El ¨²ltimo suspiro
Sin haberse resuelto la crisis alimentaria, y a la espera de renovadas subidas en el precio del petr¨®leo y del gas y de nuevas y poderosas embestidas de la crisis financiera mundial, se va a volver a abrir ma?ana lunes, en Ginebra, las negociaciones de la llamada Ronda Doha, el ¨²nico lugar del mundo en el que, de verdad, se podr¨ªa poner freno al deterioro de la situaci¨®n humanitaria en los pa¨ªses menos desarrollados de la Tierra. Las negociaciones de Doha, es decir, de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), llevan siete a?os abiertas, sin que parezca todav¨ªa posible llegar a acuerdos sobre el acceso de los productos del Tercer Mundo (especialmente en agricultura) a los mercados de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, y, en sentido contrario, el grado de penetraci¨®n de los servicios y productos manufacturados en los pa¨ªses m¨¢s pobres.
El lunes comienza en Ginebra un nuevo intento de reactivar la Ronda Doha de comercio mundial
Francia, que lanz¨® con Espa?a una dura pol¨ªtica de inmigraci¨®n irregular, no quiere concesiones agr¨ªcolas nuevas a ?frica
Siete a?os es mucho tiempo para tener bloqueadas unas negociaciones que nacieron con el estupendo subt¨ªtulo de "Ronda para el Desarrollo". Todo el mundo sabe que de estas conversaciones depende mucho m¨¢s el posible bienestar de millones de personas en pa¨ªses poco desarrollados que de toda la ayuda humanitaria, donaciones y trabajo de ONG que se puedan acumular en los pr¨®ximos a?os. Los expertos calculan que, con la Agenda de Doha, los pa¨ªses en desarrollo podr¨ªan recibir recursos por valor de 2,5 billones de d¨®lares, "una cifra decisiva para provocar un cambio sustancial en las condiciones de vida de sus habitantes y de erradicar realmente la malnutrici¨®n y la miseria extrema", seg¨²n los economistas que elaboraron este a?o el llamado Consenso de Copenhague.
A la OMC pertenecen 152 miembros, pero a la reuni¨®n de ma?ana asistir¨¢n los representantes de 40 pa¨ªses, entre ellos, por supuesto, Estados Unidos y los de la Uni¨®n Europea, pero tambi¨¦n los important¨ªsimos India y Brasil, aut¨¦nticos gigantes en la batalla del comercio mundial. Pascal Lamy, el franc¨¦s de 61 a?os que ocupa la direcci¨®n general de la OMC, asegur¨® que no hubiera convocado esta reuni¨®n si no tuviera algunas posibilidades de ¨¦xito -"m¨¢s de un 50%", dijo-. En estos c¨¢lculos entra, probablemente, la idea de que ¨¦sta ser¨¢ la ¨²ltima en la que participar¨¢ la Administraci¨®n de George Bush, y los posibles temores de los otros miembros de la OMC a que la futura Administraci¨®n -sea la que presida Barack Obama o la que dirija John McCain- pueda ser, al menos inicialmente, todav¨ªa m¨¢s proteccionista que la anterior.
En cualquier caso, la reuni¨®n no comienza con muy buen pie por culpa del presidente franc¨¦s. Nicolas Sarkozy ha lanzado un duro ataque "preventivo" contra posibles nuevas concesiones de la Uni¨®n Europea en materia agr¨ªcola. El dirigente galo no tiene, por lo que se ve, grandes problemas en promover (junto con Espa?a, todo sea dicho) nuevas y m¨¢s estrictas pol¨ªticas de control de la inmigraci¨®n ilegal, procedente sobre todo de ?frica, y bloquear al mismo tiempo medidas que permitan abrir las fronteras europeas a los productos agr¨ªcolas de esos mismos pa¨ªses y ayuden a frenar ese ¨¦xodo. Sarkozy insinu¨® nada menos que el refer¨¦ndum sobre el nuevo Tratado de la Uni¨®n Europea celebrado en Irlanda se hab¨ªa perdido, precisamente, por el miedo de los agricultores irlandeses a que se eliminen los subsidios europeos. La acusaci¨®n fue muy mal acogida por el comisario encargado de las negociaciones con la OMC, el laborista brit¨¢nico Peter Mandelson, de 55 a?os, empe?ado en lograr una posici¨®n un¨¢nime de la UE en las conversaciones de Ginebra.
Mandelson pidi¨® a Francia que asuma sus responsabilidades como presidente de turno de la UE y permita una posici¨®n negociadora "¨²nica" y "razonable". El comisario brit¨¢nico (que fue uno de los impulsores del Nuevo Laborismo y ministro de Tony Blair en dos ocasiones) ironiz¨® en el International Herald Tribune sobre las negociaciones internacionales en general: "Si en siete a?os no hemos sido capaces de completar esta ronda sobre comercio, ?qu¨¦ se puede esperar de la idea de llegar a un acuerdo sobre el cambio clim¨¢tico?". En ayuda de Mandelson salieron cinco pa¨ªses de la UE (Chequia, Suecia, Estonia, Lituania y Eslovenia), cuyos ministros publicaron la semana pasada una carta conjunta recordando la situaci¨®n actual: "La econom¨ªa mundial hace frente a turbulencias e incertidumbres. El precio de los alimentos y del petr¨®leo sube sin pausa. Aumenta la inflaci¨®n, y las expectativas de crecimiento econ¨®mico de muchos pa¨ªses parecen agotadas". ?Favorecer¨¢n estas condiciones una posici¨®n m¨¢s flexible de la UE y de EE UU, m¨¢s necesitados de un nuevo empuj¨®n al comercio mundial? ?Ser¨¢n los pa¨ªses emergentes los que, presionados por la crisis, reduzcan sus posiciones? El optimismo de Lamy es relativo: 50%. Hay cinco d¨ªas para formalizar el esqueleto del acuerdo. Si se fracasa, asegura Mandelson, habr¨¢ que ir pensando en olvidarse de Doha. Para verg¨¹enza de todos.
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