La abstenci¨®n da esperanzas al 'no' en Irlanda
El frenazo econ¨®mico marca la jornada electoral para ratificar el Tratado de Lisboa
El pueblo irland¨¦s asumi¨® ayer, por un d¨ªa, el esperado y temido papel de ¨¢rbitro del futuro de la Uni¨®n Europea cuando los colegios electorales abrieron sus puertas a los tres millones de irlandeses convocados para ratificar o rechazar el Tratado de Lisboa. Con el s¨ª y el no pr¨¢cticamente empatados en los ¨²ltimos sondeos y a falta de datos oficiales -ser¨¢n publicados hoy-, el or¨¢culo sobre el que convergieron los ojos de toda Europa fue la tasa de participaci¨®n, que se calculaba baja a cuatro horas del cierre de las urnas.
El crecimiento del PIB este a?o ser¨¢ inferior al 3% y el paro ha crecido
La participaci¨®n rozaba el 40% a una hora del cierre, previsto a las diez de la noche (una hora m¨¢s en la Espa?a peninsular). Durante la tarde, el bajo dato de participaci¨®n hizo temblar los pulsos en el bando del s¨ª, aunque se esperaba un repunte en las ¨²ltimas horas, ya que ayer fue laborable en Irlanda y muchos esperaron a salir del trabajo para ir a votar.
El historial de otros referendos europeos ilustra que el no tiene posibilidades de ganar cuando la abstenci¨®n es alta. El fundamento de esa proyecci¨®n reside en que el no ha oscilado en los cuatro referendos de los ¨²ltimos 15 a?os siempre alrededor del medio mill¨®n de votos. Nunca fue suficiente para otorgarle la victoria, salvo en una ocasi¨®n, en 2001, cuando la participaci¨®n s¨®lo alcanz¨® el 35% y 528.000 votos bastaron para tumbar al Tratado de Niza. Las victorias del s¨ª se plasmaron con una participaci¨®n de alrededor del 50%. Los datos provisionales de ayer manten¨ªan, por tanto, el suspense en el Viejo Continente. Irlanda es el ¨²nico pa¨ªs en el que est¨¢ prevista una ratificaci¨®n por refer¨¦ndum del tratado y las consecuencias de un rechazo aparecen imprevisibles a escala europea.
Un recorrido matutino sirvi¨® para comprobar que la afluencia a los colegios electorales del centro de Dubl¨ªn no era boyante, al menos a esas horas. Apenas se ve¨ªan j¨®venes en un pa¨ªs con la edad media m¨¢s baja de la UE. Y, aunque el dato carezca de todo valor estad¨ªstico, entre las dos docenas de votantes consultados, el no predominaba. Dubl¨ªn es considerado un feudo europe¨ªsta.
Las respuestas de estos votantes indicaban que el escenario pol¨ªtico y econ¨®mico interno ha desempe?ado un papel significativo en la campa?a, pese a que el objeto directo de la consulta no tenga nada que ver con ello. El marcado frenazo de la econom¨ªa irlandesa fluct¨²a en el debate p¨²blico y puede haber hecho que los electores sean m¨¢s permeables a ciertas alarmas sobre los contenidos econ¨®micos del Tratado.
Casualmente, el ¨²ltimo d¨ªa de campa?a se anunciaron los peores datos de empleo desde 1999: una tasa de paro del 5,7%, un punto m¨¢s que hace siete meses, debido fundamentalmente a la ca¨ªda del mercado inmobiliario y a la debilidad de la econom¨ªa estadounidense, cuyas empresas son grandes inversoras en Irlanda.
El crecimiento del PIB previsto para este a?o es inferior al 3%, tras haber crecido a un ritmo anual de m¨¢s del 5% en esta d¨¦cada y m¨¢s del 7% en los noventa. La recaudaci¨®n fiscal en lo que va de a?o ha sido un 6% inferior a lo previsto, y todo apunta a que el ejercicio presupuestario se cerrar¨¢ con un d¨¦ficit marcado.
El enfriamiento del sistema econ¨®mico crea preocupaci¨®n en la ciudadan¨ªa y fragiliza la posici¨®n del Gobierno, principal valedor del s¨ª, cuya credibilidad ha sufrido un duro golpe con la reciente y forzada salida del Gabinete de Bertie Ahern, primer ministro durante m¨¢s de una d¨¦cada. Ahern es investigado por corrupci¨®n. As¨ª, a las cr¨ªticas inherentes al Tratado de Lisboa pueden haberse sumado malestar y desconfianza hacia el Gobierno.
El frente del no ha inyectado en la campa?a suero antigubernamental, siempre de manera indirecta y sutil. El Sinn Fein aseguraba a los electores que "los Gobiernos irlandeses pueden obtener m¨¢s en Bruselas", deslizando en el debate la idea de una mala negociaci¨®n por parte del Gobierno.
El principal partido de la oposici¨®n, Fine Gael, ha hecho campa?a para el s¨ª junto al actual primer ministro, Brian Cowen. Sin embargo, se ha extendido la convicci¨®n de que una derrota del s¨ª ser¨ªa un fracaso para Cowen, que abrir¨ªa un escenario nuevo e incierto para el partido dominante, Fianna F¨¢il. De hecho, las encuestas indicaban que la mitad de los electores de Fine Gael se inclinaban a votar no en la consulta.
Si los irlandeses votan 'no'
- Se paraliza todo el proceso de ratificaci¨®n del Tratado de Lisboa, que ya ha sido validado por 18 Estados miembros.
- La primera posibilidad es que Irlanda repita la votaci¨®n tras a?adir al tratado alguna garant¨ªa que satisfaga a los irlandeses.
- La segunda opci¨®n es continuar con el vigente Tratado de Niza y esperar un mejor momento para replantear las cosas.
- La tercera salida es renegociar el Tratado de Lisboa.
- Una cuarta v¨ªa es la retirada de Irlanda de la UE y renegociar un tratado especial con este pa¨ªs, como hizo Dinamarca en 1992.
Si los irlandeses votan 's¨ª'
- Sigue el proceso de ratificaci¨®n. Quedan pendientes ocho pa¨ªses: B¨¦lgica, Italia, Reino Unido, Holanda, Rep¨²blica Checa, Chipre, Espa?a y Suecia, todos por v¨ªa parlamentaria.
- Si la ratificaci¨®n se completa este a?o, el Tratado de Lisboa entrar¨ªa en vigor en enero de 2009.
- El 1 de enero se estrenar¨¢ la nueva figura del presidente del Consejo Europeo y la del Alto Representante de la Pol¨ªtica Exterior y Seguridad Com¨²n, que tambi¨¦n ser¨¢ vicepresidente.
- El Tratado de Lisboa refuerza las competencias del Parlamento Europeo, cuyas elecciones se celebrar¨¢n en junio de 2009.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.