Di¨¢logo en la catedral entre para¨ªso e infierno
Bernard¨ª Roig y Marina N¨²?ez introducen el arte contempor¨¢neo en el claustro g¨®tico de Burgos
Bernard¨ª Roig (Palma de Mallorca, 1964) y Marina N¨²?ez (Palencia, 1965) han plantado v¨ªdeos y un blanqu¨ªsimo conjunto de figuras masculinas a tama?o real entre rosetones, g¨¢rgolas y capiteles del claustro de la catedral de Burgos. El m¨¢s deslumbrante legado del g¨®tico se ve invadido as¨ª de modernidad, merced a la cuarta edici¨®n de Siglo XXI: arte en la catedral, que busca profundizar en la relaci¨®n hist¨®rica entre creaci¨®n y religi¨®n y en pasadas ediciones cont¨® con artistas como Carmen Calvo, Mart¨ªn Chirino, Gerardo Rueda o Jos¨¦ Manuel Ballester con Stephan Balkenhol.
El comisario Rafael Sierra, propuso trabajar sobre la idea del para¨ªso a Roig, reconocido por su at¨ªpico acercamiento a la pintura y escultura a caballo entre la figuraci¨®n y la abstracci¨®n. A N¨²?ez le toc¨® el infierno.
Con sus voluminosas figuras, el artista balear ha creado una met¨¢fora de la sabidur¨ªa que emana de lo divino. Cada estatua es ¨²nica. Una se asoma al pozo; otra duerme en la escalinata de la cruz; una tercera se apoya junto a una columna y la ¨²ltima contempla la b¨®veda celestial. Una monta?a de fluorescentes sirve de uni¨®n entre ellas. Es un almac¨¦n de luz que hace las veces del "lugar de donde procede el saber", explica Roig. En dos grandes pantallas los blancos personajes dialogan con unas cabezas que llevan en sus manos. Y todos estos elementos se conectan con una frase en grandes letras luminosas que atraviesa el lugar en diagonal: Et in Arcadia Ego (Yo [la muerte] tambi¨¦n viv¨ª en la Arcadia).
Para afrontar su tarea, invocar el infierno, la videoartista Marina N¨²?ez ha recurrido al imaginario de las tinieblas. Seg¨²n confiesa, el tema le ha apasionado desde siempre. "Las representaciones del infierno en la historia del arte occidental constituyen un espl¨¦ndido resumen de los valores y de las preocupaciones esenciales de cada ¨¦poca".
La artista ha creado cuatro obras que se proyectan en la sala de exposiciones. En ellas se juega con una iconograf¨ªa hist¨®ricamente vinculada al averno: de los ¨¢ngeles ca¨ªdos a los duendes tenebrosos; de las sirenas mutantes a las ruinas tenebrosas y, por fin, a la muerte. Adem¨¢s, dos videoproyecciones se ocupan del mito de la caverna, la alegor¨ªa de Plat¨®n que nos habla de la dificultad de alcanzar el conocimiento. Otra idea presente en el trabajo de N¨²?ez es el encierro como m¨¢ximo horror.
En la proyecci¨®n de los v¨ªdeos se ve un ojo que ha sido atrapado en una cueva enrejada y por un ente org¨¢nico. "Es una alusi¨®n a la consideraci¨®n occidental del cuerpo", dice N¨²?ez, "una aut¨¦ntica c¨¢rcel que impide el acceso al bien y a la verdad".
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