Comida casera en tiempo r¨¦cord
En India, las cosas funcionan a medias. Cuando funcionan. Pero las excepciones son de nota. Los servicios de reparto de comida son un buen ejemplo. Su mejor exponente son los dabbawalas (repartidores de almuerzos caseros) de Mumbai. Cinco mil hombres que transportan a pie (muchas veces descalzos), en bicicleta o en transporte p¨²blico cada d¨ªa 200.000 comidas en la ciudad m¨¢s grande de India. Y casi nunca se equivocan.
Los clientes -en su mayor¨ªa oficinistas- no pueden imaginar que el almuerzo que les hacen en casa no les llegue, casi siempre, a¨²n caliente. Y es que la probabilidad de que estos repartidores se equivoquen -algo peligroso en un pa¨ªs donde se respetan estrictas dietas religiosas- es de s¨®lo una entre seis millones de entregas. As¨ª lo corroboran las certificaciones Six Sigma e Iso 2000, y eso que la gran mayor¨ªa de ellos no saben leer.
5.000 hombres reparten cada d¨ªa 200.000 comidas en tres horas
S¨®lo una de cada seis millones de entregas se equivoca de cliente
Hasta el a?o pasado el servicio se resist¨ªa a las nuevas tecnolog¨ªas
Los repartidores cuentan con una especie de c¨®digo postal de colores y letras que cada uno conoce a la perfecci¨®n. Para su trabajo hacen uso de los compartimentos de carga del metro de Mumbai. Ah¨ª, los almuerzos se acomodan de acuerdo al ¨¢rea de la ciudad a la que van. Cada recipiente pasa en promedio por cuatro dabbawalas y recorre entre 60 y 70 kil¨®metros. Y si alg¨²n contratiempo llegara a pasar hay siempre suplentes dispuestos a seguir el trabajo: "Todo con el objetivo de no fallar nunca al cliente", cuenta el presidente de la Asociaci¨®n de Dabbawalas, Raghunath Medage.
La puntualidad es una de sus virtudes: las comidas llegan al trabajo antes de las 12.30 del mediod¨ªa. En tres horas se recogen y entregan unos 200.000 almuerzos. Despu¨¦s retiran los recipientes (cilindros met¨¢licos con 3 o 4 separadores) y los llevan de vuelta a la casa del cliente. Todo por entre 350 y 500 rupias al mes (entre cinco y siete euros), que reportan a cada repartidor entre 6.000 y 7.000 rupias (88 y 102 euros).
Apenas hay mujeres entre los dabbawalas, igual que en India a¨²n son pocos los maridos que cocinan para sus esposas. Son tan populares que tambi¨¦n ofrecen la posibilidad de pasar un d¨ªa con ellos. Generalmente, turistas o estudiantes de negocios, pero tambi¨¦n gente como el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra o Richard Branson, director del grupo brit¨¢nico Virgin. Una tradici¨®n que se remonta a hace 118 a?os. Dicen que fueron los indios empleados de las compa?¨ªas brit¨¢nicas los que fomentaron el servicio. Ahora reparten comida de restaurantes para quien no tiene quien les cocine.
?C¨®mo mantener motivados a 5.000 dabbawalas? "Gracias al trabajo de equipo, que crea un sentido de pertenencia, y a que no hay muchos niveles jer¨¢rquicos", asegura Medage. La mayor¨ªa de las empresas estudian sus estrategias en los libros y luego los implementan, pero los repartidores de Mumbai aprendieron el oficio y luego se convirtieron en caso de estudio, dice orgulloso. Hasta el a?o pasado se resist¨ªan a la tecnolog¨ªa. Ahora se puede pedir su servicio con un mensaje al m¨®vil o por correo electr¨®nico. Las telecomunicaciones son otro de los servicios baratos y confiables en India.
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