Pedrosa pasa el rodillo en Montmel¨®
El espa?ol se impone de principio a fin a Rossi y Stonery logra su primer triunfo en MotoGP en el circuito catal¨¢n
Desnaturalizada la carrera de MotoGP por la ausencia de Jorge Lorenzo, el circuito de Montmel¨® se estremeci¨® ayer al vertiginoso ritmo de Dani Pedrosa, que sac¨® el rodillo a pasear y resolvi¨® la papeleta nada m¨¢s bajarse el tel¨®n. Se apagaron los sem¨¢foros y el peque?o piloto espa?ol sali¨® zumbando subido a su Honda, como un torpedo teledirigido, y no se inmut¨® hasta que hizo blanco: su segunda victoria de la temporada y la primera que logra en el trazado catal¨¢n con una m¨¢quina de la cilindrada m¨¢xima. Su discurso fue tan demoledor como previsible, y su triunfo, una fotocopia de los cinco anteriores en MotoGP. Una salida estratosf¨¦rica, una serie de vueltas (9) a toda pastilla, y un final de carrera m¨¢s bien relajado para no poner en peligro el bot¨ªn.
Especial Mundial de Motociclismo |
En su tercer a?o en la categor¨ªa de las motos pesadas, Pedrosa se lo sigue pasando bomba cuando viaja solo. No le gustan las caravanas, ni los atascos ni los embudos que se forman en las curvas cuando uno circula enfrascado en un pelot¨®n, y siempre que puede evita entrar a saco en el cuerpo a cuerpo. Sin embargo, no hay quien pueda atajarle cuando el aparato que conduce rinde al nivel que se espera y los neum¨¢ticos que le ofrecen no se funden a partir de media carrera. Todo encaj¨® en Montmel¨®, y el resultado fue un paseo militar de tres cuartos de hora. Ni Valentino Rossi (segundo) ni Casey Stoner (tercero) pudieron echarle el guante m¨¢s all¨¢ de la primera frenada. A partir de ese momento, Pedrosa se encogi¨®, que ya es decir, se protegi¨® debajo de la c¨²pula de su moto y comenz¨® una escapada desenfrenada.
Mientras su ritmo de giro fue superior al de los ensayos, su trazada parec¨ªa la de hace a?os, cuando compet¨ªa en dos y medio. Ni un zarandeo, ni un movimiento brusco. Como un reloj. Midiendo los tiempos a la perfecci¨®n, Pedrosa tumb¨® y levant¨® la moto con comodidad, sin nadie a su alrededor que le obligara a rectificar. Al enfilar cada viraje pudo descolgarse como a ¨¦l le gusta, lo justo para enderezar la moto cuanto antes, accionar el comando del acelerador y salir a toda mecha. A media carrera (vuelta 12) su ventaja era ya de m¨¢s de siete segundos, un mundo en un deporte que mide la mil¨¦sima.
Si el espa?ol pas¨® como un cicl¨®n por Montmel¨® fue, en gran medida, gracias a que su equipo acert¨® en la elecci¨®n de los neum¨¢ticos, un elemento de una importancia definitiva ¨²ltimamente. Lo sabe Pedrosa, que el a?o pasado se vio metido en un l¨ªo de narices porque en Michelin no se aclaraban. Si hace dos semanas, en Mugello, Rossi y Stoner se beneficiaron del mejor rendimiento que demostraron sus neum¨¢ticos Bridgestone en el trazado italiano, el panorama dio un giro de 180 grados en el circuito catal¨¢n, donde los Michelin, al menos los de Pedrosa, fueron muy superiores.
A su espalda, Stoner y Rossi se med¨ªan en corto. En cada frenada, en cada aceleraci¨®n y en cada curva, los dos motoristas se jugaron el bigote. Mientras el australiano, con su pilotaje agresivo, las pas¨® canutas para meter su Ducati en las curvas, el italiano circul¨® la segunda mitad de la carrera escondido, protegido detr¨¢s de la moto roja. Aunque el prototipo de Yamaha de este a?o ha ganado algo de velocidad punta con respecto al anterior, la Ducati a¨²n sigue teniendo m¨¢s m¨²sculo. Una y otra vez, Rossi trat¨® de coloc¨¢rsele a rueda para aprovechar el efecto del rebufo y superarle.
Para la mayor¨ªa de moteros, Rossi sigue siendo el m¨¢s grande. Il Dottore puede cometer errores, que los comete. Puede frenar tarde o irse largo y perder tres o cuatro d¨¦cimas. Pero, dos curvas m¨¢s all¨¢, el 46 amarillo que luce en el carenado de su M1 vuelve a asomar la cabeza. Es buen¨ªsimo, persistente e incansable. Perdido Pedrosa en el horizonte, su objetivo pas¨® a ser Stoner. En la carrera que se celebr¨® aqu¨ª el a?o pasado, este irreverente rubiales le dej¨® en evidencia. Eran pocos los que hab¨ªan conseguido ganarle en un mano a mano cerrado, y Stoner lo consigui¨®. Pero este campeonato es otro, y la posici¨®n de ambos motociclistas tambi¨¦n. Si el motorista de Ducati ha perdido la seguridad que demostr¨® la temporada pasada, el de Yamaha ha vuelto a exhibir su mejor versi¨®n, aquella que deja en los libros de motociclismo algunas maniobras para la historia. Las frenadas est¨¢n subrayadas.
A dos giros para el final, Rossi se enganch¨® al neum¨¢tico trasero de su rival a su paso por la recta de meta, se abri¨® a la derecha, se coloc¨® en paralelo, trinc¨® los frenos m¨¢s tarde que Stoner y, valiente, corrigi¨® su trayectoria para colocar su moto delante. Y tan pancho.
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