"No somos una secta, alimentamos sue?os realizables"
Durante m¨¢s de un siglo, Harley Davidson (HD) ha sido mucho m¨¢s que una moto. Se ha convertido en un mito contempor¨¢neo investido de un aura de leyenda y uno de los pocos productos USA aceptado por inconformistas, izquierdosos e intelectuales, por ser insignia de transgresores y rebeldes. Y de millonetis.
El jefe espa?ol de la Harley representa su nueva era: menos cuero, m¨¢s 'marketing'
Sin renunciar a lo que le ha conferido el imaginario colectivo, el director general de Harley Davidson Espa?a, Josep Gra?¨®, quiere sacar a la HD de su gueto. "No somos una secta; la HD est¨¢ ligada al mundo de las experiencias, a los interesados por algo especial, ¨²nico", comenta este joven de 36 a?os que ha trufado una minuciosa formaci¨®n (especializado en Estrategia Empresarial por ESADE) con una pasi¨®n desde la infancia en su Bellpuig (Lleida).
Nada m¨¢s verle queda claro que representa la nueva era HD, m¨¢s cerca del marketing que de chupas de cuero, melenas y coletas, botos tejanos y alg¨²n tatuaje. Sostiene que interesarse hoy por una HD tiene que ver con el restaurante elegido para el encuentro, situado en una casa-palacio del madrile?o barrio de Las Letras, con espacios dedicados al arte contempor¨¢neo y la alta cocina: "Aqu¨ª hay cultura, modernidad, exclusividad, y en la cocina un gran innovador; todo es muy HD", dice mientras mira arrobado unos chipirones en su tinta.
La marca anda de celebraciones. Cumple 105 a?os, y la fiesta es en Milwaukee (EE UU) y en Barcelona, que se convertir¨¢ entre el 10 el 13 de julio en la capital europea del mundo HD. "Ser¨¢ un gran evento, gratuito, y por fin abierto a todos", apunta Gra?¨®, que espera un desfile de cerca de 15.000 motocicletas, muchas customizadas y convertidas en valiosos objetos de arte. "El personalizar la moto es consustancial al propietario de una HD", dice Gra?¨®. ?l mismo es due?o de una colecci¨®n de motos antiguas junto a su hermano y su padre, quien trabajaba de joven en un taller de motos y le inocul¨® el placer sobre dos ruedas. De hecho, antes de llegar a HD pas¨® a?os en la espa?ola Derbi.
Hoy le ayuda a no apartarse de su pasi¨®n su mujer, quien no se anima a conducir motos. "Y apoyan desde arriba; mi jefe dice que hay que colocar a la mujer por encima de todo o ella tendr¨¢ un problema, que pasar¨¢ a ser mi problema y por tanto Harley tambi¨¦n tendr¨¢ un problema", dice. Ahora su objetivo es abrir la HD a la sociedad: "Las motos no son prohibitivas
[el modelo b¨¢sico, unos 8.000 euros], nosotros s¨®lo alimentamos sue?os que jugamos a realizar sin desmitificar, masificar o generalizar".
No ignora que muchos propietarios de HD son altos ejecutivos: "Pero los fines de semana no se afeitan, se sienten rebeldes, transgresores, conocen gente y viven una experiencia a la que cada vez se suman m¨¢s mujeres y j¨®venes", comenta el ¨²nico directivo HD en Espa?a que se apunta con su moto a los touring rides, los viajes organizados de d¨ªas, "y donde siempre paramos a comer en sitios de cocina excepcional". Eso s¨ª, sin alcohol, que no prueba ni cuando va en moto, ni cuando act¨²a como directivo de HD. Hoy s¨®lo ha olido un albari?o para aromatizar un huevo cocido a baja temperatura con pisto, pan con tomate y papada ib¨¦rica que degusta entre sonrisas. Eso es todo.

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