Taquicardia en el balc¨®n de Estafeta
El personal 'v¨ªa crucis' de Asun al ver correr cada d¨ªa a Carmelo, su compa?ero
Carmelo tiene 40 a?os y corre en los sanfermines desde los 12, cuando los ni?os todav¨ªa pod¨ªan hacerlo delante de las vaquillas. El 19 de agosto de 2007 fue literalmente empalado en un encierro de la localidad de Tafalla (Navarra). Este a?o ha vuelto a volar por las calles de Pamplona. Asun es su chica desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Y est¨¢ todo dicho.
Es normal que ella tenga el pu?o de su mano derecha apretado con fuerza mientras se asoma a un balc¨®n de la casa de su amiga Lorintxe. Son las 7.45 del jueves, 10 de julio de 2008. Cuarta planta del n¨²mero 29 de la calle de la Estafeta. Asun mira hacia abajo, buscando a su chico entre el trasiego de mozos. "Antes lo llevaba mejor. Despu¨¦s de su cornada le dije: 'Ya est¨¢ bien, ?no?'. Y su respuesta fue: 'El d¨ªa 7 del a?o que viene volver¨¦ a correr'. Tengo que ponerme en su lugar. Si ¨¦l me pidiese dejar algo que me apasiona, yo tampoco lo har¨ªa".
Habr¨ªa sido extremadamente dif¨ªcil que Carmelo y Asun no se conocieran. Entre los bajos de los n¨²meros 22 y 36 de Estafeta apenas distan cincuenta metros. Ella trabaja desde hace 16 a?os en el primero de los locales, elaborando junto a su hermana pastas exquisitas. ?l forma parte de la plantilla familiar de la librer¨ªa de su padre, frecuentada por muchos corredores.
Carmelo ha ejecutado carreras m¨ªticas por esta calle. Pero tambi¨¦n es un disfrut¨®n. Adem¨¢s de correr, le gusta comer y beber como Dios manda. Y se cuida lo que puede, sin dejar de vivir los sanfermines con intensidad. "Tambi¨¦n hay que estar con los amigos, no andar todo el d¨ªa pensando s¨®lo en el encierro".
"Ah¨ª llega". Son las 7.56. Asun divisa a Carmelo junto a su colega El Gallego. Antes de venir, ¨¦l se ha levantado a las 5.30 para cumplir con el reparto de peri¨®dicos. "Despu¨¦s vuelvo a la librer¨ªa y voy al ba?o varias veces. Nunca desayuno antes del encierro".
Pasan 55 segundos de las ocho. La manada enfila la calle de la Estafeta. Carmelo se santigua. Los toros de El Ventorrillo podr¨ªan haber tra¨ªdo c¨®modamente sentado a un mozo en cada una de sus astas. Eso s¨ª que son cuernos. Un joven vallisoletano resulta cogido en el muslo derecho. Carmelo ni se inmuta. Aguanta sin moverse a la altura del n¨²mero 22, junto a la tienda de Asun.
Ella parece tranquila, salvo por lo del pu?o derecho apretado. Llegan los cabestros y su novio trata de pegarse a ellos. Corre en paralelo hasta la librer¨ªa de su padre, pero la agrupaci¨®n de morlacos le supera antes de partirse en dos. "Los mansos van muy r¨¢pidos este a?o, parece como si les diesen guindillas", dir¨ªa m¨¢s tarde. "Yo tambi¨¦n creo que ahora es m¨¢s prudente", a?ade Asun.
La manada contin¨²a por Estafeta partida en dos y facilita el lucimiento de los mozos. Todo ha durado dos minutos y 37 segundos. Quedan seis heridos por traumatismos, adem¨¢s del corneado. Asun recoge a su chico para llevarle a desayunar. Todav¨ªa queda una pregunta por hacer.
-Carmelo, ?usted por qu¨¦ corre?
-Porque me gusta.
-Pero, ?qu¨¦ siente cuando coge toro, cuando se pone justo delante?
-Nada. No siento nada. S¨®lo emoci¨®n.
Cuatro retransmite los encierros a partir de las 7.25.
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