Aparcar, misi¨®n imposible

Hora de comer. Para unos m¨¢s que para otros, claro. Mientras hay quien pone mesa y mantel, Rebeca Lasen da vueltas cerca de su casa con el coche. M¨¢s que nunca. O al menos, m¨¢s que antes de la huelga de parqu¨ªmetros. "Es imposible aparcar en mi barrio", se queja. En el Retiro, su zona, encontrar hueco es casi un milagro. Aunque pagues la tarjeta verde anual de residente. Hoy es a¨²n peor. Entra en el portal pasadas las cuatro de la tarde, despu¨¦s de 45 minutos de giros para soltar el autom¨®vil. "Prefiero pagar, que termine la huelga ya", pide. Todo lo contrario.

Los trabajadores del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) decidieron ayer ampliar los paros hasta el 28 de junio, s¨¢bados incluidos. La huelga, casi simp¨¢tica para quien no paga tiques, tiene unas v¨ªctimas claras: los residentes, usuarios preferentes de las 131.328 plazas verdes que ahora nadie vigila. Ni el Ayuntamiento ni las concesionarias se plantean compensarles, aunque tarden 30 minutos m¨¢s de media en aparcar, seg¨²n estimaciones municipales. Mar¨ªa Garc¨ªa, de 26 a?os, deja el coche en Alonso Mart¨ªnez. El distintivo de residente no le salva de 40 minutos de volantazos. "Aparcar se ha vuelto una locura", afirma m¨¢s abajo otro vecino sin suerte, Rodrigo de la Calva. De los 15 minutos diarios a una hora. "Si hasta leo el peri¨®dico", confiesa.

Los 1.600 trabajadores -que cobran 830 euros al mes y piden ser mileuristas "ya"- sellan los parqu¨ªmetros a diario. El Ayuntamiento ha anunciado que descontar¨¢ 260.000 euros al d¨ªa a las concesionarias por los tiques no ingresados y entre 3.000 y 6.000 m¨¢s de sanci¨®n. Pero desde Anere, principal patronal del sector, aseguran que nadie les ha comunicado esos descuentos.

Otros, como el fontanero F¨¦lix Marchamalo, s¨®lo ven ventajas. En su furgoneta estacionada frente a la Embajada de Francia, pide: "Que siga la huelga". Le da igual aparcar peor o sufrir m¨¢s tr¨¢fico. Lo que le pesa es el bolsillo. "?T¨² sabes lo que son 200 euros al mes en tiques?".