Rectificaci¨®n
Cada vez aparecen m¨¢s indicios que apuntan a la posibilidad de que esta nueva legislatura implique una rectificaci¨®n de las posiciones mantenidas en la anterior. Y ello tanto para la estrategia del Gobierno, que prosigue su viraje hacia la derecha con su apoyo a las directivas europeas de retorno de inmigrantes y libertad de horarios laborales, como la de la oposici¨®n, pues el XVI congreso del PP ha venido a confirmar el decidido giro hacia la moderaci¨®n que por fin ha logrado imprimir Rajoy. Nada que objetar a las rectificaciones, pues quien rectifica demuestra que sabe aprender de su propia experiencia, cambiando de trayectoria cuando ¨¦sta conduce al fracaso. Pero hasta ahora nuestros pol¨ªticos parec¨ªan incapaces de aprender de sus errores, empecinados en caer una y otra vez en ellos, de acuerdo al celebrado lema de sostenella y no enmendalla. Y como muestra, la anterior legislatura. Tras el 11-M, cada una de las tres grandes fuerzas pol¨ªticas (los socialistas en el poder, los conservadores en la oposici¨®n y los nacionalistas en sus feudos) se hicieron su composici¨®n de lugar, se fijaron una meta estrat¨¦gica y la mantuvieron imp¨¢vidos contra viento y marea hasta el final de la legislatura.
Quienes quer¨ªan impedir a Rajoy que rectificase no han podido evitarlo al final
Aunque en realidad, hubo una excepci¨®n, pues Zapatero s¨ª que supo rectificar a tiempo, adoptando en 2007 un viraje estrat¨¦gico que le permiti¨® sobreponerse a la peligrosa deriva que ven¨ªa adquiriendo como consecuencia de sus arriesgadas apuestas pol¨ªticas (Estatut catal¨¢n y di¨¢logo de paz), un viraje con el que logr¨® invertir las tendencias electorales venciendo finalmente el 9-M. Esa rectificaci¨®n qued¨® reflejada en su renuncia a pactar el Gobierno de Navarra en coalici¨®n con los nacionalistas, cedi¨¦ndoselo a UPN (la marca local del PP). Pero no fue el ¨²nico gesto de rectificaci¨®n, pues tras el bombazo de Barajas tambi¨¦n renunci¨® a su negociaci¨®n con los terroristas, adoptando la pol¨ªtica de "firmeza y derrota" que le exig¨ªa el PP. De modo que Zapatero s¨ª demostr¨® que sab¨ªa aprender de sus propios errores, lo que le permiti¨® rectificar a tiempo y finalmente le concedi¨® la victoria.
En cambio, sus dem¨¢s adversarios no supieron rectificar, sino que mantuvieron inalterable su misma estrategia a lo largo de toda la legislatura. As¨ª lo hicieron los nacionalistas catalanes y vascos (sobre todo Ibarretxe, aunque no tanto Imaz) que aprovechando la debilidad de un Zapatero acosado por el PP se empe?aron en escenificar su continuo enfrentamiento con Madrid. Semejante apuesta, mantenida hasta el final, result¨® suicida para ellos, como han demostrado despu¨¦s de todo las urnas del 9-M. Y lo mismo le sucedi¨® al PP. Tambi¨¦n adopt¨® de comienzo a fin una estrategia de acoso y derribo contra Zapatero, que hasta el 2007 pareci¨® irle bastante bien, pues consegu¨ªa estrechar sus diferencias con ¨¦l tras los fracasos del Estatut y el proceso de paz. Pero cuando Zapatero rectific¨® en 2007 (como hemos visto antes), el PP no supo reaccionar a tiempo, y se empe?¨® en seguir manteniendo su estrategia de crispaci¨®n a ultranza aunque ya no le conviniera hacerlo. Y al final lo pag¨® con su derrota en las urnas.
Pero finalmente, Rajoy parece haber aprendido la lecci¨®n, pues aunque haya sido a toro pasado, por fin ha comenzado a rectificar. El viraje estrat¨¦gico adoptado por el PP en este congreso, un giro que se manifiesta mucho m¨¢s por el cambio de personas que por el cambio de ideas, supone una rectificaci¨®n en toda regla, tras haber comprendido que la derrota sufrida se debi¨® al fracaso de la estrategia aznarista. ?Por qu¨¦ no lo comprendi¨® antes Rajoy? ?Por qu¨¦ no rectific¨® en 2007, cuando a¨²n estaba a tiempo de ganar? Es posible que Rajoy lo comprendiera entonces muy bien, hasta el punto de que si hubiera estado en su mano hacerlo habr¨ªa intentado rectificar. Pero no pudo lograrlo. Quiz¨¢ quer¨ªa, pero no pod¨ªa. Y no pudo porque sus valedores no le dieron opci¨®n ni margen para ello. Por eso hac¨ªa falta que el PP sufriera una derrota tan clara como la del 9-M para que Rajoy, ya cargado de raz¨®n, recuperase la libertad para rectificar. Ahora quer¨ªa hacerlo y este congreso ha demostrado que ya puede rectificar, pues quienes quer¨ªan imped¨ªrselo no han podido evitarlo al final.
De este modo, Rajoy emprende un viaje desde la derecha hacia el centro a la vez que, en el bando opuesto, Zapatero adopta un viraje an¨¢logo en sentido inverso. Como vio que su rectificaci¨®n de 2007 le sal¨ªa bien desde el punto de vista electoral, el presidente del Gobierno ha optado por continuar insistiendo en la misma direcci¨®n, tratando de recuperar as¨ª la fuga de votos que se le fueron por su derecha. Una fuga que ahora podr¨ªa intensificarse, dada la probable atracci¨®n que sin duda despertar¨¢ el nuevo PP gallardonista refundado por Rajoy. Lo que quiz¨¢s obligue a Zapatero a derechizarse todav¨ªa m¨¢s.
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