El fiscal impugna ante el Supremo la absoluci¨®n de El Egipcio en el 11-M
El alto tribunal analiza los recursos contra la sentencia de la Audiencia Nacional
En el Tribunal Supremo no valen las tonter¨ªas y caben pocas sorpresas. Seguramente por ello, lo ocurrido ayer durante la vista de los recursos de casaci¨®n contra la sentencia por los atentados del 11-M se atuvo al gui¨®n previsto. El fiscal Luis Navajas impugn¨® la absoluci¨®n de Rabei Osman, Mohamed El Egipcio, por considerar que la propia sentencia dictada por la Audiencia Nacional se?alaba que es miembro de una organizaci¨®n terrorista de car¨¢cter yihadista. La Audiencia le absolvi¨® por entender que ya hab¨ªa sido condenado en Italia por el mismo delito y nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos. El fiscal, sin embargo, considera que la sentencia de Italia no es firme y que, por tanto, El Egipcio debi¨® y debe ser condenado por integraci¨®n en banda terrorista en Espa?a. La vista de los recursos de las acusaciones dej¨® tambi¨¦n claro que la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, al menos jur¨ªdicamente, est¨¢ muerta. Los abogados que la defend¨ªan s¨®lo se dedicaron a tratar de mejorar las indemnizaciones de sus clientes.
El fiscal afirma que "son todos los que est¨¢n, pero no est¨¢n todos los que son"
El marco del recurso de casaci¨®n es muy preciso y deja escaso lugar a las florituras; por eso, si el juicio del 11-M dur¨® cuatro meses y medio, la vista de los recursos contra la sentencia en el Supremo se celebrar¨¢ en cuatro d¨ªas.
El fiscal Navajas resumi¨® en menos de media hora su recurso de m¨¢s de 466 folios. Tras un recuerdo a las v¨ªctimas, asegur¨® que en el proceso por el 11-M, en referencia a los acusados, "son todos los que est¨¢n, pero, en modo alguno, est¨¢n todos los que son". El fiscal se refiere a que los condenados son autores de la matanza, pero que hubo autores materiales que huyeron como Daoud Ouhnane, Mohamed Belhadj y Mohamed Afalah, que presumiblemente murieron en atentados suicidas en Irak, y Abdelilah Hriz, que ser¨¢ juzgado en Marruecos.
Navajas record¨® que la sentencia declara probado que Rabei Osman, Mohamed El Egipcio, es miembro de un "grupo terrorista de tipo yihadista que, mediante el uso de la violencia en todas sus manifestaciones, pretende derrocar los reg¨ªmenes democr¨¢ticos y eliminar la cultura de tradici¨®n cristiano-occidental sustituy¨¦ndolos por un Estado isl¨¢mico bajo el imperio de la sharia o ley isl¨¢mica en su interpretaci¨®n m¨¢s radical, extrema y minoritaria".
El Egipcio fue condenado a 10 a?os de c¨¢rcel por el Primer Tribunal de lo Penal de Mil¨¢n, el 6 de noviembre de 2006, por un delito equivalente al de pertenencia a banda armada, organizaci¨®n o grupo terrorista. La resoluci¨®n fue recurrida ante el Tribunal de Apelaci¨®n de Mil¨¢n, que la rebaj¨® de 10 a 8 a?os de prisi¨®n y modific¨® la calificaci¨®n jur¨ªdica del delito de dirigente de organizaci¨®n terrorista a simple militante o pertenencia a banda terrorista. Finalmente, esta ¨²ltima sentencia tambi¨¦n est¨¢ recurrida ante el Tribunal de Casaci¨®n, equivalente italiano del Tribunal Supremo, que todav¨ªa no se ha pronunciado.
Por ello, el fiscal cree que la respuesta que la Audiencia debi¨® dar al problema no debi¨® ser la absoluci¨®n sino computar en una u otra jurisdicci¨®n -italiana o espa?ola- el tiempo cumplido en una y otra sentencia.
El letrado Antonio Segura, en nombre de la Asociaci¨®n 11-M Afectados de Terrorismo, que preside Pilar Manj¨®n, apoy¨® el recurso del fiscal pero, adem¨¢s, solicit¨® para El Egipcio m¨¢s de 40.000 a?os por entender que fue autor por inducci¨®n de los atentados.
Antonio Garc¨ªa, en representaci¨®n de Manj¨®n, defendi¨® que el confidente Raf¨¢ Zouhier debe ser condenado como autor por cooperaci¨®n necesaria. Su intervenci¨®n, dijo, fue clara y determinante. El letrado hizo hincapi¨¦ en la teor¨ªa de los bienes escasos. Los explosivos no est¨¢n al alcance de cualquiera y al poner en contacto a los proveedores de los explosivos con los miembros de la c¨¦lula terrorista su colaboraci¨®n se convierte en indispensable.
El letrado reclam¨® tambi¨¦n la condena como autor material de los atentados de Abdelmajid Bouchar, El Gamo, condenado ¨²nicamente como pertenencia al grupo terrorista. Bouchar fue la persona que huy¨® a la carrera del piso de Legan¨¦s y avis¨® a los terroristas de la presencia de la polic¨ªa. Estuvo en todos los escenarios del 11-M, lo que refuerza la idea de que fue autor material.
Varios abogados como Mar¨ªa Ponte y Manuel Murillo exigieron tambi¨¦n las condenas de Antonio y Carmen Toro, que fueron absueltos, como autores por cooperaci¨®n necesaria. Sostienen que ambos estuvieron en las reuniones de los McDonald's en los que se negoci¨® la compra de los explosivos con droga, que Antonio Toro fue el primero en ofrecer la dinamita asturiana a Zouhier y que Carmen Toro estuvo en la casucha de Morata de Taju?a, donde pudo comprobar el radicalismo yihadista de Jamal Ahmidan, y a pesar de ello, facilitaron la compra de los explosivos.
Por ¨²ltimo, Fernando Luj¨¢n reclam¨® la condena de Emilio Llano, el capataz de Mina Conchita, de donde salieron los explosivos. El letrado insisti¨® en que Llano falsific¨® los libros de consumo de explosivos de la mina de forma consciente, lo que permiti¨® que se pudiera robar la dinamita sin que saltaran las alarmas.
La muerte de una teor¨ªa
Los abogados de la AVT o de la Asociaci¨®n de Ayuda a las V¨ªctimas del 11-M, que durante el juicio celebrado en la Casa de Campo fueron los m¨¢s firmes defensores de la Teor¨ªa de la Conspiraci¨®n parecen haberse replegado a sus cuarteles de invierno.
Los letrados Juan Carlos Rodr¨ªguez Segura, Jos¨¦ Mar¨ªa de Pablo y Emilio Murcia, que en mayor o menor medida defendieron la participaci¨®n de ETA en los atentados de Madrid o una conspiraci¨®n de agentes de polic¨ªa y del CNI para derribar al Gobierno del PP, se han bajado del burro.
Ni siquiera han recurrido la sentencia en cuanto a los hechos probados y a la implicaci¨®n de los yihadistas en los atentados. Por lo ¨²nico que ahora pelean es porque a algunos de sus clientes no les han reconocido la condici¨®n de v¨ªctimas o porque la indemnizaci¨®n que les ha correspondido no responde a sus expectativas. Seguramente es una pelea mucho m¨¢s productiva, porque el Supremo tolera poco las aventuras y el fraude de ley.
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