Gobierno y agentes sociales admiten que hay crisis y que empobrece el pa¨ªs

La palabra crisis ha dejado de ser anatema. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, estampar¨¢ su firma el pr¨®ximo martes en un documento que reconoce abiertamente que la crisis est¨¢ empobreciendo el pa¨ªs. Se trata de la declaraci¨®n que sentar¨¢ las bases del di¨¢logo social para toda la legislatura, un texto que firmar¨¢n, con el m¨¢ximo rango protocolario, los l¨ªderes de la patronal y de los sindicatos en La Moncloa. La principal novedad es que se omite una de las grandes pretensiones de la patronal para salir del bache: la aplicaci¨®n de reformas laborales.

Queda aparcada la posibilidad de que el Estado garantice el acceso al cr¨¦dito

La declaraci¨®n del di¨¢logo social, que suscribir¨¢n el secretario general de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez; el de Comisiones Obreras, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo; el presidente de la CEOE, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, y el de Cepyme, Jes¨²s B¨¢rcenas, arranca con un diagn¨®stico contundente de la coyuntura: "La crisis se est¨¢ reflejando en un significativo aumento del desempleo, un incremento de las dificultades de acceso al cr¨¦dito, unos tipos de inter¨¦s m¨¢s elevados, una importante desaceleraci¨®n del consumo, un contexto elevado de endeudamiento de empresas y familias [...], lo cual genera empobrecimiento de nuestro pa¨ªs".

Entre las recetas para contrarrestarlo no figura reforma laboral alguna. El motivo es el reconocimiento de que la crisis no tiene origen laboral. Por tanto, las soluciones deben buscarse en otros terrenos, no en la flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo. Esa condici¨®n -no figura expresamente en el texto, pero as¨ª se ha acordado en las reuniones previas- ha provocado tensiones en la patronal. Aunque todos han aceptado hacerse la foto en La Moncloa, una parte de la CEOE es reacia a pactar un texto que elude las reformas laborales. Flexibilidad es precisamente lo que han reclamado al Ejecutivo los 22 expertos convocados el pasado jueves por la Oficina Econ¨®mica del Gobierno.

Aunque sin reformas laborales, el mercado de trabajo es considerado una prioridad. Se pretende reformar los servicios p¨²blicos de empleo, mejorar las pol¨ªticas activas, facilitar la inserci¨®n de los j¨®venes en el mercado y fortalecer la inspecci¨®n de trabajo para que combata mejor la siniestralidad.

Con la firma de este documento antes de las vacaciones, Zapatero pretende trasladar la impresi¨®n de que ha tomado las riendas de la econom¨ªa de la mano de sus principales actores: empresarios y trabajadores. Desde que el pasado 18 de junio abri¨® la ronda del di¨¢logo social, el presidente se ha designado como garante de este proceso, en lugar de ceder el protagonismo al ministro de Trabajo e Inmigraci¨®n, Celestino Corbacho.

Precisamente la dureza del discurso que mantiene Corbacho respecto a la inmigraci¨®n ha quedado desterrada del documento de La Moncloa. El tono es similar al mantenido en la declaraci¨®n que ya firm¨® Zapatero con los agentes sociales en 2004. La llegada de extranjeros se vincula a las necesidades del mercado laboral.

Tambi¨¦n ha quedado fuera del texto la posibilidad de que el Estado garantice a las empresas el acceso al cr¨¦dito, como en alg¨²n momento sugiri¨® la CEOE. Finalmente, se reconoce la necesidad de buscar f¨®rmulas para facilitar ese recurso a la financiaci¨®n, aunque sin mencionar el sector p¨²blico.

La importancia que Zapatero otorga a los agentes sociales en esta ¨¦poca de turbulencias se refleja en el compromiso que adquiere por escrito de someter a consulta o negociaci¨®n -seg¨²n la materia- la mayor parte de las reformas que se vayan a abordar: pol¨ªtica industrial, infraestructuras, sanidad, servicios, competencia...

S¨®lo habr¨¢ un elemento que los agentes sociales abordar¨¢n en solitario: la negociaci¨®n colectiva. El documento alude a la voluntad de reformarla en esta ronda de di¨¢logo, aunque sin la intervenci¨®n del Ejecutivo.