Pintadas de ne¨®n
El colectivo neoyorquino Graffiti Research Lab crea sus murales con l¨¢ser en espacios urbanos
"Todo empez¨® como un experimento tecnol¨®gico sobre el graffiti. Porque sigo siendo un ingeniero. Pero me he metido mucho en el mundo de las pintadas, y ahora lo hago por los grafiteros y no por la tecnolog¨ªa". James Powderly es la cabeza visible de Graffiti Research Lab (sus siglas GRL, Laboratorio de Investigaci¨®n del Graffiti), un colectivo art¨ªstico y revolucionario que inventa herramientas limpias para interactuar en espacios o edificios p¨²blicos.
De su sede, FATLAB, en el creativo barrio de Williamsburg (Nueva York), han surgido inventos como el puntero l¨¢ser (imita la pintura de pintadas), los LED throwies (peque?as luces que se pegan en las fachadas, con una pila y un im¨¢n; duran tres semanas y sus mensajes son pol¨ªticos, contra Bush, por ejemplo) o el bike trolley, una bicicleta equipada con un proyector, un generador y un puntero l¨¢ser. Sistemas de graffiti virtuales, s¨®lo visibles por la noche, que no manchan, porque permiten pintar con luces.
Su labor tiene dividido al mundo: unos los llaman artistas urbanos; otros, hackers o activistas, y algunos los tachan de delincuentes. Son un ejemplo del dilema entre arte urbano legal o ilegal. El verano pasado, el grupo estuvo en Barcelona. Y pusieron El Corte Ingl¨¦s y a la Guardia Urbana en jaque.
"Fue incre¨ªble", asegura en conversaci¨®n por tel¨¦fono Powderly, de 31 a?os y natural de Tennessee. "Proyectamos dibujos y algunos tacos en la fachada de El Corte Ingl¨¦s [de la plaza de Catalu?a]. No sab¨ªamos que era una empresa muy importante en Espa?a. Pero all¨ª nos reunimos unas 150 o 200 personas. No nos pillaron. Fue en Starbucks donde nos metimos en l¨ªos... Escribimos Starsucks
y nos ech¨® la poli".
Todo empez¨® en 2005: "Yo trabajaba en rob¨®tica [colabor¨® en el Mars Rover de la NASA], pero con la ocupaci¨®n de Irak, mi proyecto se convirti¨® en algo militar. Y yo no quer¨ªa tener nada que ver con eso. As¨ª que lo dej¨¦", contin¨²a Powderly. Entonces conoci¨® a Evan Roth y surgi¨® la chispa. "A los dos nos dieron una beca para trabajar en la galer¨ªa neoyorquina Eyebeam's Open Lab. Su misi¨®n, muy parecida a la del Se?or Q de las pel¨ªculas de James Bond, era la misma que ahora: 'Equipar a grafiteros con tecnolog¨ªa de c¨®digo abierto para facilitar la comunicaci¨®n urbana".
Powderly explica: "A Evan le interesaba el graffiti por razones diferentes. Cuando cambi¨® Michigan por Nueva York, se qued¨® flipado con los garabatos que hab¨ªa dibujados en trenes, en el metro...".
Cinco a?os despu¨¦s, trabajan por su cuenta (sin la ayuda econ¨®mica de Eyebeam), han tejido una red mundial con centros en Toronto, Viena, ?msterdam, Barcelona, Tijuana o Hong Kong; han presentado su propio documental -rodado con cuatro duros- en el Festival de Sundance (enero de 2008), han expuesto en el MOMA y sus cachivaches han aparecido en campa?as publicitarias de Coca-Cola o de la MTV.
"Todas nuestras herramientas son de c¨®digo abierto. Cualquiera puede modificarlas, no est¨¢n patentadas. Queremos que, como la Biblia o como la obra de Shakespeare, formen parte de la cultura general y que cada cual las utilice como quiera. Pero nos jode que las grandes empresas las usen. Tenemos una lista de marcas que nos caen mal", avisa
Powderly.
Roth y Powderly han dejado su marca en el Coliseo y en la pir¨¢mide Cestia de Roma y en los rascacielos de Taipei y Hong Kong. "Lo que m¨¢s me duele es que las grandes firmas usan el graffiti con total impunidad como marketing de guerrilla. Pueden grafitear y nadie les pone un dedo encima. Pero mis colegas cumplen condenas. No me parece mal que se persiga el arte urbano, y que si no te pillan, te hagas famoso, y si te pillan, te encierren. Pero a todos o a ninguno", dice Powderly. Uno de sus amigos, Mike Bacca, ha pasado m¨¢s de tres meses en la c¨¢rcel por estampar su firma en 43 paredes neoyorquinas.
Powderly y Roth acaban de llegar de una intervenci¨®n en la Tate de Londres. "Nos mor¨ªamos de ganas de dibujar un pene en uno de sus laterales; el edificio, con su chimenea y sus dos inmuebles laterales, se parece a un falo y alguien ten¨ªa que recordarles que no puedes hacer un museo con esa pinta sin que la gente se r¨ªa de ello".
?Su pr¨®xima acci¨®n? "La vamos a liar gorda. Mantengan los ojos abiertos y la tele encendida".
Grandes preguntas
- ?Qui¨¦nes son? Graffic Research Lab desarrolla herramientas tecnol¨®gicas limpias para 'graffitis'. Sus responsables son James Powderly (Chattanooga, Tenessee; 1976), en la foto, y Evan Roth (Okemos, Michigan, 1978). www.graffitiresearchlab.com.- ?De d¨®nde vienen? Del mundo de la rob¨®tica (Powderly trabaj¨® para la NASA en el Mars Rover), del dise?o y la tecnolog¨ªa. De las pintadas del artista callejero ingl¨¦s Bansky y del movimiento del c¨®digo abierto.- "?A d¨®nde van? A Kosovo. Queremos dar a ese pueblo herramientas para que puedan utilizar la calle como soporte y medio de expresi¨®n".
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