Oigo, patria, a tu afici¨®n
Y escucho el viril concierto que forman, tocando en abierto, el silbato y el bal¨®n. Perdonen la broma, solo es para comentar c¨®mo a trav¨¦s del f¨²tbol se dirimen los m¨¢s variados patriotismos en un mundo en que tambi¨¦n ¨¦stos son cambiantes e inciertos. Como para olvidar el no de Irlanda y la Europa insolidaria nos sumergimos en esta Eurocopa de los pueblos, donde seg¨²n anotaba aqu¨ª Patxo Unzueta, muchos aficionados dispersan sus lealtades entre varias escuadras. Josep Pernau tambi¨¦n constata que hay deportistas con dobles patrias futbol¨ªsticas: seleccionados suizos de padres turcos, un alem¨¢n infligiendo dos goles a sus compatriotas polacos, negrazos entonando emocionados la Marsellesa... ?son ¨¦stos signos de que un deporte que fue cauce de odios tribales ahora puede serlo de su superaci¨®n? Creo que queda todav¨ªa mucho m¨¢s de lo primero que de lo segundo. "?Esto es un equipo, esto es un pa¨ªs!", se desga?itaba el comentarista refiri¨¦ndose, por supuesto, a Espa?a, curiosamente apodada la furia roja. Todos henchidos de comuni¨®n nacional, placer patri¨®tico, subid¨®n tribal, borrachera victoriosa.
Met¨¢fora de la condici¨®n humana, sedante e instrumento pol¨ªtico, como mostraron el gol de Marcelino, la guerra de las Malvinas, los ideales catalanistas reafirmados por un Laporta en apuros, la pol¨¦mica de las selecciones perif¨¦ricas... y sometido a estrategias con las que se ha pretendido (?y logrado?) construir una naci¨®n en un campo de juego. A veces el entusiasmo llega a un paroxismo no exento de religiosidad. O de magia negra. Sabr¨¢n que se vende un mu?eco de trapo para hacer vud¨² durante los partidos y as¨ª "garantizar la victoria de nuestra selecci¨®n". El amuleto trae 24 banderas y cuatro agujas, y durante el encuentro has de pegarle la del equipo rival y luego pinchar lentamente: "eficaz 100%, efectos inmediatos, el partido dar¨¢ un giro repentino y Espa?a superar¨¢ a su contrincante". Cuesta casi 10 euros. Porque el f¨²tbol se ha convertido en un espect¨¢culo de pantalla (Ignacio Ramonet) compuesto, fundamentalmente, de dinero y comercio: de televisores de plasma y sof¨¢s, de cerveza y de especulaci¨®n de personas y solares... Por eso se venden camisetas y amistosos a marcas y jeques. Por eso los equipos aceptan jugar en estadios donde est¨¢n vetadas las mujeres (?habr¨ªan ido si se discriminara a los negros o a los cojos?). Y ahora, en torno a las sedes del torneo, se ha vuelto a organizar la misma explotaci¨®n sexual que durante el Mundial de Alemania. A cambio, nosotras, las que hacemos la cena a la hora del partido, nos mostramos esc¨¦pticas, distantes... reconozco que quiz¨¢ un poco aguafiestas. Porque puede que el f¨²tbol haga patria, pero desde luego lo que no hace es mucha matria (dedicada a ling¨¹istas mis¨®ginos, titulados o aficionados).
PD: Tambi¨¦n suceden otras cosas en el mundo: hoy empieza el c¨®nclave del PP y Camps inicia su viaje al centro con la cabeza de la ind¨®cil S¨ªndic de Greuges en el zurr¨®n. Esta ser¨¢ la noche m¨¢s corta. Y en Espa?a empieza a amanecer. Feliz verano.
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