El SAS absorbe cambios de sexo de toda Espa?a
La demanda engorda la espera, que es ya de dos a?os y m¨¢s de cien personas
En el Servicio Andaluz de Salud (SAS) hay una lista de espera muy especial que no existe en otras comunidades aut¨®nomas. Es la que conforma el centenar largo de pacientes transexuales que aguardan una media de dos a?os para cambiar de sexo, y poco m¨¢s de un a?o para otro tipo de cirug¨ªas menores. En esta "alta" lista de espera, seg¨²n reconocen los propios profesionales, no s¨®lo figuran andaluces sino ciudadanos del resto del pa¨ªs que vienen a la Unidad de Trastornos de Identidad de G¨¦nero (UTIG) del Hospital Regional Carlos Haya de M¨¢laga.
Se trata de la ¨²nica unidad global que completa el proceso de principio a fin
Se trata de la ¨²nica unidad global que completa el cambio ¨ªntegro de sexo en Espa?a. Desde que comenz¨® su actividad en 1999, ha operado con ¨¦xito a 106 transexuales, el 80 % andaluces. "El balance es claramente positivo y muy satisfactorio para el equipo m¨¦dico y para los pacientes", seg¨²n Isabel Esteva, coordinadora de la UTIG y especialista de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n.
Mandatado por el Parlamento andaluz, la Junta incorpor¨® la atenci¨®n integral a los transexuales en octubre de 1999. Seis meses despu¨¦s, la UTIG efectu¨® la primera intervenci¨®n. Hasta el pasado 31 de mayo, suman ya 210 operaciones, de las que 106 han sido cirug¨ªas genitales de reasignaci¨®n de sexo: 82 genitoplast¨ªas feminizantes y 24 masculinizantes.
Los primeros se sometieron a una ¨²nica operaci¨®n, t¨¦cnicamente menos compleja que la inversa, que, como explica Isabel Esteva, supone la extirpaci¨®n del pene y la creaci¨®n de una vagina. El proceso contrario requiere de tres sesiones quir¨²rgicas, entre ellas, la mastectom¨ªa, que pueden requerir de hasta seis meses de tratamiento. "Los resultados funcionales y f¨ªsicos de los cambios de mujer a hombre son peores que de hombre a mujer. Implantar un micropene pr¨¢cticamente s¨®lo tiene efectos est¨¦ticos, frente a las nuevas vaginas que son m¨¢s funcionales", explica Esteva.
Para llegar a esta ¨²ltima fase del proceso, los pacientes deben superar una rigurosa atenci¨®n diagn¨®stica, terap¨¦utica y psicol¨®gica prequir¨²rgica. Una vez que los pacientes est¨¢n en fase de tratamiento hormonal, que al menos dura un a?o antes de cualquier cirug¨ªa, y cumplen los criterios establecidos en la UTIG para las operaciones finales, son informados por los especialistas de cirug¨ªa pl¨¢stica de los procedimientos t¨¦cnicos disponibles. "S¨®lo se practica el proceso completo a los pacientes que cumplan todos los requisitos y ofrezcan muy peque?o margen de duda", explica Esteva.
La trayectoria "exitosa" de la UTIG y la inexistencia de un servicio integral id¨¦ntico en otras comunidades ha provocado que mes a mes engorde la lista de espera. "No se est¨¢n abriendo nuevas unidades y va llegando desde todo el pa¨ªs", se?ala Esteva, quien espera en adelante una doble actuaci¨®n de los poderes p¨²blicos: que se abran nuevas unidades integrales (en Catalu?a y Asturias, hay dos unidades que cubren el diagnostico y el tratamiento hormonal, pero no operan) y que se dote de mayores medios a la UTIG del SAS.
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