El fiscal general afirma que los juicios de Guant¨¢namo seguir¨¢n

Que la decisi¨®n fue hist¨®rica y dej¨® sin legitimidad alguna el sistema de justicia paralelo creado por George Bush tras el 11-S y encarnado en Guant¨¢namo, no hay duda. Pero tampoco la hay de que el dividido voto del Tribunal Supremo sobre la inconstitucionalidad de mantener encerrados a presos sin derecho a asistencia jur¨ªdica no resuelve el problema de los m¨¢s de 270 presos cautivos. El fiscal general, Michael Mukasey, asegur¨® que el fallo del Supremo no afectar¨¢ a procesos militares en marcha en la base norteamericana.

El d¨ªa despu¨¦s de dictaminar que hab¨ªa llegado el fin de Guant¨¢namo tal y como se conoc¨ªa trajo m¨¢s inc¨®gnitas sobre lo que va a pasar en el futuro que certidumbres. De momento, y con casi total seguridad, el centro de detenci¨®n creado hace m¨¢s de seis a?os y medio en Cuba pasar¨¢ en herencia en noviembre al pr¨®ximo presidente de Estados Unidos y su nuevo Congreso.

A¨²n con los d¨ªas contados, la actual Administraci¨®n republicana ya ha comenzado a estudiar c¨®mo esquivar -una vez m¨¢s, y ser¨ªan tres- el fallo del m¨¢ximo ¨®rgano judicial de EE UU. En palabras del propio fiscal general norteamericano, Michael Mukasey, "la decisi¨®n del Supremo sobre los sospechosos de terrorismo detenidos en Guant¨¢namo traer¨¢ un torrente de apelaciones de los detenidos, pero no afectar¨¢ a los procesos militares planeados para algunos de los presos". O lo que es lo mismo: todo seguir¨¢ igual en la base militar radicada en Cuba.

El portavoz del Departamento de Justicia, Peter Carr, anunciaba que el Gobierno no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de paralizar los juicios militares a los presos de Guant¨¢namo. "Son enemigos combatientes que han sido acusados por comisiones militares por cr¨ªmenes de guerra", dijo Carr. "Se les han garantizado muchas protecciones adicionales de cara a esos juicios. Seguiremos adelante", a?adi¨®.

Papeleo legal

Al igual que hizo el presidente George Bush desde Roma nada m¨¢s conocer la sentencia, Mukasey manifest¨® su decepci¨®n y augur¨® un sinf¨ªn de papeleo legal que "impugnar¨¢ la detenci¨®n de combatientes enemigos para que sean procesados ante cortes federales de distrito".

Seg¨²n los analistas, entre ellos Andrew McBride, quien con anterioridad se aline¨® con la Administraci¨®n de George Bush respecto a la pol¨ªtica practicada en la base naval, una decisi¨®n err¨®nea sobre qu¨¦ hacer con los presos "podr¨ªa ser devastadora para el pa¨ªs en t¨¦rminos de ataques terroristas", seg¨²n declar¨® a la Radio Nacional P¨²blica.

Si no se encuentra una soluci¨®n, puede que haya que liberar a una gran parte de los presos dentro de EE UU, argumenta McBride. De hecho, ya est¨¢ aprobada la puesta en libertad de una tercera parte de los reos, que tras a?os de encarcelamiento son ahora considerados como "no peligrosos". Pero puesto que ni sus pa¨ªses ni otros terceros los aceptan por haber sido una vez calificados por EE UU como "lo peor de lo peor", estos hombres no tendr¨¢n otro remedio que quedarse dentro de EE UU.

En Washington, el juez al frente del circuito del distrito federal convoc¨® ayer a sus colegas para comenzar a estudiar lo que se plantea como una ardua misi¨®n.