"Mamita, me doy por vencida"
Las cartas de la ex candidata a su madre estremecieron al mundo
El estado de ¨¢nimo de Ingrid Betancourt en su ¨²ltima carta sobrecogi¨® al mundo. Sus allegados recordaban que la Ingrid de 40 a?os, la que se hab¨ªa presentado como candidata a las elecciones presidenciales de Colombia, la mujer a la que los guerrilleros de las FARC apresaron el 23 de febrero de 2002, estaba llena de energ¨ªa, era luchadora, rebelde y contestataria. Un d¨ªa pod¨ªa repartir preservativos en el centro de Bogot¨¢ para promover campa?as contra el sida y otro d¨ªa pod¨ªa viajar al departamento del Caquet¨¢, cuando se acababan de romper las negociaciones entre el Gobierno y las FARC, con tal de recuperar el di¨¢logo con los guerrilleros.
Aquella Ingrid quijotesca que fue secuestrada junto a su compa?era Clara Rojas no ten¨ªa nada que ver con la que se ve¨ªa reflejada en una carta dirigida a su madre y difundida en octubre del a?o pasado. La misiva, donde se apreciaba el des¨¢nimo de una mujer derrotada, desconocida hasta entonces, sobrecogi¨® al mundo:
"No he vuelto a comer, el pelo se me cae, no tengo ganas de nada"
"Estoy, mamita, cansada, cansada de sufrir. He sido, o tratado de ser fuerte. Estos casi seis a?os de cautiverio han demostrado que no soy tan resistente, ni tan valiente, ni tan inteligente, ni tan fuerte como yo cre¨ªa. He dado muchas batallas, he tratado de escaparme en varias oportunidades, he tratado de mantener la esperanza como quien mantiene la cabeza fuera del agua. Pero mamita, ya me doy por vencida (...)".
Y segu¨ªa: "La vida aqu¨ª no es vida. Es un desperdicio l¨²gubre de tiempo. Vivo, o sobrevivo, en una hamaca tendida entre dos palos, cubierta con un mosquitero y con una carpa encima, que oficia de techo, con la cual puedo pensar que tengo una casa. Tengo una repisa donde pongo mi equipo, es decir, el morral con la ropa y la Biblia que es mi ¨²nico lujo".
La carta se propag¨® por Internet como el fuego en verano. Se publicaron libros y se desencaden¨® toda una batalla diplom¨¢tica desde Europa que no consigui¨® conmover a los guerrilleros. Hasta el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, pidi¨® varias veces a los guerrilleros por televisi¨®n que liberasen a Ingrid.
El pasado enero, la reh¨¦n Consuelo Gonz¨¢lez de Perdomo fue liberada por las FARC. Hab¨ªa compartido con Ingrid Betancourt tres a?os en la selva. Y la recordaba fuerte de esp¨ªritu y ¨¢nimo: "Cuando me ve¨ªa triste, era ella la que me dec¨ªa tranquila, que de aqu¨ª vamos a salir".
Pero en la carta que la madre de Ingrid recibi¨® en enero de 2007, su hija le dec¨ªa: "Siento que mis ni?os est¨¢n con sus vidas en stand-by esperando que yo salga, y tu sufrimiento diario, y el de todos, hace que la muerte me parezca casi como una dulce opci¨®n. (...) Estoy cansada de sufrir, de llevarlo por dentro todos los d¨ªas, de decirme mentiras a m¨ª misma, de que pronto esto va a terminar, y de ver que cada d¨ªa es igual al infierno del anterior. (...) Estoy mal f¨ªsicamente. No he vuelto a comer, el apetito se me bloque¨®, el pelo se me cae (...), no tengo ganas de nada. (...) Es lo ¨²nico que est¨¢ bien. No tener ganas de nada. Porque en esta selva, la ¨²nica respuesta a todo es NO". Ingrid trat¨® varias veces de fugarse. Pero siempre terminaban dando con ella.
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