La parrondada
El 9 de noviembre de 1083 tuvo lugar en Madrid una batalla contra los musulmanes (?qu¨¦ raro!) cuya victoria se atribuye a la Virgen. Desde entonces se celebra la fiesta de la Almudena.
El 2 de mayo de 1808, el pueblo madrile?o (a excepci¨®n de los afrancesados) sali¨® a la calle para pelear contra el invasor franc¨¦s (?qu¨¦ oportunidad perdida!). Desde entonces se celebran en Madrid las fiestas del Dos de Mayo.
En la madrugada del 28 de junio de 1969, en una calurosa Nueva York que recib¨ªa desde Par¨ªs los restos mortales de Judy Garland, la polic¨ªa irrump¨ªa en el bar Stonwall Inn, de ambiente gay, l¨¦sbico y transexual, con la excusa de controlar la venta ilegal de alcohol. Mientras afuera iba concentr¨¢ndose una muchedumbre, los clientes permanec¨ªan retenidos en el local. Se trataba de un cap¨ªtulo m¨¢s de acoso policial y abuso de autoridad hacia ese bar y esa comunidad, pero aquella noche de luto, con detenidos y heridos, encendi¨® una chispa que se convertir¨ªa, primero, en hito del movimiento de liberaci¨®n gay y, despu¨¦s, en efem¨¦ride a conmemorar en muchas ciudades del mundo como el D¨ªa del Orgullo Gay (o, con m¨¢s precisa y pol¨ªtica correcci¨®n, Orgullo LGTB). En Madrid, lo que sucedi¨® aquella noche neoyorquina en un bar de bollos, maricas y trans se ha convertido, de forma indiscutible, en su celebraci¨®n por excelencia: cada a?o, millones de personas festejan el Orgullo en las calles madrile?as, hasta el punto de haber hecho de aquella protesta la fiesta m¨¢s popular de esta ciudad.
Un grupo de personas de toda orientaci¨®n sexual llev¨® a cabo una 'besada' de protesta
El 17 de julio de 2008, a las nueve de la noche, un grupo de personas de toda orientaci¨®n y gusto sexual se concentr¨® en la madrile?a calle de Trujillos para llevar a cabo una besada de protesta ante la sidrer¨ªa Casa Parrondo, donde pocos d¨ªas antes tres lesbianas hab¨ªan sido insultadas, humilladas y expulsadas por su due?o, Nicol¨¢s Parrondo, reconocible por su gran mostacho y, en ese barrio, conocido entre los vecinos por sus malos modales, su prepotencia, su abuso del espacio p¨²blico y sus arengas a las puertas de su tasca asturiana contra una Espa?a echada a perder de gentuza. Los de esa calle aseguraron no extra?arse lo m¨¢s m¨ªnimo de que Parrondo acabara en los tribunales a los que le conducir¨ªan las ciudadanas lesbianas agraviadas, que se ve¨ªa venir. (Es lo que tienen los estados democr¨¢ticos frente a los reg¨ªmenes de bigotes).
Sucede que unos d¨ªas antes, Parrondo (Fachondo, lo llamaban ya) hab¨ªa invitado a las tres lesbianas a abandonar su bar porque dos de ellas se hab¨ªan dado un pico (?c¨®mo est¨¢ Espa?a!). La cosa se lio porque las del pico exigieron la hoja de reclamaciones, que les fue negada de forma reiterada y hasta que la polic¨ªa hizo acto de presencia. Menos mal que las fotos de las paredes no oyen, pues, si hubieran o¨ªdo las que en la tasca colgaban, regias, principescas, campeon¨ªsimas, probablemente don Nicol¨¢s (estos bigotudos siempre llevan el don: quiz¨¢ el mostacho se lo dejan para eso) no se habr¨ªa atrevido a gritar las palabras que dijo. (Es lo que tiene ese tipo de mostacho largo: que se ensucia con facilidad y se arrastra con servilismo). Quiz¨¢ despu¨¦s le viniera muy bien a don Nicol¨¢s para retorc¨¦rselo nervioso al ver c¨®mo abandonaban para siempre su local muchos clientes solidarios con las guarras, digo con las lesbianas, con las putas, digo con las lesbianas, con las cocain¨®manas, digo con las lesbianas, con las t¨ªas que ense?an las tetas, digo con las lesbianas (con tetas, claro). Tambi¨¦n fue siempre ocasi¨®n ideal para retorcerse los bigotes el estar sentado en un banquillo ante un juez. Ni que decir tiene si se trata de una juez lesbiana, digo una juez guarra, una juez puta, una juez cocain¨®mana, una juez que ense?a las tetas.
El caso es que aquella besada del 17 de julio fue un ¨¦xito, pues la Espa?a que Parrondo encontraba echada a perder en realidad estaba echada a ganar y no permiti¨® f¨¢cilmente cosas tan fachas y tan feas como la lesbofobia. Un ¨¦xito tal que las lesbianas agraviadas y sus afines, animadas tambi¨¦n por la cercan¨ªa de las celebraciones del Orgullo, cuyo lema de ese a?o era precisamente la visibilidad l¨¦sbica, acabaron toda la noche de parranda en Donde Pablo, un bar-restaurante de la plaza de Herradores adonde las condujo, cuando menos gayfriendly, su exquisito barman Juan Carlos. Y la besada del 17 de julio devino en una gran fiesta, porque era el tiempo en que las lesbianas celebraban, por ejemplo, que tienen tetas y que, de ah¨ª en adelante, los fachas con bigote lo iban a tener muy dif¨ªcil hasta en su propia tasca. Y desde aquel a?o de 2008, cada 17 de julio, se celebra en Madrid una gran fiesta l¨¦sbica: La Parrondada.
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