"Amamos a Dios y a la patria"

?Croacia juega con un esp¨ªritu especial? "Nosotros amamos a Dios y a la patria", responde tajante Slaven Bilic, seleccionador croata, que domina la conferencia de prensa de principio a fin. Regala un par de gui?os a algunos conocidos al inicio y, para acabar, le indica al representante de la UEFA cu¨¢ndo ser¨¢ la ¨²ltima pregunta. Antes, s¨®lo responder¨¢ en croata, pese a que habla el ingl¨¦s desde que jug¨® cuatro a?os de central en la Liga inglesa. Es un gesto m¨¢s de patriotismo. El m¨¢s pol¨¦mico fue poner m¨²sica en el vestuario de Marko Perovic, alias Thompson, cantante croata simpatizante de la extrema derecha y de los ustashi, los fascistas croatas que apoyaron a Hitler.

Pese a que en el armario guarda una camiseta con la efigie del Che Guevara, Bilic fue el viernes pasado al aeropuerto a recoger al cura cat¨®lico Zlatko Sudac, una especie de padre P¨ªo a la croata, para que bendijera a la selecci¨®n. "Lo que ha hecho el reverendo Sudac por nosotros es un gran honor", declar¨® el seleccionador. "?Bilic fascista?, ?c¨®mo va a ser fascista si su padre era comunista?", se indignan los periodistas croatas cuando se les pregunta por sus tendencias pol¨ªticas. "Es un dem¨®crata y no le gusta la pol¨ªtica", zanjan mientras recuerdan que el padre del entrenador, doctor en Econ¨®micas de la Universidad de Split, se opuso a principios de los setenta a Tito -l¨ªder de Yugoslavia desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1980- en unas revueltas estudiantiles que reclamaban la independencia de Croacia.

"Hemos superado la presi¨®n negativa y ahora tenemos la que quieren los grandes"

A falta de dos meses de cumplir los 40, Bilic odia que le pregunten por la m¨²sica. Est¨¢ harto. Les hace mucha gracia a los periodistas que toque la guitarra en dos bandas de rock, Newera y Rawbau, y que haya compuesto un himno para la Eurocopa: Vatreno ludilo (ardiente locura). Siempre hay alguno que le pregunta qu¨¦ m¨²sica es la que toca su equipo: ?heavy metal? "No necesariamente", respondi¨®, "podr¨ªa ser cl¨¢sica o folk".

Los seguidores croatas, que ser¨¢n hoy casi 200.000 en las calles de Viena, cantan con entusiasmo este himno en el que no falta la exaltaci¨®n nacionalista y alg¨²n matiz de violencia. "Cuando comienza la locura ardiente/ dejaros quemar cualquier cosa/ cuando el rojo y el blanco

[los colores de Croacia] comienzan a correr por nuestras venas".

Licenciado en Derecho y amante de la psicolog¨ªa, el t¨¦cnico croata dio una lecci¨®n ayer de c¨®mo despejar el peso que se cierne ahora sobre sus futbolistas. "Hemos superado ya la presi¨®n negativa y ahora tenemos presi¨®n positiva, la que quieren sentir todos los grandes jugadores". Durante los partidos, Bilic da espect¨¢culo en la banda. Grita, protesta, se contorsiona, pero dirige con precisi¨®n un equipo ordenado y competitivo. "La gente me dice que no pueden creer cu¨¢nta energ¨ªa gasto en la banda. Estoy tan metido en el ritmo del partido que no lo noto. Quiero que los jugadores sepan que estoy con ellos en cada paso que dan. No quiero que se pongan nerviosos. Les doy instrucciones y los animo. S¨®lo quiero que mantengan las posiciones".

Sobre la proliferaci¨®n de buenos futbolistas en Croacia, Bilic retoma el discurso nacionalista. "All¨ª, el f¨²tbol est¨¢ m¨¢s cerca de los ni?os y del pueblo que en los grandes pa¨ªses. Somos una peque?a naci¨®n con un gran coraz¨®n", declara con orgullo.