Los agentes se beneficiaban de las prostitutas de Vic¨¢lvaro sin pagar
Una de las actividades preferidas de los integrantes de El Bloque (un grupo de agentes que estaba a las ¨®rdenes de Gin¨¦s Jim¨¦nez) era beneficiarse, sin pagar, de las prostitutas que estaban en un pol¨ªgono industrial de Vic¨¢lvaro o que trabajaban en clubes de Coslada. As¨ª se desprende al menos de las investigaciones de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid, que ha llegado a ver al m¨¢ximo responsable de este grupo ir con un coche patrulla y de uniforme a recoger a meretrices.
La polic¨ªa califica al Bloque como "una estructura herm¨¦tica, jerarquizada, con vocaci¨®n de vigencia indefinida, en la que existen repartos de tareas, orientadas al desarrollo de ciertas actividades irregulares". Es decir, las caracter¨ªsticas propias de una asociaci¨®n il¨ªcita cuyo fin ¨²ltimo es el de delinquir. Al frente del grupo est¨¢ Carlos M. G., un agente con 14 a?os de experiencia en el cuerpo que acostumbraba a ir con un Renault Megane de color rojo a Vic¨¢lvaro para controlar a las prostitutas que no pagaban a su amigo Catalin Avramescu por el espacio que ocupaban.
Los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa que estaban tras ¨¦l le vieron el pasado 8 de febrero al volante de un Peugeot 407 ranchera perteneciente a las Brigadas Especiales de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam, agentes pagados por el Gobierno regional), en la calle de Boyer, en Vic¨¢lvaro. Carlos M. G. es el polic¨ªa que acumula mayores cargos de los 26 detenidos por la supuesta trama de corrupci¨®n en Coslada. Se le acusa de nueve delitos, entre ellos algunos relativos a la prostituci¨®n.
Comentarios machistas
Seg¨²n la investigaci¨®n, Carlos era el encargado de intimidar a las prostitutas y a los proxenetas que no pagaban a Catalin. En las conversaciones en las que ha sido grabado abundan los comentarios machistas: "Cuanto m¨¢s las pegas [a las mujeres] y peor las tratas, m¨¢s te quieren". Otro de los presuntos integrantes del Bloque, Iv¨¢n G. M., tambi¨¦n afirma que mantienen relaciones sexuales de forma gratuita: "Yo vengo aqu¨ª por la patilla". Y cuando no hay meretrices para todos, las comparten, como ha quedado acreditado en las conversaciones.
Los responsables de la red de prostituci¨®n, entre ellos Catalin, explotaban a las mujeres de manera salvaje. No les importaba que estuvieran enfermas o que hiciera mal tiempo. Las obligaban a recaudar dinero y muchas veces no iban ni a recogerlas al pol¨ªgono. Las denuncias de varias de ellas, que ahora son testigos protegidos, iniciaron las investigaciones de la Jefatura Superior de Polic¨ªa a principios de enero.
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