En espa?ol se dice crisis
El Gobierno "desacelera", el PP acoge "distintas sensibilidades" y Juan Jos¨¦ Ibarretxe se pone positivo con su "derecho a decidir" - La cosm¨¦tica se extiende en pol¨ªtica para disfrazar la realidad
Vivimos en el tiempo del maquillaje. El Gobierno llama desaceleraci¨®n a lo que la humanidad vive como crisis, y el PP no ve m¨¢s que distintas sensibilidades donde todo el mundo ve tendencias enfrentadas. Detr¨¢s de cada eufemismo hay un tab¨² indeseable y, por tanto, impronunciable. El lenguaje de la pol¨ªtica siempre ha estado lleno de unos y de otros, como si las palabras pudieran neutralizar la realidad que se niegan a nombrar.
El pesimismo no crea puestos de trabajo. Est¨¢ por ver que los cree el optimismo. El vocabulario pol¨ªtico trata siempre de mostrar el vaso medio lleno, pero en los ¨²ltimos a?os el ambiente se ha llenado de sintagmas de buen ver como conducciones de agua, soluciones habitacionales o derecho a decidir. Por no hablar de cl¨¢sicos como impuesto revolucionario o regulaci¨®n de empleo. La cosm¨¦tica verbal se extiende.
Para L¨¢zaro Carreter, es de dudoso gusto decir "mi se?ora" en lugar de "mi mujer"
Muy pocos se atreven a llamar "mulato" a Barack Obama
El lenguaje pol¨ªtico quiere neutralizar la realidad que se niega a nombrar
Los 'grises' pasaron a ser 'maderos' y ahora su uniforme es de color azul
Combinar un prefijo negativo con un t¨¦rmino positivo es un truco eficaz
Los republicanos de EE UU no dicen "capitalismo", sino "libre empresa"
Los ling¨¹istas definen tab¨² como la palabra que un hablante evita por motivos religiosos, supersticiosos o sociales. Pero la venenosa realidad tiene un ant¨ªdoto, el eufemismo (del griego eu -bien- y pheme -modo de hablar-). En su cl¨¢sico Diccionario de T¨¦rminos Filol¨®gicos (reci¨¦n reeditado por Gredos), Fernando L¨¢zaro Carreter propon¨ªa varias causas para explicar su uso: el deseo de adaptarse a una circunstancia en la que la palabra resultar¨ªa plebeya (cabello por pelo, seno por pecho); el ennoblecimiento de la persona (profesor por m¨²sico); la cortes¨ªa (que resulta en f¨®rmulas de "dudoso gusto" como "su se?ora" por "su mujer"); o la necesidad de atenuar una evocaci¨®n penosa. Esta ¨²ltima causa ha modificado t¨¦rminos supuestamente negativos y ha originado la inflaci¨®n de vocabulario pol¨ªticamente correcto: el ciego es invidente, el inv¨¢lido, minusv¨¢lido o discapacitado. Sin olvidar que Barack Obama puede ser para unos negro y para otros, afroamericano. Y para casi nadie, mulato, palabra en desuso en tiempos poco dados al matiz.
El eufemismo, con todo, no es m¨¢s que uno de los muchos medios de la lengua para renovarse. De algunos ni siquiera recordamos que lo son y que tienen origen en un tab¨². Igual que nadie repara en el ojo de la aguja o en los dientes de la sierra como las met¨¢foras (gastadas) que son, casi nadie es consciente de que, por ejemplo, para nombrar la mano izquierda el castellano us¨® una forma vasca (ezker) para orillar las connotaciones "siniestras" derivadas del t¨¦rmino latino "sinister". Su pareja "dexter" no tuvo problemas para evolucionar a "derecha". Hasta no hace tanto, a los zurdos les toc¨® padecer una superstici¨®n que supuestamente se remonta al mal augurio que supon¨ªa que las aves volasen a nuestra izquierda o al hecho de que Judas fuese zurdo. Y pelirrojo, algo que tambi¨¦n gener¨® desvar¨ªos supersticiosos. Como dec¨ªa el cl¨¢sico, el lenguaje no se inventa, se hereda.
"El eufemismo es un mecanismo imprescindible, no una anomal¨ªa", subraya Jos¨¦ Antonio Pascual, miembro de la Real Academia Espa?ola y experto en lexicograf¨ªa. "Sirve para limar las asperezas de la lengua. S¨®lo hay que ver c¨®mo ha evolucionado el lenguaje escatol¨®gico. Cuando se regul¨® la eliminaci¨®n de aguas fecales, en las casas se le reserv¨® el nombre del mejor espacio, el retrete, literalmente, lo m¨¢s retirado. Decir papel higi¨¦nico, por ejemplo, es muy poco preciso, pero se trata de evitar la groser¨ªa. Todos agradecemos que nos saluden en el ascensor".
De hecho, al acad¨¦mico le preocupa m¨¢s el disfemismo, que busca el efecto contrario al eufemismo eligiendo la expresi¨®n m¨¢s ruda. El eufemismo, recuerda Pascual, es un mecanismo similar al que hizo que cambiara el color de los uniformes de la polic¨ªa nacional. Los grises del franquismo mudaron de color durante la transici¨®n para vestir de marr¨®n. Y cuando se convirtieron, seg¨²n la expresi¨®n popular, en maderos, pasaron a hacerlo de azul. "La polic¨ªa ha perdido muchas de las connotaciones que ten¨ªa. Ya no da miedo a nadie... salvo en Coslada", concluye el catedr¨¢tico de Lengua.
Con todo, el propio Pascual advierte de que los eufemismos son como las tijeras. Su bondad depende del uso que se les d¨¦: "Si los usas de forma inmoral, en lugar de facilitar la comunicaci¨®n aumentas la confusi¨®n". Es lo que suele pasar en el juego pol¨ªtico, donde un exceso puede rozar la manipulaci¨®n: "Las palabras tienen un halo connotativo muy fuerte. Por eso el Gobierno abandon¨® la palabra trasvase, que se hab¨ªa cargado de negatividad". Antes de que la lluvia lo hiciera innecesario, ¨¦ste recibi¨® toda una colecci¨®n de denominaciones con m¨¢s meandros que el Ebro destinadas a negar la evidencia: desde captaci¨®n-transferencia-traslado-aportaci¨®n puntual de agua hasta conducci¨®n de caudales, pasando por interconexi¨®n temporal de cuencas h¨ªdricas o conexi¨®n de sistemas dentro de la misma demarcaci¨®n hidrogr¨¢fica.
Solucionado el abastecimiento de Barcelona, el otro gran tab¨² gubernamental es la palabra crisis, oficialmente desaceleraci¨®n (aunque por momentos se nos conceda que acelerada). En 2000, el actual presidente de la agencia Efe, ?lex Grijelmo, public¨® La seducci¨®n de las palabras (Taurus), un libro sobre la manipulaci¨®n ling¨¹¨ªstica en el que se analiza c¨®mo funciona un t¨¦rmino tan caro a los tecn¨®cratas y tan extra?o al com¨²n de los hablantes, que nunca desaceleran; como mucho, frenan. "El prefijo negativo des", explica Grijelmo, "se hace acompa?ar aqu¨ª del t¨¦rmino positivo acelera, en otro ejemplo de contradicci¨®n seductora, alterando la percepci¨®n del concepto para embaucar a los electores. As¨ª, creemos que la econom¨ªa llevaba una marcha positiva muy acelerada, y que por eso no importa que pierda velocidad". Efectivamente, la combinaci¨®n de prefijo negativo y t¨¦rmino positivo es todo un cl¨¢sico en la construcci¨®n de eufemismos: los que antes eran pobres ahora son desfavorecidos, y los libros que antes estaban agotados ahora aparecen como no disponibles.
Se atribuye a Talleyrand la ocurrencia de que el lenguaje le ha sido dado al hombre para que pueda ocultar el pensamiento, una idea que retrata tanto al h¨¢bil pol¨ªtico (y ex obispo) de la Francia posrevolucionaria como a los de su gremio. En la pol¨ªtica, en efecto, el eufemismo es moneda corriente. Se trata de un campo en el que "el encubrimiento siempre ha existido. Su m¨¢xima expresi¨®n ser¨ªa la diplomacia, claro", apunta Antonio Elorza. Aunque tradicionalmente ese encubrimiento surg¨ªa m¨¢s del pragmatismo que de la voluntad de enga?ar, el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Complutense se?ala que el siglo XX asisti¨® al perfeccionamiento de las t¨¦cnicas de persuasi¨®n por el creciente peso en la pol¨ªtica de la mercadotecnia y la propaganda. Y esa perfecci¨®n tiene un nombre: Joseph Paul Goebbels, ministro de Instrucci¨®n P¨²blica y Propaganda de Hitler y autor de aquella famosa frase seg¨²n la cual una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Para Elorza, "el eufemismo como deformaci¨®n consciente y sistem¨¢tica proviene, s¨ª, de los lenguajes totalitarios". Las dictaduras, en efecto, han dado perlas como la democracia org¨¢nica de Franco o la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania del r¨¦gimen comunista germano. Sin olvidar que el nombre oficial de la actual Junta Militar birmana es Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo. Al lado de la cruda realidad, la ficci¨®n inventada por George Orwell en su novela 1984 parece puro costumbrismo, por mucho que en la neolengua del r¨¦gimen del Gran Hermano el Ministerio del Amor sea el encargado de mantener el orden (por los medios que sea) o el Ministerio de la Paz se dedique a los asuntos de la guerra. ?Pero qu¨¦ es eso comparado con llamar a un genocidio soluci¨®n final o limpieza ¨¦tnica?
Con todo, en democracia tambi¨¦n se narcotiza a la poblaci¨®n con un lenguaje "que dulcifica la realidad". Es lo que sostiene la fil¨®loga y periodista Irene Lozano, autora de El saqueo de la imaginaci¨®n (Debate), un ensayo subtitulado C¨®mo estamos perdiendo el sentido de las palabras. Lozano recuerda c¨®mo a los reclusos de Guant¨¢namo se les niegan sus derechos como presos de guerra consider¨¢ndolos "combatientes enemigos ilegales", y habla de un personaje inquietante, Franz Luntz, consultor de los republicanos estadounidenses, que, entre otras cosas, recomend¨® evitar la palabra capitalismo. Para sustituirla nacieron "libre empresa" y "econom¨ªa de mercado".
Con su consolidaci¨®n, el eufemismo pol¨ªtico llega a convertirse en se?a de identidad. T¨¦rminos como Estado espa?ol por Espa?a o Euskal Herria por Euskadi (y viceversa) identifican inmediatamente a quien los utiliza. "El gran problema", abunda Elorza, "es que se te escapa violencia por terrorismo e impuesto revolucionario por extorsi¨®n. Acabas metido en un bosque sem¨¢ntico". Para el profesor donostiarra, el nacionalismo es especialmente dado a la "traslaci¨®n de significados". La ¨²ltima gran propuesta del lehendakari Ibarretxe se llama consulta y no refer¨¦ndum, y lo que plantea no es la autodeterminaci¨®n, sino el derecho a decidir. "?Y qui¨¦n no admite el derecho a decidir?", se pregunta Elorza. "El Gobierno vasco no puede hablar de independencia porque sabe que la quiere una minor¨ªa de la poblaci¨®n, pero el derecho a decidir suena tan positivo que no se discute. Lo mismo sucede con la expresi¨®n 'sentirse c¨®modo', tan usada por los nacionalistas catalanes. En el fondo oculta la bilateralidad, es decir, Estado confederal, no federal".
As¨ª las cosas, ?c¨®mo puede un eufemismo dejar de parecerlo? ?Cu¨¢ndo se integra en la lengua sin antecedentes penales? Elorza se?ala a la prensa como principal v¨ªa de limpieza. Tambi¨¦n ayuda, en el caso del lenguaje nacionalista, que sea asumido por un partido que no lo sea: "Es lo que hizo el PSOE al hablar de di¨¢logo con ETA, algo que en pol¨ªtica no existe". Seg¨²n Elorza, el partido socialista es muy dado a los eufemismos. El PP, casi nada: "Prefiere la hip¨¦rbole". La cuesti¨®n de los eufemismos, tan pegados al poder, recuerda a la advertencia del descre¨ªdo Humpty Dumpty de Alicia: "La cuesti¨®n no es saber qu¨¦ significan las palabras, la cuesti¨®n es saber qui¨¦n manda".
?Perpetuo es siempre?
El pasado 26 de mayo, Juan Jos¨¦ Cort¨¦s, el padre de Mari Luz, la ni?a presuntamente asesinada por un pederasta reincidente, fue recibido en La Moncloa por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Cort¨¦s explic¨® a la salida la propuesta que hab¨ªa llevado al presidente del Gobierno: que los pederastas cumplan cadena perpetua. Preguntado por la inconstitucionalidad de la medida, a?adi¨®: "Si no es perpetua, habr¨¢ que buscar otro nombre".D¨ªas despu¨¦s, Enrique L¨®pez L¨®pez, portavoz del Consejo General del Poder Judicial, propuso "prisi¨®n permanente". Y a?adi¨® "revisable" para bajar la temperatura de un adjetivo (perpetua, permanente) en el que sus promotores desembocan despu¨¦s de un razonamiento que lo hace indispensable: los pederastas no tienen cura y para ellos no sirve la reinserci¨®n que la Constituci¨®n predica como fin de las penas "privativas de libertad" (otro eufemismo). Pero si la soluci¨®n es la cadena perpetua, el hecho de que sea "revisable" contradice la premisa que la hizo imprescindible: la imposibilidad de reinsertar a un pederasta. Y vuelta a la casilla de salida.
Eufemismos de uso com¨²n
Da?os colaterales: V¨ªctimas civiles.Servicio de inteligencia: Espionaje.Reajuste de precios: Subida de precios.Regulaci¨®n de empleo: Reducci¨®n de plantilla, despidos.Desfavorecidos: Pobres.Desempleado: ParadoFaltar a la verdad: Mentir.Tr¨¢fico de influencias: Soborno.Centro penitenciario: C¨¢rcel.Interno: PresoLucha armada: TerrorismoRealidad nacional: Naci¨®n.Interrupci¨®n del embarazo: Aborto.Residuos s¨®lidos urbanos: BasuraTercera edad: VejezCaptaci¨®n / aportaci¨®n puntual de agua: Trasvase.Transferencia / traslado de agua: Trasvase.Desaceleraci¨®n: CrisisLimpieza ¨¦tnica: GenocidioCombatientes enemigos ilegales: Presos de guerra.Unilateralismo: Imperialismo.Econom¨ªa de mercado:Capitalismo.Pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo: Pa¨ªs pobre.Impuesto revolucionario: Extorsi¨®n.Violencia: TerrorismoDerecho a decidir: Autodeterminaci¨®n.
Lo que dice la RAE
Crisis:Escasez, carest¨ªa (sexta acepci¨®n). Situaci¨®n dificultosa o complicada (s¨¦ptima).Desaceleraci¨®n:Acci¨®n y efecto de desacelerar.Consulta:Acci¨®n y efecto de consultar (primera acepci¨®n). Parecer o dictamen que por escrito o de palabra se pide o se da acerca de algo (segunda acepci¨®n)b>Refer¨¦ndum:Procedimiento jur¨ªdico por el que se someten al voto popular leyes o actos administrativos cuya ratificaci¨®n por el pueblo se propone (primera acepci¨®n).
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