Los combustibles, por las nubes
El Congreso siempre ha tenido debilidad por los expertos que les dicen a sus miembros lo que quieren o¨ªr, ya sean economistas de la oferta que declaran que los recortes fiscales aumentan la renta o esc¨¦pticos frente al cambio clim¨¢tico que insisten en que el calentamiento global es un mito. Ahora mismo se ha dado v¨ªa libre a los analistas que afirman que los especuladores incontrolados son los responsables de que el gal¨®n (4,546 litros) de gasolina cueste cuatro d¨®lares.
En mayo, Michael Masters, director de un fondo de cobertura, solt¨® una bomba cuando comunic¨® a un comit¨¦ del Senado que la especulaci¨®n es la principal causa de la subida del precio del petr¨®leo y de otras materias primas. Present¨® tablas en las que se ve¨ªa el crecimiento del mercado de futuros del petr¨®leo, en el que los inversores compran y venden promesas de entregar el petr¨®leo en una fecha posterior, y afirm¨® que "el aumento en la demanda procedente de especuladores de ¨ªndice" -el t¨¦rmino con el que ¨¦l califica a los inversores institucionales que compran futuros de productos b¨¢sicos- "equivale pr¨¢cticamente al aumento en la demanda procedente de China".
Las materias primas suben por la demanda de los pa¨ªses emergentes y no por la especulaci¨®n
Muchos economistas se mofaron de ¨¦l, ya que la singular afirmaci¨®n de Masters implicaba que apostar por un precio m¨¢s elevado del petr¨®leo -porque eso es lo que significa comprar un contrato de futuros- equivale a quemar de verdad el petr¨®leo.
Pero a los miembros del Congreso les gust¨® lo que oyeron y, a partir de este testimonio, gran parte del Capitolio se ha subido al vag¨®n de "la culpa es de los especuladores".
Resulta un poco sorprendente que los republicanos hayan estado al menos igual de dispuestos que los dem¨®cratas a denunciar a los malvados especuladores. Pero resulta que la fe conservadora en los mercados libres se evapora en cierto modo cuando se trata del petr¨®leo. Por ejemplo: National Review lleva a?os publicando art¨ªculos en los que se culpa a los especuladores del elevado precio del petr¨®leo, desde que el precio super¨® los 50 d¨®lares el barril.
Y fue John McCain, no Barack Obama, el que dijo hace poco: "Aunque unos pocos especuladores imprudentes est¨¢n contando sus beneficios en papel, la mayor¨ªa de los estadounidenses est¨¢n qued¨¢ndose a dos velas y utilizan una parte cada vez mayor de sus salarios, ganados con el sudor de su frente, para comprar gasolina".
?Por qu¨¦ tienen tantas ganas los pol¨ªticos de colgarle el sambenito del precio del petr¨®leo a los especuladores? Porque les permite creer que no tenemos que adaptarnos a un mundo en el que la gasolina sea cara.
De hecho, hace unos d¨ªas, Masters aseguraba a un subcomit¨¦ de la C¨¢mara que se puede volver a la ¨¦poca en la que el petr¨®leo estaba barato s¨®lo con pedirlo. Si el Congreso aprobara leyes que restrinjan la especulaci¨®n, afirma, el precio de la gasolina se reducir¨ªa casi a la mitad en cuesti¨®n de semanas.
Vale, ahora hablemos de la realidad.
?Est¨¢ contribuyendo la inflaci¨®n al aumento del precio del petr¨®leo? No es algo que se pueda descartar. Los economistas ten¨ªan raz¨®n al mofarse de Masters -comprar un contrato de futuros no reduce directamente la oferta de petr¨®leo para los consumidores-, pero en determinadas circunstancias la especulaci¨®n en el mercado de futuros del petr¨®leo puede incrementar indirectamente los precios, lo que alienta a los productores y a otros actores a acumular el petr¨®leo en lugar de hacer que est¨¦ disponible para su uso.
El que esto est¨¦ pasando o no ahora es un tema que se presta a un debate altamente t¨¦cnico (los lectores que quieran saber hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle pueden leer mi blog, krugman.blogs.nytimes.com, y seguir los enlaces). Basta con decir que algunos economistas, yo incluido, le damos mucha importancia al hecho de que faltan los signos que suelen revelar un boom especulativo de los precios. Pero otros economistas sostienen que, de hecho, la falta de pruebas no es una prueba firme de que falten.
?Y qu¨¦ pasa con los que mantienen que el exceso especulador es la ¨²nica forma de explicar la velocidad a la que ha subido el precio del petr¨®leo? Pues tengo tres palabras para ellos: mineral de hierro.
Lo que pasa es que no se comercia con el mineral de hierro a escala global, sino que su precio se establece a trav¨¦s de acuerdos directos entre productores y consumidores. De modo que no es f¨¢cil especular con el precio del mineral. Sin embargo, el precio del mineral de hierro, al igual que el del petr¨®leo, se ha desbocado a lo largo del pasado a?o: el precio que los fabricantes chinos de acero pagan a las minas australianas acaba de dispararse un 96%.
Esto da a entender que el aumento de la demanda por parte de las econom¨ªas emergentes, y no la especulaci¨®n, es la verdadera historia que se esconde detr¨¢s de la subida del precio de las materias primas, el petr¨®leo incluido. En cualquier caso, una cosa est¨¢ clara, y es que toda esta hiperventilaci¨®n por la especulaci¨®n en el mercado del petr¨®leo est¨¢ distray¨¦ndonos de los verdaderos problemas.
Controlar con mano dura los mercados de futuros no es una mala idea, pero no va a hacer que vuelva la ¨¦poca en la que el petr¨®leo estaba barato. Nada va a conseguir esto. El precio del petr¨®leo fluctuar¨¢ en los pr¨®ximos a?os (no me sorprender¨ªa que bajara a medida que los consumidores conduzcan menos, se compren coches que consuman menos combustible, etc¨¦tera), pero la tendencia a largo plazo es sin duda al alza.
La mayor parte de los ajustes frente a un aumento en el precio del petr¨®leo tendr¨¢ lugar a trav¨¦s de la iniciativa privada, pero el Gobierno puede ayudar al sector privado de varias maneras, como contribuyendo a desarrollar tecnolog¨ªas de energ¨ªas alternativas y nuevos m¨¦todos de conservaci¨®n y de ampliaci¨®n de la disponibilidad del transporte p¨²blico.
Pero no tendremos ni por asomo una pol¨ªtica energ¨¦tica racional si escuchamos a la gente que nos asegura que, s¨®lo con desearlo, el precio elevado del petr¨®leo se esfumar¨¢.
? 2008 New York Times News Service.
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