La gasolina viaja con guardaespaldas

Una veintena de piquetes charlaba ayer en el cruce entre Torrej¨®n de Ardoz y la carretera de Loeches (M-206). Iban ataviados con chalecos reflectantes y, custodiados por la Guard¨ªa Civil, parec¨ªan ni?os castigados durante el recreo. El grupo pretend¨ªa evitar que los camiones cisterna de las compa?¨ªas petroleras recargaran combustible para que los surtidores de las gasolineras de la regi¨®n sigan dando de beber a los veh¨ªculos.

A menos de un kil¨®metro del cruce se yerguen los dep¨®sitos de carburantes de la Compa?¨ªa Log¨ªstica de Hidrocarburos (CLH). "Nos encargamos del almacenamiento y del transporte por oleoducto del combustible. Las compa?¨ªas recargan aqu¨ª y se lo llevan a las gasolineras", explica un portavoz. Y all¨ª van los camiones cisterna a recargar carburantes. El portavoz de CLH reconoce que fuera de la f¨¢brica hay piquetes. "No hemos establecido ning¨²n dispositivo especial. Son las compa?¨ªas petroleras las que tienen que pedir protecci¨®n policial para que custodien los camiones hasta las estaciones de servicio", a?ade.

Las instalaciones de esta empresa en Torrej¨®n parec¨ªan ayer a mediod¨ªa casi abandonadas, si no fuera por un vigilante que dormitaba en su garita y otro trabajador que barr¨ªa la entrada. Ni sombra de los camiones cisterna. S¨®lo unos operarios que trabajaban en el acceso principal. Uno de ellos explica casi con monos¨ªlabos que por la ma?ana los piquetes impidieron la salida a algunos camiones. "Enseguida lleg¨® la Guardia Civil y todo se normaliz¨®", dijo antes de cerrar la boca. "Tengo ¨®rdenes de no decir nada", justifica.

Unos metros m¨¢s atr¨¢s, uno de los piquetes explica que "los camiones han venido esta ma?ana". Mientras lo dice mira de reojo a uno de los agentes de la Guard¨ªa Civil. "Hacemos lo que podemos", asegura otro camionero. Pero eso no debe ser mucho, a tenor de las caras de sus compa?eros ante la presencia de los guardias. "Les gritamos y les obligamos a detenerse unos segundos para explicarles", a?ade este piquete. En realidad, los gritos son pitos e insultos y las paradas son breves porque los agentes les impiden asaltar la calzada. La mayor¨ªa de los camiones cisterna que repost¨® ayer lo hizo entre las siete y las nueve de la ma?ana. Algunos de noche.

El miedo al desabastecimiento ha provocado una obsesi¨®n colectiva. Muchas gasolineras estaban ayer colapsadas por ciudadanos que llenaban el dep¨®sito del coche hasta rebosar. Esto, y los efectos del segundo d¨ªa de huelga, provoca que algunas gasolineras de la regi¨®n hayan colgado el cartel de "vac¨ªo".

Para garantizar el servicio la Delegaci¨®n del Gobierno ha establecido 50 puntos de venta de combustible de emergencia. "Siempre habr¨¢ suministro garantizado, aunque las cosas se pongan dif¨ªciles", asegur¨® ayer el presidente de la Asociaci¨®n Empresarial de Estaciones de Servicio de Madrid.

Varias de las gasolineras de Torrej¨®n estaban ayer atestadas de coches. En otra de las estaciones de servicio en el barrio de Canillas uno de los empleados comentaba: "Nunca hemos vendido tanta gasolina. Se creen que se va a agotar. Ahora viene la cisterna". El cami¨®n llega desde Torrej¨®n. Su conductor logrado superar a los piquetes custodiados por la Guardia Civil.