El pecado de Donadoni

Le hab¨ªan puesto precio a su cabeza: 500.000 euros para despedirlo. Y se sab¨ªa el nombre del sustituto: el ex seleccionador Marcello Lippi. Pero gan¨® Italia a Francia (2-0), Rumania se estrell¨® ante Holanda y, de repente, a Roberto Donadoni se le puso cara de t¨¦cnico inteligente. El domingo se medir¨¢ a Espa?a y, una vez m¨¢s, antes del encuentro, la prensa italiana le preguntar¨¢ si ¨¦sta ser¨¢ su ¨²ltima bala. "Pero, ?cu¨¢ntas ¨²ltimas balas me vais a dar?", repite. Ayer, m¨¢s relajado, se puso po¨¦tico ante la constante amenaza de Lippi: "No debo preocuparme de las voces, pero s¨ª protegerme de la lluvia y del sol porque tengo la piel delicada. Voy adelante por mi camino y hago lo que debo con la ayuda de los muchachos, mi equipo t¨¦cnico y la federaci¨®n".

A los 44 a?os, Donadoni tiene un pecado capital: no ha ganado nada todav¨ªa como entrenador, algo imperdonable para una cr¨ªtica que ama tanta la victoria como la italiana. Fue una sorpresa que fuera el sustituto de Lippi tras la conquista del Mundial de Alemania 2006 porque su carrera como t¨¦cnico hab¨ªa sido modesta. Entren¨® al Livorno, despu¨¦s al G¨¦nova, y volvi¨® al Livorno para dejarlo sexto en Primera. Eso es todo. De hecho, lleva tan poco tiempo en el banquillo que sigue pensando como futbolista. "Somos jugadores", dijo antes del Italia-Francia; "y partidos as¨ª son nuestra vida". Como lo ser¨¢ el que dispute en Viena ante Espa?a, a la que sufri¨® en un amistoso de marzo pasado en Elche (1-0, golazo de Villa en una volea con la zurda en el ¨²ltimo minuto). "Es un equipo de aquellos que si no sabes desactivarlo, te mata un poco despu¨¦s. Ya sabemos lo que significan".

Al contrario que Fabio Capello, que abre una zanja entre ¨¦l y sus futbolistas, Donadoni trata de cultivar la amistad en el vestuario. De ah¨ª que ayer, tras recibir el respaldo p¨²blico de Gattuso, presumiera del ambiente que ha fomentado: "Es la mejor muestra de su estima. Entre nosotros, hay algo especial, una simbiosis que va m¨¢s all¨¢ de la relaci¨®n entre un entrenador y un jugador. A algunos no les gusta..."

Hijo futbol¨ªstico de Sacchi, le est¨¢ costando encontrar su propio estilo. En su ¨¦poca de mediocampista, Donadoni fue la pieza clave para que el Milan de Sacchi fluyera con tanta suavidad: se convert¨ªa en la tercera punta cuando el equipo avanzaba y en el cuarto centrocampista cuando retroced¨ªa. Esa funci¨®n se la reserv¨® Donadoni a Camoranesi ante Holanda, pero el modelo fracas¨®. Tras la debacle ante Holanda, la prensa le reclam¨® la entrada de De Rossi, Donadoni accedi¨® y el romanista mejor¨® notablemente a los azzurri ante Rumania, con un esquema novedoso: un 4-1-4-1, con De Rossi por delante de un rombo que completaba el rehabilitado Cassano. No contento con eso, Donadoni zarande¨® a su insegura defensa: cayeron Materazzi y Barzagli y entraron Chiellini y el lateral izquierdo Grosso, que desplaz¨® a Panucci al medio de la zaga.

"Es un chico serio, trabajador e inteligente", dice Sacchi de Donadoni, que gan¨® tres Copas de Europa con el Milan. Todo lo po¨¦tico que lleg¨® a ser como jugador, es m¨¢s bien prosaico como entrenador. Y mientras busca su estilo, se agarra al afecto de los futbolistas.