Albert Cossery, escritor egipcio, pr¨ªncipe de la pereza
Sus historias, todas en franc¨¦s, ocurren siempre en El Cairo
No quer¨ªa nada. "Para probar que estoy en la tierra no necesito de coche alguno", dec¨ªa Albert Cossery, escritor egipcio de lengua francesa fallecido en Par¨ªs el pasado domingo a los 94 a?os. En su habitaci¨®n de hotel. La misma desde 1945, s¨®lo que ahora con nevera y televisor.
Cossery hab¨ªa nacido en El Cairo en 1913. Su madre era analfabeta y su padre, rentista. "Su principal ocupaci¨®n consist¨ªa en leer el peri¨®dico", explicaba el hijo, que nunca dej¨® de estar fascinado por la capacidad de no hacer nada: "Yo escribo dos frases por semana". El resultado fue un libro cada 10 a?os, algunos de ellos magn¨ªficos, como Mendiants et orgueilleux (Mendigos y orgullosos, 1955), que conoci¨® una nueva vida durante la d¨¦cada de los noventa, cuando fue adaptado a la pantalla y transformado en c¨®mic de ¨¦xito. Su protagonista, Gohar, es un mendigo.
Como buena parte de la burgues¨ªa cairota, Cossery le¨ªa en franc¨¦s. La revelaci¨®n literaria le lleg¨® a trav¨¦s de Balzac. A los 17 a?os ya se asom¨® por Par¨ªs, pero luego, entre 1939 y 1945, trabaj¨® como segundo de a bordo en un mercante egipcio. Acabada la guerra se instal¨® en Par¨ªs, en compa?¨ªa de sus amigos: Lawrence Durrell, Henry Miller, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian.
Su primer libro -una serie de relatos que lleva por t¨ªtulo Les hommes oubli¨¦s de Dieu (Los hombres olvidados de Dios, 1936)- se public¨® en revistas cairotas y fue reunido en un solo volumen por Miller, que lo edit¨® en Estados Unidos. En 1947 dio a conocer La maison de la mort certaine (La casa de la muerte segura) -en Egipto lo publicaron en 1942-, una historia de un edificio ruinoso que le vale como met¨¢fora de Egipto y del mundo, un enfrentamiento entre ricos in¨²tiles y gandules fil¨®sofos, y en 1948 edita Les fain¨¦ants dans la vall¨¦e fertile (Los holgazanes en el valle fecundo), que presenta a una familia que cultiva la pereza con pasi¨®n.
Durante la posguerra parisiense, Cossery, siempre acompa?ado de su gran amigo Camus, ambos dedicados a intentar seducir a las chicas m¨¢s atractivas, tom¨® la decisi¨®n de no moverse ya nunca de su habitaci¨®n en el modesto hotel La Louisiane. All¨ª ha dormido su ¨²ltimo sue?o. "Nunca he pose¨ªdo nada. ?Para qu¨¦? Me basta mi habitaci¨®n de hotel". Eso s¨ª, ten¨ªa varios trajes, siempre impecables, y se paseaba por Saint Germain-des-Pr¨¦s siempre erguido, con el cigarrillo entre los labios y un pa?uelo emergiendo del bolsillo de la chaqueta.
A pesar de haber escrito siempre en franc¨¦s, tambi¨¦n siempre quiso que sus historias transcurriesen en su ciudad natal. "Soy de cultura egipcia y lengua francesa, con un mundo egipcio. Pienso en ¨¢rabe". Y eso tambi¨¦n se comprueba en La violence et la d¨¦rision (La violencia y la burla, 1964), Un complot de saltimbanquis (1975), Une ambition dans le d¨¦sert (Una ambici¨®n en el desierto, 1984) y Les couleurs de l'infamie (Los colores de la infamia, 1999), sus otras novelas repletas de barrenderos, ladronzuelos, prostitutas y mendigos, de una distinci¨®n principesca y de un menosprecio por la riqueza dignos de Di¨®genes.
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