Uribe, m¨¢s fuerte que nunca
El presidente colombiano podr¨¢ imponer las condiciones de negociaci¨®n a la guerrilla
P¨®quer de ases; as¨ª fue el resultado de la jugada del presidente de Colombia, ?lvaro Uribe, con el operativo que devolvi¨® a la libertad a Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y 11 miembros de la fuerza p¨²blica el pasado mi¨¦rcoles. Ayer, los an¨¢lisis mostraban un nuevo mapa pol¨ªtico del pa¨ªs: por un lado, un Uribe fortalecido como ning¨²n presidente en la historia reciente; por otro, unas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a las que parece no quedarles ninguna salida distinta a aceptar las condiciones que les imponga su enemigo.
"La ¨²nica factura que vamos a pasar es la invitaci¨®n a la paz", dice Uribe
P¨®quer de ases; as¨ª fue el resultado de la jugada del presidente de Colombia, ?lvaro Uribe, con el operativo que devolvi¨® a la libertad a Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y 11 miembros de la fuerza p¨²blica el pasado mi¨¦rcoles. Ayer, los an¨¢lisis mostraban un nuevo mapa pol¨ªtico del pa¨ªs: por un lado, un Uribe fortalecido como ning¨²n presidente en la historia reciente; por otro, unas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a las que parece no quedarles ninguna salida distinta a aceptar las condiciones que les imponga su enemigo.
Los guerrilleros se quedaron, de un solo golpe, sin las cartas principales para el canje con el que pretend¨ªan la libertad de sus combatientes en prisi¨®n. "Uribe puede ir como un rey a la mesa de negociaciones", afirm¨® nada m¨¢s llegar a Colombia el padre de los hijos de Ingrid, el diplom¨¢tico franc¨¦s Fabrice Delloye.
Uribe, en la alocuci¨®n presidencial que pronunci¨® el mi¨¦rcoles tras la liberaci¨®n, hizo un llamamiento desde su posici¨®n de ganador a los guerrilleros: "La ¨²nica factura que vamos a pasar es la invitaci¨®n a la paz...; no disparamos ni un solo tiro para que las FARC entiendan que la pol¨ªtica de seguridad democr¨¢tica es un camino a la paz".
Su mano dura tiene a las FARC como siempre so?¨®: doblegadas para obligarlas negociar. La pregunta es: ?Esta guerrilla, que a¨²n tiene unos 7.000 u 8.000 armados, est¨¢ dispuesta a ceder? ?C¨®mo asimilar¨¢ esta humillaci¨®n, sin duda un golpe moral m¨¢s fuerte que las recientes muertes de tres de los hombres de la c¨²pula?
La alocuci¨®n presidencial fue inusual; una especie de puesta en escena de la victoria: un presidente rodeado del alto mando militar y de los liberados colombianos -los tres estadounidenses salieron la misma tarde del mi¨¦rcoles hacia su pa¨ªs-, todos sacando pecho por sus fuerzas militares; los generales y el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, orgullosos al m¨¢ximo de ser parte del equipo ganador. Ofrecieron el ¨¦xito como regalo a Uribe, que hoy cumple 56 a?os.
La alocuci¨®n se convirti¨® en conferencia de prensa con el presidente haciendo las veces de moderador; uno a uno, ministro de Defensa y altos mandos, dieron detalles de la sorprendente operaci¨®n que, en su etapa final, dur¨® 22 minutos y 13 segundos.
Uribe se catapult¨® no s¨®lo por lo impecable del operativo, en el que s¨®lo se utilizaron armas de inteligencia, sino por el inesperado espaldarazo que Ingrid pronunci¨® en su presencia: "Creo que uno de los m¨¢s duros golpes que se ha dado a las FARC, fuera de este extraordinario operativo, es la reelecci¨®n presidencial".
Betancourt, que pas¨® m¨¢s de seis a?os cautiva de la guerrilla, declar¨® que desde que se prolong¨® el mandato de Uribe en 2006 las FARC no han tenido respiro.
Ayer, en medio de la dicha por esta liberaci¨®n masiva, pas¨® casi inadvertida una noticia de la Corte Constitucional: no revisar¨¢, como pidi¨® la Corte Suprema de Justicia, el acto legislativo que modific¨® la Constituci¨®n d¨¢ndo cabida a la reelecci¨®n de Uribe. Por tanto, ayer parec¨ªa seguro que el presidente enterrar¨¢ la idea, duramente criticada, de convocar un referendo para legitimar su elecci¨®n.
El senador Gustavo Petro, uno de los m¨¢s tenaces opositores de Uribe, resumi¨® en una frase el nuevo panorama pol¨ªtico: "El presidente puede escoger entre dos caminos: o perpetuarse en el poder, porque no tiene contradictor, o terminar su segundo periodo [en 2010] y quedar en la historia como el hombre que pudo doblegar a las FARC".
Y hay m¨¢s efectos: Uribe retoma la iniciativa -que perdi¨® con la intervenci¨®n en el tema de los presidentes de Venezuela y Ecuador, Hugo Ch¨¢vez y Rafael Correa- para manejar de ahora en adelante los hilos que permitan la libertad de los 25 que a¨²n est¨¢n en las c¨¢rceles de la selva.
En ese sentido, Ingrid Betancourt tambi¨¦n opin¨® sobre el papel que deben cumplir los pa¨ªses vecinos: "Nos deben ayudar a la liberaci¨®n de los secuestrados, no a fortalecer la guerra". Hizo un llamamiento a Ch¨¢vez y Correa para "ayudar a restablecer los v¨ªnculos de amistad y confianza con el presidente ?lvaro Uribe". "Los colombianos eligieron a Uribe, no a las FARC", afirm¨® en uno de los encuentros informales con la prensa.
En medio de la euforia pareciera que el Gobierno y la guerrilla compartieran un objetivo: hacer olvidar a los colombianos que este pa¨ªs de 44 millones de personas, la mitad de ellos pobres, tiene un abanico de problemas que no se agota con la derrota de las FARC.
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