La luz que no se apaga
Hay aqu¨ª, como en tantas novelas negras, un crimen en un lugar cerrado, isla y c¨¢rcel, el campo de Guant¨¢namo: aparece en la bah¨ªa un muerto, sargento americano ahogado mientras nadaba de noche, o quiz¨¢ suicida, o v¨ªctima de un asesinato. Revere Falk, agente del FBI, investigar¨¢ el caso en medio de insalvables enredos que urden los mismos que le encargan la investigaci¨®n. Falk, arab¨®fono, es interrogador y, en el momento en que se le encomienda la misi¨®n policial, un prisionero yemen¨ª acaba de soltarle el nombre de su contacto con Al Qaeda, Hussey, palabra misteriosa que asume la funci¨®n que cumplen el anillo legendario o la carta lacrada en las novelas de Walter Scott. Para caldear el ambiente, llegan a Guant¨¢namo tres jefes de Washington con la tarea de "valorar la seguridad y eficacia" en sistemas de vigilancia e interrogatorios.
El prisionero de Guant¨¢namo
Dan Fesperman
Traducci¨®n de ?ngela P¨¦rez
RBA. Barcelona, 2008
368 p¨¢ginas. 20 euros
Dan Fesperman, periodista de Baltimore dedicado a conflictos internacionales, iba a la universidad en tiempos de la ca¨ªda del presidente Nixon, estaba en Jordania cuando la primera guerra del Golfo, en Berl¨ªn durante las guerras de Yugoslavia, y cerca de Afganist¨¢n y Pakist¨¢n en estos ¨²ltimos a?os. En El barco de los grandes pesares (RBA) imaginaba las andanzas de un polic¨ªa de Sarajevo, Vlado Petric, expatriado en Berl¨ªn y, por casualidad, tras la pista de croatas criminales en la II Guerra Mundial, amigos de los nazis, los americanos y la Iglesia cat¨®lica. Fesperman, que conoce Guant¨¢namo de una visita period¨ªstica, quiere ahora, en El prisionero de Guant¨¢namo, adivinar novelescamente c¨®mo podr¨ªan utilizarse las informaciones extra¨ªdas a los presos para fabricar y vender nuevas guerras, y, al mismo tiempo, justificar la existencia del campo de detenci¨®n. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si descubri¨¦ramos una trama entre Al Qaeda y Cuba?
El agente Falk, del FBI, est¨¢ atrapado en la atm¨®sfera del campo, lo verdaderamente interesante para el novelista Fesperman: la reuni¨®n de cientos de presos y miles de vigilantes, m¨¢s 120 interrogadores, traductores, ling¨¹istas y analistas, "un experimento psicol¨®gico sobre comportamiento bajo presi¨®n". Cautivos y carceleros se someten a estrictos sistemas de castas. El proletariado militar no se confunde con la oficialidad, los funcionarios de la CIA, el FBI, los mercenarios de las empresas privadas. Los prisioneros son clasificados por su nivel de peligro y colaboraci¨®n, recluidos en celdas min¨²sculas, bajo la luz que no se apaga, un s¨ªmbolo de Guant¨¢namo que ha llegado a convertirse en canci¨®n popular. Patti Smith, en Without chains, canta al prisionero "que sue?a encadenado, con las luces encendidas".
Fesperman imagina, incluso, c¨®mo ven la prisi¨®n los cubanos que miran desde fuera: alambradas dentro de las alambradas, "c¨ªrculos conc¨¦ntricos de cautividad", prisioneros en monos naranjas bajo focos anaranjados, "part¨ªculas radioactivas movi¨¦ndose en la platina de un microscopio". Y transcribe las enso?aciones del joven preso yemen¨ª, Adnan Al Hamdi, f¨¢bulas con hombres como serpientes y ratones, la pesadilla defensiva para combatir la pesadilla inevitable de la realidad. Pero El prisionero de Guant¨¢namo quiz¨¢ sea el agente Falk, de repente en peligro, perfilado seg¨²n los estereotipos de la novela de intriga: tuvo una mala infancia, un padre alcoh¨®lico, y es listo, serio y cuidadoso, buen funcionario, con las debilidades m¨ªnimas que lo humanizan. Fue marine, y una insensatez juvenil lo hizo fugazmente esp¨ªa cubano. Se habla de eso en los interrogatorios: la conexi¨®n cubana de un infante de marina que lleg¨® inveros¨ªmilmente al FBI. Su contacto habanero en Miami es el mejor personaje de la novela.
Falk bebe para aguantar, aunque no siente especiales molestias morales por el trabajo. Le fastidia la ineficacia de ciertos procedimientos de interrogatorio violento, pero se preocupa fundamentalmente de s¨ª mismo, que quiz¨¢ pase de interrogador a interrogado, y por su novia, interrogadora militar, que quiz¨¢ lo traiciona. Guant¨¢namo es un mundo bastante insano.
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