Verano de 2008
Las perspectivas econ¨®micas con las que ha comenzado el verano de 2008 no pueden ser menos alentadoras para la mayor parte del planeta. A los continuos r¨¦cords de los precios del petr¨®leo y de otras materias primas se une el incesante goteo de noticias negativas en el sector financiero, motivadas en su origen por el abuso de las hipotecas locas. A ello podr¨ªa a?adirse la factible subida de los tipos de inter¨¦s por parte del Banco Central Europeo (BCE) y la congelaci¨®n del precio del dinero que depende de la Reserva Federal (Fed), que parece haber dado por terminada la temporada de pol¨ªtica monetaria expansiva que inici¨® hace un a?o. El analista Martin Wolf escrib¨ªa hace unos d¨ªas que dos tormentas "sacuden a la econom¨ªa mundial: una tormenta inflacionista de los precios de las materias primas y otra financiera deflacionista". Pues bien, las autoridades monetarias centrales parecen haber decidido de modo definitivo que el combate contra la primera es prioritaria en estos momentos.
El propio Congreso de EE UU reconoce que el 70% de la negociaci¨®n del crudo es hoy especulaci¨®n
Con estas expectativas se recibe el primer aniversario de la crisis de las hipotecas subprime. La semana pasada hizo un a?o de que el Wall Street Journal escribiese que dos fondos del banco Bear Stearns estaban al borde del colapso. Poco antes, las agencias de calificaci¨®n de riesgos Standard & Poor's y Moody's, que no hab¨ªan olido el problema que se ven¨ªa encima, bajaron la calificaci¨®n de cientos de emisiones hipotecarias. Desde entonces hemos visto intervenciones masivas y concertadas de los bancos centrales para suministrar liquidez al sistema financiero; nacionalizaci¨®n de un banco en el Reino Unido (Northern Rock) y adquisici¨®n financiada por la Fed de otro (Bear Stearns) para evitar un p¨¢nico que se identifica con las peores escenas de la Gran Depresi¨®n; la aristocracia de la banca de inversi¨®n mundial (UBS, Citigroup, Merrill Lynch, Lehman Brothers...) afectada de p¨¦rdidas multimillonarias, ampliando capital con dinero proveniente de los fondos p¨²blicos de los pa¨ªses emergentes, y con una reducci¨®n espectacular de su valor burs¨¢til; etc¨¦tera.
Un a?o despu¨¦s, el interbancario sigue seco y caro, los bancos siguen sin prestarse dinero unos a otros en pleno ambiente de desconfianza, y no hay semana en que no se ampl¨ªen las dificultades de las entidades afectadas (las ¨²ltimas, el cuarto banco brit¨¢nico Barclays, el belga holand¨¦s Fortis o el italiano Unicr¨¦dito). Los bancos y cajas de ahorro espa?oles, que hasta ahora han sorteado bien los problemas, empiezan a revolverse inquietos ante la duraci¨®n de la crisis de liquidez: en el segundo semestre del a?o necesitar¨¢n m¨¢s de 60.000 millones de euros para hacer frente al vencimiento de las obligaciones que han adquirido ante quienes les prestaron el dinero.
En cuanto a la inflaci¨®n generada por el espectacular aumento del precio del petr¨®leo, hay pocas certidumbres: en el ¨²ltimo a?o, el precio del barril se ha doblado, pero esa tendencia adquiere m¨¢s gravedad si se ampl¨ªa el foco: desde finales del a?o 2001, el precio real del petr¨®leo se ha multiplicado por seis. Las dificultades combinan la citada carest¨ªa con la escasez (creciente agotamiento de los pozos existentes, especialmente los de f¨¢cil acceso, y sustituci¨®n por otros cuya extracci¨®n exige tecnolog¨ªas m¨¢s sofisticadas y m¨¢s inversi¨®n), la urgente lucha contra el cambio clim¨¢tico y el fen¨®meno creciente de la especulaci¨®n en los mercados de futuros. Seg¨²n una declaraci¨®n en el Congreso de EE UU del supervisor de estos mercados en EE UU, el 70% del negocio del crudo es hoy especulaci¨®n. El representante del Partido Dem¨®crata, tras conocer esa opini¨®n, declar¨®: "Esto hace preguntarse si los precios futuros del crudo se han desvinculado del suministro subyacente y los fundamentales de la demanda, y si los mercados de materias primas se han convertido en un casino para especuladores sin escr¨²pulos que se enriquecen a costa del pueblo americano". Tendencia que da en buena parte la raz¨®n a los pa¨ªses productores de petr¨®leo, que afirman que en el origen de las actuales tensiones no existe escasez de oferta sino especulaci¨®n financiera, debilidad del d¨®lar y conflictos geopol¨ªticos.
Ante todo ello, cobra actualidad el pensamiento del padre de la demograf¨ªa, Robert Malthus, que a finales del siglo XVIII pronostic¨® un combate continuo entre la capacidad humana de reproducci¨®n y la producci¨®n de materias primas y alimentos. ?Agorero o profeta?
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