Bibiana
Detesto lo pol¨ªticamente correcto y dentro de esta plaga, el desdoblamiento del g¨¦nero al hablar. No soporto lo de "los vascos y las vascas", "los compa?eros y las compa?eras" y la retah¨ªla con la que nos castigan los pol¨ªticos que pretende quedar bien y lo que hacen es hablar mal. No creo que de esa manera se construya la igualdad entre los sexos ni que contribuya a nada positivo, sino a que el lenguaje sea pesado y reiterativo. Es una patada a la gram¨¢tica con una buena intenci¨®n, aunque como todo el mundo sabe el cementerio est¨¢ empedrado de buenas intenciones. Me parece eficiente y correcto usar el gen¨¦rico neutro, aunque suele ser masculino. No creo que eso vaya en menoscabo de las mujeres. Ni creo que desde una instancia superior se pueda cambiar el idioma, ni siquiera deber¨ªa intentarse, porque tiene un tufillo orwelliano rechazable. Hasta la confusi¨®n entre el galicismo "g¨¦nero" relativo a sexo me parece negativo. Tenemos un maravilloso idioma que hablan 400 millones de personas y que demuestra su vitalidad de manera constante, sin necesidad de alterar sus reglas ni de inventarse palabras.
Una vez dicho esto dir¨¦ tambi¨¦n que Bibiana A¨ªdo es una mujer extraordinaria. Es una persona inteligente, trabajadora y capaz. A pesar de su juventud ha alcanzado una alta magistratura del Estado y es un motivo de orgullo para todos los j¨®venes, para las mujeres y para los andaluces. Desde luego lo es para los gaditanos, los de su Alcal¨¢ natal y los de la ciudad de C¨¢diz, donde viv¨ªa en el barrio del Mentidero. Me parece estupendo que se promueva la renovaci¨®n en la pol¨ªtica, que mujeres capaces ocupen puestos de responsabilidad. El tiempo demostrar¨¢ que Bibiana es una mujer de val¨ªa cuya trabajo servir¨¢ para mejorar las condiciones de vida de muchas mujeres y para promover pol¨ªticas de igualdad. Ya tiene ante s¨ª la inmensa tarea de poner en marcha las pol¨ªticas incluidas en le Ley de Igualdad y la Ley contra la Violencia sobre las Mujeres. Si consigue avanzar en ambos asuntos su tarea habr¨¢ merecido la pena. Si acabamos o, al menos, reducimos la lacra de la violencia machista, si se consigue la igualdad real entre hombres y mujeres, el trabajo de Bibiana A¨ªdo habr¨¢ merecido la pena.
Ha tenido la ministra la mala suerte de que su primera comparecencia ha coincidido con un lapsus, como ella mismo lo defini¨®, al decir "miembros y miembras". Es lo que tiene la espiral de lo pol¨ªticamente correcto, como le ocurriera en su d¨ªa a Carmen Romero. Bibiana ha tenido la gallard¨ªa de reconocer su error, lo que no ha evitado que la machaquen los comentaristas de la Espa?a m¨¢s ruin. Cometi¨® un error que se vio amplificado cuando intent¨® dar una versi¨®n acerca de la din¨¢mica del idioma. Por ah¨ª ha entrado la derecha m¨¢s rancia para criticarla, no ya s¨®lo por el error (?nadie se acuerda de Trillo, de Esperanza Aguirre y cosas peores?) sino para cargar contra su persona por ser joven, por ser mujer y por ser andaluza. Le pas¨® a Magdalena ?lvarez en la crisis del AVE, que sufri¨® una campa?a despiadada porque no se aceptaba de buen grado que una mujer andaluza mandase en un asunto tradicionalmente reservado para hombres y, a poder ser, del stablishment madrile?o o catal¨¢n. Y resulta que en Andaluc¨ªa hay mujeres capaces de decidir y de llevar adelante pol¨ªticas de Estado. Parece que Espa?a no est¨¢ preparada para mujeres andaluzas progresistas que tengan mando y capacidad, y que no se arruguen ante la avalancha de comentarios sexistas. La guinda la ha puesto Alfonso Guerra, que siempre act¨²a como si fuera el guardi¨¢n de las esencias del socialismo y de la cultura. Alfonso Guerra ha arremetido sin piedad contra su propia compa?era, quiz¨¢ porque el hombre est¨¢ aburrido o no soporta que ahora no manda como mand¨® en su momento. Es reflejo tambi¨¦n de un sector del PSOE que no acepta que una mujer joven est¨¦ al frente del Ministerio de Igualdad porque hubieran preferido a otra persona.
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