Conviene entender al BCE
El Banco Central Europeo (BCE) amenaza con subir los tipos de inter¨¦s. El mercado as¨ª lo refleja, con expectativas de subidas de tipos casi inmediatas, y por cuant¨ªa m¨ªnima de 50 puntos b¨¢sicos hasta final de 2008. ?Cu¨¢l es el motivo? La inflaci¨®n. Pero no la contempor¨¢nea -muy elevada-, ni la de los pr¨®ximos tres o seis meses. Poco o nada puede hacer un banco central para controlar la inflaci¨®n a corto plazo, y menos ante un shock externo. La evoluci¨®n del IPC para la Uni¨®n Monetaria Europea (UME) en los pr¨®ximos meses depender¨¢ casi exclusivamente del precio del crudo y, en menor medida, del resto de materias primas.
El BCE tiene un ¨²nico objetivo: la estabilidad de precios en el medio plazo, definida como una tasa de variaci¨®n interanual del IPCA inferior al 2% anual. Una pieza clave a la hora de evaluar los riesgos para la estabilidad de precios son las expectativas de inflaci¨®n a medio y largo plazo de los agentes. Una deriva al alza en las mismas, de ser duradera, har¨ªa muy dif¨ªcil al BCE la tarea de devolverlas de nuevo a su nivel objetivo. Y por el camino, las subidas de tipos -posiblemente agresivas- que ello conllevar¨ªa ser¨ªan muy perjudiciales para la actividad econ¨®mica a medio plazo. Un escenario, por tanto, que el BCE intentar¨¢ evitar por todos los medios.
Hay, fundamentalmente, dos formas de medir las expectativas de inflaci¨®n a medio y largo plazo: por un lado, v¨ªa encuestas a los agentes, analistas, etc¨¦tera, y, por otro lado, a trav¨¦s de cotizaciones de bonos indiciados a la inflaci¨®n. Las primeras se mantienen en el entorno del 2%. Las segundas se han disparado hacia el 2,5%, muy por encima del 2,2% de media para los ¨²ltimos cinco a?os y m¨¢ximo desde la creaci¨®n de la UME.
Aunque el BCE haya advertido en m¨¢s de una ocasi¨®n del importante sesgo que existe en la medici¨®n de las expectativas de inflaci¨®n a trav¨¦s de bonos, y tambi¨¦n haya defendido la estabilidad de la inflaci¨®n que exhiben las encuestas para se?alar la confianza y credibilidad que el BCE imprime en los agentes, es evidente que el riesgo de desanclaje de expectativas es hoy elevado.
En este contexto, hay que entender al BCE. Ser¨¢ dif¨ªcil que, como defienden muchos, vaya a ser suficiente con "amagar y no dar". Si mantiene este mensaje a corto plazo, y no parece que vaya a poder cambiarlo salvo un vuelco radical en el petr¨®leo, tendr¨¢ que satisfacer las expectativas creadas: su credibilidad est¨¢ en juego. Y de esta credibilidad depende gran parte del ¨¦xito en el anclaje de las expectativas de inflaci¨®n a medio plazo.
Ahora bien, cabe pensar ?qu¨¦ har¨¢ el BCE en 2009 de continuar las turbulencias en los mercados financieros, de producirse una moderaci¨®n del crudo y de enfrentarse a un estancamiento del crecimiento en la UME? Si consigue mantener ancladas las expectativas de precios, ser¨ªa muy aventurado descartar la posibilidad de bajadas de tipos.
Jos¨¦ Manuel Amor y Jos¨¦ Manuel Ruiz son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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