Vista Alegre
Alg¨²n medio p¨²blico deber¨ªa radiarlo o televisarlo para toda Espa?a. No creo que lo hagan. Nunca es hora. Me refiero al acto de homenaje, un gran concierto, que se celebrar¨¢ esta noche en la plaza de Vista Alegre en honor de quienes sufrieron prisi¨®n en el franquismo. All¨ª estar¨¢n un millar de ex-presos y represaliados. Son nuestros supervivientes a la Troya del siglo XX. La Odisea es, en realidad, el viaje de la memoria. Todos son obst¨¢culos para evitar la vuelta a ?taca. Algunos compa?eros de Ulises comen el loto, el fruto del olvido, y quedan felices en el reino de la desmemoria. Recordar duele. A los que siguen, los tendr¨¢ presos el dictador antrop¨®fago, Polifemo, el c¨ªclope con su ojo pan¨®ptico. Alguno de estos Ulises acudir¨¢ a Vista Alegre con m¨¢s de 90 a?os en el reloj. ?El reloj! En 1930, desde Buenos Aires, unos emigrantes enviaron clandestinamente a su lugar de origen, O Grove, en Galicia, un reloj muy especial. Era grande, con la mejor maquinaria de precisi¨®n, y con una leyenda fundida en metal: "Este reloj cuenta los d¨ªas, horas y minutos que le restan a la tiran¨ªa". El reloj fue aclamado cuando se declar¨® la Rep¨²blica y desapareci¨® cuando volvi¨® la tiran¨ªa en 1936. Aquel reloj anduvo fugitivo, en desvanes y toberas, latiendo como un topo. Llevaba una carga peligrosa. La verdad del tiempo. Quien me cont¨® la historia del reloj, un amigo porte?o nacido en O Grove, recuerda otra estampa de la infancia. El barco en que trabajaba el padre se llamaba La Rep¨²blica. Cuando se acercaba a puerto, el chaval gritaba: "?Ah¨ª viene La Rep¨²blica!". Un d¨ªa le taparon la boca: "Ese barco se llama Victoria". Comprendi¨®, de repente, que las palabras tambi¨¦n se hund¨ªan, tambi¨¦n naufragaban. Alguien tuvo que conservar el tiempo humano y las palabras ahogadas. Lo dec¨ªa la Odisea, pero no lo sab¨ªamos. Ulises y Pen¨¦lope estaban en prisi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.