"El nacionalismo es tan s¨®lo un movimiento de ¨¦lites conservadoras"
En la Alemania nazi hubiese tenido muchos problemas: la hubieran incluido en las listas de degeneradas. Kurt Weill le proporcion¨® su primera identidad musical. No es la ¨²nica. Ute Lemper ha trabajado para J¨¦r?me Savary (Cabaret), Maurice B¨¦jart (La mort subite) y Pina Bausch (Kurt Weill Revue), qued¨® prendada de la chanson de Brel y Piaf, se acerc¨® a las obras de Tom Waits, Nick Cave y Elvis Costello, grab¨® sus propias composiciones, y particip¨® en el musical Chicago. Se proclama ciudadana del mundo y hace 10 a?os decidi¨® instalarse en Nueva York, donde se siente libre. "Por primera vez en mi vida he creado un peque?o hogar. Durante los quince a?os anteriores estuve movi¨¦ndome constantemente en el tri¨¢ngulo Londres, Par¨ªs, Berl¨ªn. Lo que me gust¨® de Nueva York es que, despu¨¦s de tres meses, yo ya era neoyorquina. La gente no te juzga, todos tenemos rostros diferentes, distintas maneras de comportarnos, y hay m¨¢s personas no normales que normales".
Vivi¨® all¨ª el fat¨ªdico 11-S. "Tras el suceso se produjo una impresionante solidaridad, pero a los dos meses empezaron a salir las banderas. El patriotismo lo intoxic¨® todo y, por supuesto, apareci¨® el miedo alimentado por los medios de comunicaci¨®n y este gilipollas de presidente".
Ute Lemper (M¨¹nster, 1963) dej¨® Europa cansada de los rebrotes del nacionalismo. Cuando viv¨ªa en Francia, le dio por arrancar unos carteles electorales de Le Pen. Ahora observa desde lejos las nuevas leyes para los inmigrantes y las medidas con los gitanos. "Es un esfuerzo desesperado por guardar algo de la vieja identidad nacional. Un paso atr¨¢s hacia la vieja conciencia de los a?os sesenta o setenta del siglo pasado cuando quedaba inequ¨ªvocamente determinada la identidad de una raza, un pa¨ªs, una religi¨®n... Pero es cuesti¨®n de tiempo, porque el futuro de la sociedad va a ser multicultural", asegura. "El nacionalismo es tan s¨®lo un movimiento de ¨¦lites conservadoras. Los que se ocupan de la pol¨ªtica son los mismos que tienen el poder econ¨®mico y colaboran con los ministerios de Cultura, Educaci¨®n y bla bla bla. Toda una red de privilegiados que determinan c¨®mo han de vivir las personas".
No soporta o¨ªr el himno alem¨¢n: "Me pongo mala. Y eso que la m¨²sica es buena. No comprendo por qu¨¦ se conserv¨®". Y se r¨ªe al saber que el espa?ol no tiene letra. "Estoy muy contenta de que los espa?oles hayan ganado la final del f¨²tbol. En mi casa ¨ªbamos todos con ellos", confiesa. Le obsesiona el silencio de los alemanes sobre lo que ocurri¨® en la Alemania nazi: "Pienso en ello todo el tiempo. No les hables de la guerra. Incluso los j¨®venes est¨¢n paralizados. Detesto que la vieja generaci¨®n quiera hablar de su propio sufrimiento, y si sacas el asunto de la ejecuci¨®n organizada de seis millones de seres humanos, ya no quieran hablar. Les ha tomado 55 a?os erigir un Memorial del Holocausto en Berl¨ªn. Yo hubiera querido cuando era joven que alguien me dijera 'esto es lo que ocurri¨®' y poder llorar".
"En el periodo maravilloso que se dio entre las dos guerras, el arte se hizo pol¨ªtico en todas sus dimensiones. Ahora, la m¨²sica es como un mueble. Entras en una habitaci¨®n, la arquitectura es perfecta y la m¨²sica contribuye a crear el ambiente. Ya no es un grito de supervivencia, de desesperaci¨®n. Se recompensa s¨®lo lo comercial. Todo est¨¢ globalizado por la televisi¨®n y la moda". Al o¨ªr hablar de Carla Bruni, r¨ªe burlona y suelta en franc¨¦s un "oh la la! Me parece muy distra¨ªdo leer sobre ello".
?Qu¨¦ puede encontrar un adolescente de hoy en las antiguas canciones de Brel o Ferr¨¦? "Puede encontrarse a s¨ª mismo. Si nunca ha escrito una carta de amor, de p¨¦rdida, en esas canciones puede descubrir su vida. Los momentos de felicidad y tambi¨¦n de desolaci¨®n", explica. "Los franceses aceptan muy bien la emoci¨®n de la gente diferente, de los parias con el coraz¨®n roto y sus imperfecciones. Los tratan bien porque sienten que el arte est¨¢ en ellos. Contrariamente a los norteamericanos, los franceses prefieren lo aut¨¦ntico al glamour. Aunque tambi¨¦n tengan a Coco Chanel"."Hoy la m¨²sica es como un mueble, ya no es un grito de supervivencia"
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