"Hay que escuchar al espectador"

Robert Lepage (Quebec, 1957) es lo que se dice un hombre del Renacimiento. Dirige teatro, ¨®pera, cine y circo. Act¨²a, es escen¨®grafo, dise?ador, dramaturgo y pr¨®ximamente ser¨¢ bailar¨ªn. En el tiempo que le dejan libre tantas pasiones le ha dado para traer a Salamanca (hoy y ma?ana) su ¨²ltima creaci¨®n esc¨¦nica, Le dragon bleu (El drag¨®n azul).

Puesta en pie con su compa?¨ªa Ex Machina, con ella convierte su famosa Trilog¨ªa de los dragones en una tetralog¨ªa. Contin¨²a de este modo aquella impresionante saga en la que reflexionaba sobre las relaciones entre la sociedad canadiense y la oriental en el siglo XX. Y esta vez su b¨²squeda de la belleza a trav¨¦s del dolor le ha llevado al interior del alma humana.

El dramaturgo canadiense estrena 'El drag¨®n azul' hoy en Salamanca

Lepage, conocido por haber incorporado la tecnolog¨ªa compleja a las artes esc¨¦nicas (y sin renunciar a im¨¢genes po¨¦ticas y apuestas de alto contenido emocional), sostiene que la b¨²squeda teatral y las investigaciones formales son parte de la misma lucha: "Siempre trato de vincular el fondo a la forma porque creo que tienen mucho que ver".

Trabaja en esta ocasi¨®n con su compa?¨ªa multidisciplinar, fundada en 1993, en la que re¨²ne a actores, escen¨®grafos, autores, t¨¦cnicos, cantantes, cineastas, productores, acr¨®batas, m¨²sicos... Con ellos persigue la creaci¨®n de un nuevo Renacimiento esc¨¦nico que la ha convertido en un fen¨®meno en todo el mundo.

"El drag¨®n azul est¨¢ en proceso de creaci¨®n", como ocurre con sus montajes, tan vivos que nunca parecen terminados y pueden cambiar incluso horas antes de la actuaci¨®n. "Una pesadilla para el que hace los sobret¨ªtulos", reconoce Lepage. Aunque los cambios no los hago por deporte, sino porque es una obligaci¨®n escuchar al espectador, no para tenerlo contento, sino para hacerle part¨ªcipe, porque todos somos cronistas", confiesa.

Se muestra contento porque cree que el teatro vive un resurgir de esa relaci¨®n con el espectador: "Antes hab¨ªa una comuni¨®n enfermiza del creador con el cr¨ªtico, una tendencia que duraba mucho y est¨¢ bien abandonarla".

En su nuevo montaje habla de China, hoy "sumergida en una transici¨®n tan importante", y para ello se centra en el mundo del arte contempor¨¢neo en Shanghai. Como es habitual en ¨¦l, Lepage ha llegado a El drag¨®n azul "perdi¨¦ndose previamente". "En la trilog¨ªa hablamos de lo que China nos evocaba, pero esa sociedad ha cambiado y la de Quebec tambi¨¦n". El personaje de la actriz Marie Michaud, con la que trabaja desde hace d¨¦cadas (con ella ha escrito El drag¨®n azul), va a adoptar un ni?o a China.

Tai Wei Foo y el propio Lepage completan el reparto de esta pieza, que se desarrolla en un espacio esc¨¦nico muy distinto al desplegado en la trilog¨ªa. "Hab¨ªa lenguajes metaf¨®ricos, po¨¦ticos, cosas basadas en los a?os cincuenta y tambi¨¦n en el mundo de la televisi¨®n. Ahora hemos optado por un espacio hiperrealista, cinematogr¨¢fico. Se trata de hacer palpable la ¨¦poca actual, aunque haya met¨¢foras y po¨¦tica".

La obra se representa dentro del programa del cada vez m¨¢s excepcional Festival de las Artes de Castilla y Le¨®n (hasta el 14 de junio), que acoge las propuestas de 140 compa?¨ªas, as¨ª como a directores (Peter Brook y Frank Kastrof) o m¨²sicos (Rufus Wainwright).