Una aclaraci¨®n necesaria
La regulaci¨®n del final de la vida en un entorno cada vez m¨¢s medicalizado exige un continuo esfuerzo de clarificaci¨®n. En Espa?a, el C¨®digo Penal y la Ley de Autonom¨ªa del Paciente, de 2002 (con Gobierno del PP), dejaban -en teor¨ªa- el asunto zanjado: "Todo paciente o usuario tiene derecho a negarse al tratamiento", dice taxativamente esta ¨²ltima norma en su art¨ªculo 2.4. Sobre los profesionales, a?ade que todo el que intervenga "en la actividad asistencial est¨¢ obligado no s¨®lo a la correcta prestaci¨®n de sus t¨¦cnicas, sino al cumplimiento de los deberes de informaci¨®n y de documentaci¨®n cl¨ªnica, y al respeto de las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el paciente".
Pero esta claridad no ha impedido odiseas como la de Inmaculada Echevarr¨ªa, la mujer andaluza que pidi¨® que le desconectaran el respirador que la manten¨ªa consciente, pero obligada a estar encamada durante toda su vida. La petici¨®n de Echevarr¨ªa de que le retiraran esa m¨¢quina no fue atendida por los m¨¦dicos del hospital religioso en el que estaba ingresada, en contra de lo que dice la ley. Ello le oblig¨® a un penoso peregrinaje por instancias oficiales y a sacar a la luz p¨²blica todas las intimidades de su vida, hasta conseguir que fuera la propia Junta de Andaluc¨ªa la que diera luz verde a su petici¨®n, que exigi¨® su traslado a uno p¨²blico.
Seguramente en el ¨¢nimo de los legisladores auton¨®micos haya pesado el recuerdo de este caso, y otros distintos como el de Madeleine, la mujer de Alicante que se quit¨® la vida, o el esc¨¢ndalo del caso Legan¨¦s, donde se mezclaron conceptos como eutanasia (una pr¨¢ctica ilegal en Espa?a) con la sedaci¨®n de enfermos terminales (legal y recomendada por todas las organizaciones cient¨ªficas, y que incluso acepta la Iglesia cat¨®lica). El PSOE ha retirado la discusi¨®n de la eutanasia de su programa electoral.
Por eso, aunque el proyecto no suponga un cambio frente a la legislaci¨®n nacional -algo por otra parte imposible, ya que las normas estatales son de mayor rango-, es aconsejable que se aclaren t¨¦rminos y procedimientos. El objetivo debe ser que sea el paciente -informado- quien tenga la ¨²ltima palabra.
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