S¨ª a Bolonia, pero no as¨ª
La convergencia en el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior (EEES) est¨¢ siendo algo convulsa en nuestro pa¨ªs. El EEES es conocido vulgarmente como Bolonia por ser esta ciudad donde se produjo la declaraci¨®n de los representantes pol¨ªticos europeos por la que se compromet¨ªan a crear dicho espacio. Con ¨¦l se pretende que converjan sistemas educativos superiores muy distintos entre s¨ª, con la finalidad de facilitar la movilidad de estudiantes y profesores y de conceder validez a los t¨ªtulos universitarios de cualquier pa¨ªs para poder trabajar en otro distinto. Esto es lo que pretend¨ªa la Declaraci¨®n de Bolonia, de 1999, que defiende la diversidad cultural y educativa de los diferentes pa¨ªses, lo que demuestra que en ning¨²n caso debe confundirse convergencia con uniformidad.
La convergencia en el Espacio Europeo est¨¢ siendo algo convulsa
Los universitarios debemos elaborar los planes de estudio
Todas las notas de corte |
?ltimamente, es habitual encontrarse en las universidades con carteles que dicen "NO a Bolonia". Los detractores de este proceso lo acusan de querer privatizar la universidad p¨²blica, de mercantilizarla, de degradar los t¨ªtulos universitarios y de querer supeditar la universidad a los intereses del mercado. Recientemente se han producido actos de protesta: contra los rectores europeos reunidos en Barcelona, jornadas de lucha en diferentes universidades, huelgas, manifestaciones, encierros y debates, todas estas acciones enmarcadas en una lucha contra Bolonia. Pero, ?qu¨¦ es lo que realmente est¨¢ pasando?
Tengo que declarar que si verdaderamente Bolonia representa lo que dicen los que se manifiestan en su contra, desde luego que no cuenten conmigo en este proceso. No estoy dispuesto a contribuir a la privatizaci¨®n y mercantilizaci¨®n de la universidad p¨²blica, ni a degradar los t¨ªtulos universitarios, ni a supeditar el conocimiento al inter¨¦s exclusivo del mercado. Tampoco a convertir la Universidad en una escuela de formaci¨®n profesional en la que predominen con exclusividad las ense?anzas basadas en las capacidades y habilidades, y a que deje de ser lo que debe ser, un lugar donde adem¨¢s de preparar buenos profesionales se genere y se transmita el conocimiento, un espacio de reflexi¨®n y pensamiento, de debate y de cr¨ªtica, y sobre todo un lugar de investigaci¨®n y de discusi¨®n acerca de los problemas y desaf¨ªos que atenazan a la humanidad, que son muchos.
Para m¨ª Bolonia es su manifiesto fundacional; representa una oportunidad para fomentar la movilidad y la validaci¨®n de t¨ªtulos en un espacio europeo amplio. Adem¨¢s, constituye una gran oportunidad para construir una Europa del conocimiento y que la UE no sea s¨®lo un mercado, una moneda, sino tambi¨¦n una Europa de los ciudadanos. Las universidades podemos contribuir a que haya no s¨®lo integraci¨®n econ¨®mica, sino tambi¨¦n pol¨ªtica y social.
Entonces, ?por qu¨¦ dicen lo que dicen sus detractores? ?se han inventado un enemigo irreal? Creo que no, que los peligros que se?alan son reales, pero tambi¨¦n creo que no deben ser imputables a Bolonia, sino que son el resultado de las actuales tendencias sociales y de la creciente globalizaci¨®n dominada por el mercado, que afectan negativamente a la universidad. Por eso, bienvenidos sean el debate y la controversia, hay que alabar que estos estudiantes expresen sus inquietudes y que reivindiquen participar activamente en el proceso. ?Se puede desprender de los documentos elaborados acerca de la convergencia, y de las propuestas pedag¨®gicas presentadas como panacea, algo de lo que los estudiantes denuncian? Pues s¨ª, creo que s¨ª. Pero, en mi opini¨®n, no hay que hacer inevitablemente lo que esos documentos se?alan, sino que debemos ser los universitarios quienes elaboremos los planes de estudio y el cat¨¢logo de t¨ªtulos que proponemos para nuestras universidades, as¨ª como decidir los m¨¦todos docentes a aplicar. Si las cosas se hacen mal, ser¨¢ nuestra propia responsabilidad, no la de otros.
Dicho esto, hay que reconocer que el proceso de convergencia en nuestro pa¨ªs ha sido un desprop¨®sito. Y lo sigue siendo con actuaciones como las de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n, Calidad y Acreditaci¨®n (ANECA), que est¨¢n inquietando a rectores, decanos y profesores. Hemos vuelto a caer en el vicio de este pa¨ªs, que es crear burocracia, solicitar datos absurdos, algunos de ellos incluso en contra de la autonom¨ªa universitaria, y no ir a la verdadera esencia de lo que debe ser un plan de estudios. Por estas razones digo s¨ª a Bolonia, pero no de la forma que se est¨¢ haciendo. Llevamos demasiado tiempo hablando de Bolonia, confundiendo a profesores y estudiantes. Se est¨¢ dejando pudrir el proceso de reformas por falta de directrices claras. Parte del profesorado se encuentra desmotivado, cuando no enfadado por la burocracia. El proceso de Bolonia es atacado por una parte de los estudiantes y profesores, dificultado por otros desde arriba, y los que lo tienen que aplicar cada vez tienen menos ilusi¨®n en ¨¦l. Se encuentra en verdaderas dificultades para tener ¨¦xito.
Los rectores, en este contexto tan complejo, no deber¨ªamos convertirnos en meros seguidores de los dictados emanados desde la ANECA, y tenemos que posicionarnos ante nuestros estudiantes. Podemos, como dec¨ªa Savater, discutir con ellos lo que es mejor hacer o, por el contrario, explicarles lo que inevitablemente se har¨¢. Me inclino, querido Savater, por discutir lo que es mejor hacer, por no aceptar estoicamente designios divinos irrefutables, y por tratar de llevar esta postura all¨¢ donde pueda ser escuchada. Con las nuevas autoridades creo que a¨²n estamos a tiempo.
Carlos Berzosa es el rector de la Universidad Complutense de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.