Desapasionado inter¨¦s por Aena
Los grupos de infraestructuras exigen mayor concreci¨®n para la privatizaci¨®n
Cuando que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero anunci¨® la privatizaci¨®n de la gesti¨®n de Aeropuertos Espa?oles de Navegaci¨®n A¨¦rea (Aena), dentro del paquete de medidas liberalizadoras para frenar la crisis econ¨®mica, el pulso de muchos grupos empresariales se aceler¨®. Principalmente, el de los conglomerados constructores, que han hecho del sector a¨¦reo uno de los campos elegidos dentro de la diversificaci¨®n iniciada hace ya varios ejercicios. Luego, visto en fr¨ªo, exigen mayor concreci¨®n para fijar posiciones, aunque reconocen inter¨¦s. Las cosas est¨¢n as¨ª:
Las empresas vienen reclamando desde hace tiempo que se d¨¦ ese paso, y parece que ahora Zapatero ha optado por hacerles el gui?o. La idea consiste en separar la navegaci¨®n a¨¦rea de la gesti¨®n de los aeropuertos. El control de la navegaci¨®n a¨¦rea seguir¨¢ en manos p¨²blicas, para lo que se crear¨¢ una nueva entidad. Para la segunda parte, se dar¨¢ entrada al capital privado en una nueva sociedad aeroportuaria en la que la mayor¨ªa sea de control p¨²blico (un 70%) y la participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. La privatizaci¨®n, seg¨²n la ministra del ramo, Magdalena ?lvarez, "servir¨¢ para mejorar la eficiencia de los aeropuertos, reduciendo los costes del transporte a¨¦reo y aumentando la calidad de servicio de los usuarios".
Pero la ministra no precis¨® muchos detalles. Por ejemplo, cu¨¢l ser¨¢ el papel de las comunidades aut¨®nomas; si el proceso se va a hacer aeropuerto por aeropuerto o si se har¨¢ por grupos (es decir, obligar a quedarse con aeropuertos deficitarios junto con los grandes); si la gesti¨®n la van a tener los socios privados, la Administraci¨®n o si la tiene que decidir ¨¦sta; incluso, si se est¨¢ pensando colocar la parte privatizada en Bolsa. Todo parece indicar que el anuncio fue precipitado, y que ?lvarez tiene ahora que enfrentarse al asunto con lo que hay.
El asunto, con tales inc¨®gnitas, no convence demasiado a los empresarios. Todos coinciden en subrayar que el citado cambio est¨¢ muy verde como para aventurar cualquier operaci¨®n. En cualquier caso, en el sector se prev¨¦ una bonita batalla. Algunos ya cuentan con experiencias fuera de Espa?a, como es el caso de Ferrovial, que gestiona la mayor parte de los aeropuertos brit¨¢nicos, y de Abertis, que lo hace en M¨¦xico, Chile y tambi¨¦n algunos brit¨¢nicos (Cardiff y Lutton). Otros, como FCC y Acciona, se han preparado desde hace tiempo, aunque su experiencia aeroportuaria se limita a la gesti¨®n de equipajes (handling). Hay otros m¨¢s, que estudian las posibilidades de incorporarse a la pelea, como Sacyr Vallehermoso y Obrascon, que cuentan con divisiones o filiales de gesti¨®n de infraestructuras.
Sobre los dos primeros parece que no existen dudas de que estar¨¢n en la puja, aunque el grupo que preside Rafael del Pino se encuentre en plena digesti¨®n de la negociaci¨®n de un pr¨¦stamo de casi 10.000 millones de euros para refinanciar la deuda de British Airport Authority (BAA), el operador brit¨¢nico de aeropuertos. Mientras, Abertis, a trav¨¦s de su filial TDI, lo contempla con cuidado. La sociedad que comparten La Caixa y ACS gestiona 13 aeropuertos mexicanos con la mayor¨ªa estatal. Esa posibilidad es la que m¨¢s gusta a la empresa que dirige Salvador Alemany. En realidad, todas las interesadas quieren esa opci¨®n por encima de cualquier otra.
Incluso, en el entorno sectorial, se ha apuntado que algunas compa?¨ªas a¨¦reas, agrupadas en alianzas poderosas (Oneworld, Skyline y Star Alliance), estar¨ªan interesadas. Pero, no son estos tiempos, con el queroseno por las nubes, para aventuras.
Lo cierto es que AENA es el mayor gestor aeroportuario del mundo, con 210 millones de pasajeros y 49 infraestructuras s¨®lo en Espa?a (se incorporar¨¢n Burgos y Le¨®n pr¨®ximamente), y visto as¨ª eso supone un apetitoso bocado. Los ingresos superan los 3.000 millones. Otra cosa es si se miran las tripas. No todos los aeropuertos son rentables y la deuda se ha disparado a casi 8.000 millones. Habr¨¢ que limpiar todo eso antes.
Fuerzas sociales y pol¨ªticas, por otro lado, han cuestionado la presencia de constructoras, porque auguran que programar¨¢n inversiones para ejecutarlas ellas. En su defensa, en el sector subrayan que no hay otros que se dediquen a esa actividad. Los sindicatos y algunos partidos nacionalistas ponen peros. Los primeros destacan sobre todo que esto se haga cuando en Bruselas se quiere impulsar el cielo ¨²nico europeo. En el segundo caso, partidos catalanes exigen que la Generalitat tenga derecho de veto en el aeropuerto de El Prat.
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