Las dos caras de Vic Chesnutt
"Las cuerdas de mi guitarra ac¨²stica s¨®lo pueden ser de nailon. Tras romperme el cuello a los 18 a?os, y quedarme tetrapl¨¦jico, me costaba pulsar las de metal al aprender a tocar de nuevo". Vic Chesnutt (Jacksonville, Florida, 1965) menciona su accidente automovil¨ªstico como una nota a pie de p¨¢gina en medio del discurso. Lleva en silla de ruedas toda su carrera. Eso no result¨® obst¨¢culo para grabar North Star deserter, su und¨¦cimo ¨¢lbum, lejos de la sure?a Athens (Georgia) donde vive. En Montreal su ac¨²stica se hizo sentir, rodeada de guitarristas canadienses: "Quer¨ªa mostrar mis dos caras: la relajada y c¨¢lida, y la que usa el pedal de distorsi¨®n".
Esa dualidad fue iniciativa de Jem Cohen, cineasta neoyorquino reconvertido a la producci¨®n discogr¨¢fica. Chesnutt pas¨® de un trabajo de belleza morosa, Ghetto Bells (2005), con el preciosismo de Parks y la guitarra jazz¨ªstica de Frisell, a ponerse en manos de una tropa de instrumentistas para ¨¦l desconocidos y pertenecientes a una escuder¨ªa muy indie, Constellation, especializada en posrock. ?Y el marco? El Hotel2Tango Studio, otra meca de la independencia musical. "Ten¨ªamos debajo un garaje, y por el ruido las sesiones s¨®lo pod¨ªan empezar a la hora del cierre".
En el disco el humor se alterna con la cr¨ªtica: "Debriefing, por ejemplo, habla de la muerte, pero sobre todo de la sanidad en mi pa¨ªs: si se te acaban los fondos, te desconectan". Y al Vic sombr¨ªo le sucede el ¨¢cido de You are never alone: "En Estados Unidos muchos se pirran por consumir. Envenenan el c¨¦sped para que tenga un verde precioso; se hartan a tomar dulces hasta la diabetes; ingieren pastillas para combatir lo que ellos mismos se han hecho... Y luego est¨¢n los de la Biblia: creen que pueden hacer lo que quieran porque est¨¢n seguros de ser perdonados".
El t¨ªtulo del ¨¢lbum (Desertor de la Estrella del Norte) fue otra ocurrencia de Cohen: "Por el viaje a Canad¨¢, y en referencia a la estrella que segu¨ªan los esclavos negros para huir del Sur. Una imagen muy poderosa". El elemento racista nos retrotrae a la infancia rural y sure?a de Chesnutt en Zebulon (Georgia): "Mi abuelo, Sleepy Carter, lo era, adem¨¢s de m¨²sico semiprofesional. De ni?o le acompa?aba con la trompeta. Para lo bueno y para lo malo, aprend¨ª mucho junto a ¨¦l". Vic creci¨® como hijo adoptivo en una familia muy religiosa. Luego se volvi¨® ateo, y sufri¨® un considerable impacto cuando, hace cuatro a?os, apareci¨® de repente la madre biol¨®gica de su hermana, tambi¨¦n adoptada.
North Star deserter incluye una versi¨®n de Nina Simone: Chesnutt a?ade cadencia de r¨¦quiem a su Fodder on her wings. "Fue una improvisaci¨®n total, que me pill¨® delante del micro y con los cascos puestos". Simone es uno de los "fantasmas invitados", junto a los escritores Wallace Stevens y W. H. Auden, dos grandes influencias. Y el que Stevens fuera de Pensilvania y Auden ingl¨¦s le sirve a Vic para desmarcarse del manido G¨®tico Sure?o. "Me siento muy cosmopolita a mi modo. He viajado y ya no soy la persona que lleg¨® del campo a Athens en los primeros ochenta. ?Hasta he perdido el acento del Sur!". No as¨ª sus virtudes como letrista. Valga de muestra Rattle, ep¨ªlogo esperanzado del ¨¢lbum, sobre su vida como tetrapl¨¦jico: "No se puede decir que no la haya hecho traquetear / pero a¨²n transporto la carga".
Vic Chesnutt act¨²a esta noche en el Teatro Central de Sevilla.
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