"La consigna es permanecer alerta"
Un camionero recorre el trayecto desde Valencia en el tiempo habitual
"Hablando mal, vas un poco acojonado porque la cosa, arreglada del todo no est¨¢", dice Paco Albelda, 52 a?os, poco antes de arrancar el tr¨¢iler -15 metros desde la cabina al final del frigor¨ªfico, 14 ruedas, una carga de 20.000 kilos de naranjas-, en la enorme nave que SAT C¨ªtricos tiene en L'Alc¨²dia (Valencia), y de poner rumbo a Mercamadrid. Es la una del mediod¨ªa. "Si todo va bien, tardaremos cuatro horas y cuarto. Si encontramos un piquete, paramos y nos quedamos quietos, hasta que nos dejen marchar".
Albelda tiene motivos para estar preocupado. El martes, con el paro de transportistas en pleno apogeo, trat¨® de hacer la misma ruta y no lleg¨® muy lejos: en una rotonda del pol¨ªgono de Almussafes le dieron una pedrada en el parabrisas, que sigue rajado. "Los del piquete me dijeron que si intentaba irme, me quemaban el cami¨®n", afirma. A ra¨ªz de aquello, su empresa puso a buen recaudo los camiones y suspendi¨® la actividad hasta el jueves.
"Tener un cami¨®n parado una semana es una ruina total para un aut¨®nomo"
As¨ª que la consigna, hoy, es permanecer alerta: ojo a los puentes, hablar por radio lo m¨ªnimo, y nada de paradas (el viaje se hace del tir¨®n, la comida consiste en un par de s¨¢ndwiches sobre la marcha): "en la carretera no te van a parar, pero en un ¨¢rea de servicio, igual te salen cuatro t¨ªos".
El tr¨¢iler entra en Cuenca y toma a 40 por hora la ¨²ltima cuesta de las Hoces del Cabriel. Hasta ahora, todo tranquilo. "Pero la carretera va vac¨ªa. Alguno hay, pero un viernes normal la A-3 estar¨ªa a tope de camiones", dice Paco. El tr¨¢iler se cruza con dos camiones, Albelda conecta la radio, reconoce un acento conocido, y repite:
-?sos que hablan valenciano, a ver si me copian.
-Dispara.
-C¨®mo est¨¢ la entrada en Madrid.
-Nada de nada, todo limpio.
El gesto de Albelda -un ch¨®fer poco convencional, t¨ªo del futbolista del Valencia, ex ciclista profesional ("una vida m¨¢s dura que la del cami¨®n, por lo menos en mi ¨¦poca", dice), y ex masajista del equipo ciclista Festina, que nunca suelta un taco- se relaja.
Aunque la huelga no se desconvoque, Paco calcula que cada vez habr¨¢ m¨¢s movimiento. "Para un aut¨®nomo, tener un cami¨®n una semana parado es una ruina total: no entra nada en casa y el seguro y las letras los tiene que pagar". El cami¨®n enfila las ¨²ltimas rotondas antes de Mercamadrid: un par de furgonetas de antidisturbios, ni rastro de piquetes. Cuando llega al acceso, echa un vistazo al reloj. Las cinco y cuarto. Ha cumplido las expectativas: cuatro horas y cuarto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.