revisarlos enteros. Mira si tiene las cervicales bien, las v¨¦rtebras, si tiene un tend¨®n hinchado, las r¨®tulas, los pone a caminar para ver si las caderas bajan igual...", a?ade. "Psicol¨®gicamente tambi¨¦n hay que cuidarlos. No puedes meterlos siete d¨ªas a la semana en la pista, porque hasta yo me aburro. Alternamos los d¨ªas de entreno con salidas al campo, d¨ªas de galope... Es importante que no se aburran. La cromoterapia no tengo ni idea de si sirve o no. Seg¨²n su car¨¢cter pones unos colores u otros, pero es dif¨ªcil saber si eso hace alg¨²n efecto".
De Barcelona a Hong-Kong, donde se disputar¨¢n las pruebas h¨ªpicas de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, sus cuartos Juegos consecutivos, hay que pasar por el avi¨®n, los pal¨¦s para transportar al caballo, los kilos perdidos por una montura "hist¨¦rica" en el viaje, y los diez d¨ªas de cuarentena en Aquisgr¨¢n (Alemania). Luego, la competici¨®n. El inexperto Faberge, el caballo de Beatriz Ferrer-Salat, ante sus primeros Juegos. Y una sola certeza: se gustan y se entienden. No es una cosa evidente. "Con algunos caballos no funcionas a la hora de montar. Hay jinetes y caballos que no se soportan y que no hacen nada. Es como con las personas: chocas de car¨¢cter".
B. Ferrer-Salat
- Naci¨® el 11 de marzo de 1962 en Barcelona.
- Es hija del ex presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE), Carlos Ferrer-Salat, fallecido en el a?o 1998.
- Mide 1,76 metros y pesa 58 kilos.
- Vive y se entrena en su propia finca de Gualba, a una hora de Barcelona.
- Monta hasta cinco caballos diferentes desde las ocho de la ma?ana hasta las dos de la tarde y hace dos horas de preparaci¨®n f¨ªsica diaria.
- Sus caballos son revisados de forma exhaustiva cada cuatro o seis semanas.
- Ha participado en tres Juegos Ol¨ªmpicos y fue bronce individual y plata por equipos en Atenas 2004.
- En Pek¨ªn montar¨¢ a Faberge, un caballo sin experiencia ol¨ªmpica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.