"Toda imagen es una trampa"

Afirma Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955) que su trabajo es "una indagaci¨®n de la fotograf¨ªa de la naturaleza para llegar a la naturaleza de la fotograf¨ªa". Est¨¢ muy interesado en el conflicto entre la realidad y la ficci¨®n, en el concepto de verdad, en el rigor descriptivo y en lo ilusorio.Todas estas cuestiones laten en las im¨¢genes que ha reunido en la exposici¨®n Bot¨¢nica oculta.

Premio Nacional de Fotograf¨ªa en 1988, Fontcuberta muestra una serie bautizada Orog¨¦nesis o, lo que es lo mismo, un conjunto de fotograf¨ªas de paisajes virtuales, creados por ordenador a partir de cuadros o instant¨¢neas firmadas por grandes artistas como Paul C¨¦zanne, Salvador Dal¨ª, Edward Weston o Albert Rengar-Patzsch. A este proyecto se suman otras cuatro propuestas fotogr¨¢ficas sobre las formas vegetales.

"Los paisajes son los contenedores y las formas vegetales son parte de lo que encontramos en esos paisajes. Est¨¢ todo muy vinculado a la naturaleza. Y a m¨ª me interesa la dimensi¨®n m¨¢gica, simb¨®lica del mundo natural", explica el fot¨®grafo catal¨¢n en una entrevista telef¨®nica.

El caso es que tanto los paisajes como las formas vegetales que se hallan en ellos son "un pretexto para poner encima de la mesa unos sistemas de representaci¨®n fotogr¨¢fica e indagar su naturaleza, su manera de funcionar", insiste.

Fontcuberta sostiene que con su trabajo pretende provocar "una actitud cr¨ªtica" en el espectador. "Yo pienso que toda imagen es una trampa. O sea, toda imagen sustituye a algo de la realidad. Y en ese proceso de sustituci¨®n, normalmente hace un truco de prestidigitador, pero no nos damos cuenta. Hemos asimilado esa funci¨®n de las im¨¢genes y nos parece algo habitual".

Por eso ¨¦l intenta que el espectador "preste atenci¨®n a la dimensi¨®n ilusoria de toda imagen". Autor de libros como El beso de Judas, subraya que "vivimos en un mundo donde las im¨¢genes est¨¢n en todas partes y llegan en cierto punto a sustituir a la propia realidad". Por lo tanto, "han construido una segunda realidad de im¨¢genes en la que, muchas veces, vivimos". "Las viejas categor¨ªas de verdad y falsedad ya no son operativas, porque nos hemos instalado en una especie de zona de nadie en la que siempre hay verdad y ficci¨®n. Ya no son dos conceptos antag¨®nicos, sino que son elementos de cualquier relato y discurso. Es decir, que siempre hay algo de realidad y algo de ficci¨®n; la realidad influye en la ficci¨®n y la ficci¨®n influye en la realidad", subraya.

?Y no teme que en ese deseo de despertar una actitud cr¨ªtica en el espectador, ¨¦ste se vuelva totalmente incr¨¦dulo ante sus im¨¢genes? "La duda es positiva. Hemos de reaprender a dudar y a cuestionar lo que nos rodea. El hecho de que eso comporte un peligro est¨¢ ah¨ª, es cierto, pero me parece mucho m¨¢s grave lo contrario: la pasividad, la credulidad".

As¨ª que a la hora de abordar sus proyectos fotogr¨¢ficos, Fontcuberta lo tiene claro. Para ¨¦l prima la parte conceptual, el objetivo de transmitir unas reflexiones, el fondo sobre el plano est¨¦tico, sobre la forma. Ahora bien, esa parte est¨¦tica ha de estar "al servicio de la comunicaci¨®n", por lo que la cuida "con todo el esfuerzo" de que es capaz.