"Mi F¨¹hrer, ?me concede este vals?"
El historiador Fabrice D'Almeida describe en el fascinante 'El pecado de los dioses' la relaci¨®n parasitaria entre los nazis y las ¨¦lites alemanas
El 11 de enero de 1936, Hermann G?ring, mano derecha de Adolf Hitler, comandante de la Luftwaffe, ministro presidente de Prusia, el hombre que conect¨® al F¨¹hrer con la nobleza y la alta sociedad alemanas, celebr¨® su 43? cumplea?os. Invit¨® a 200.000 personas a su fiesta y ofreci¨® una cena de gala en la ?pera de Berl¨ªn. Mand¨® tapizar de sat¨¦n color crema las paredes y las escaleras, y colocar una fuente artificial en cada uno de los cuatro ¨¢ngulos de la sala. La Orquesta Nacional interpret¨® un repertorio de valses y m¨²sica cl¨¢sica. Las entradas se vendieron a 50 marcos, 10 veces m¨¢s caras de lo habitual: la recaudaci¨®n ir¨ªa a los pobres. S¨®lo falt¨® Hitler, que excus¨® su ausencia alegando una enfermedad.
"En 1920 Hitler necesitaba dinero, y lo busc¨® entre damas arist¨®cratas"
"La raza es un concepto de nobles: mejor cuanto m¨¢s puro sea tu linaje"
Y aunque el fasto sobresali¨® por su lujo, no fue un hecho aislado. "Era la est¨¦tica al servicio de la dominaci¨®n, con una puesta en escena delirante. Funcionaba como un motor que no se pod¨ªa parar. A cada desfile, que reafirmaba el ideal nazi, le segu¨ªa otra demostraci¨®n a¨²n m¨¢s ampulosa... Por ejemplo, la nueva canciller¨ªa deb¨ªa medir 700 metros de altura". A¨²n asombrado, el historiador franc¨¦s Fabrice D'Almeida recuerda el amor del r¨¦gimen nazi por un boato que conocieron gracias a su temprana relaci¨®n con la alta sociedad germana. "Los nazis surgen en diciembre de 1919 apadrinados ya por esas clases. No s¨®lo hay desde la fundaci¨®n del partido hombres de negocios, ¨¦lites art¨ªsticas o nobles. En 1920 Hitler necesitaba dinero y busc¨® mujeres arist¨®cratas a las que sac¨¢rselo". Una relaci¨®n parasitaria que D'Almeida describe con m¨²ltiples an¨¦cdotas y detalles en su fascinante libro El pecado de los dioses (Taurus).
Para alegr¨ªa de los historiadores, los nazis amaban la burocracia. "Si el nazismo hubiera sobrevivido hasta hoy, habr¨ªa gigantescos edificios repletos de archivos con listados surrealistas". D'Almeida ha tenido acceso a todo tipo de documentos: invitaciones, listas de regalos, ¨®rdenes de colocaci¨®n en cenas oficiales y desayunos con el F¨¹hrer... "Nunca hubiera imaginado que pudiera encontrar los dibujos que los ni?os enviaban por su cumplea?os a Hitler clasificados, ordenados y conservados. Hasta hay guardadas 6.000 cartas de amor de mujeres que aseguraban se iban a suicidar por amor a Hitler. La contrapartida, no comentada en el libro, es que tambi¨¦n fueron igual de exhaustivos en los campos de concentraci¨®n". La maquinaria creci¨® hasta el punto de que Hitler cre¨® una canciller¨ªa personal, la Adjudantur, s¨®lo para sus relaciones personales. "Yo quer¨ªa definir el mecanismo del pelota, del lameculos, que hace que la gente pierda de vista sus valores morales. S¨®lo con la ca¨ªda de uno puede ascender otro. Un juego de gran crueldad".
El lector recorre con Hitler los grandes salones de M¨²nich y Berl¨ªn, donde baila con las arist¨®cratas... -"Mi F¨¹hrer, ?me concede este vals?"- hasta que se hace arrogante, y pasa a alimentar el mito de inalcanzable. D'Almeida insiste: "Estos bailes forman parte del proyecto de crear una comunidad, y por eso hay que pasar mucho tiempo juntos". Siempre detr¨¢s, Hermann G?ring. "Es un tipo fascinante, defensor de, para m¨ª, la clave del nazismo, la raza, un concepto muy de los nobles: mejor cuanto m¨¢s puro sea tu linaje. G?ring se aficiona a la cr¨ªa de caballos. Revelador. Es un mundo de belleza fr¨ªa. Para los nazis, la cuesti¨®n est¨¦tica tiene un significado casi m¨ªstico. Hitler cree que cada obra de arte tiene una potencia interna que hace que cuando uno la mira adquiera parte de esa fuerza".
D'Almeida no deja t¨ªtere con cabeza y asegura que la Operaci¨®n Valkiria, el intento de asesinato de Hitler el 20 de julio de 1944 por parte de militares de alta graduaci¨®n, es pura supervivencia entre depredadores. "En realidad, s¨®lo pensaban que Hitler los llevaba a la derrota y que ten¨ªan que eliminarle".
Curiosamente, en la Feria del Libro de Madrid tambi¨¦n se presenta Quer¨ªamos matar a Hitler (Ariel), de Philipp Freiherr von Boeselager, el ¨²ltimo superviviente (falleci¨® el mes pasado) de la Operaci¨®n Valkiria. Junto a ¨¦l, tambi¨¦n est¨¢n Nazis y buenos vecinos (Machado Libros), de Max Paul Friedman, sobre el maltrato de los estadounidenses a los alemanes en Am¨¦rica; una biograf¨ªa de Leni Riefensthal, la cineasta de los nazis, de Circe; Dictadores (Tusquets), la comparaci¨®n entre Stalin y Hitler realizada por Richard Overy; o Conversaciones con Albert Speer (Destino), las charlas del arquitecto favorito de Hitler con Joachim Fest. "Insisto, es la fascinaci¨®n por la belleza fr¨ªa", remata D'Almeida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.