El vigilante de las ruinas
Le¨ªa las noticias en la playa de Rota como quien ve girar la Tierra desde otro planeta, y no sab¨ªa qu¨¦ le resultaba m¨¢s raro, si el modo en que los bancos lloran mientras se enriquecen en medio de la crisis o la forma en que el ministro de Industria, Turismo y Comercio quiere combatirla: los del Santander, el BBVA y Caja Madrid se quejan porque s¨®lo han ganado 4.730, 3.108 y 1.084 millones de euros entre enero y junio, y Miguel Sebasti¨¢n sugiere que el problema se arregla bajando la velocidad de 120 a 100 kil¨®metros por hora en los accesos a las ciudades y abriendo el metro los fines de semana por la noche.
"O sea, que la econom¨ªa es la econosuya, como siempre, porque el dinero puede cambiar de manos, pero nunca cambia de due?o", se dijo Juan Urbano, mientras se aguantaba las ganas de pedir un segundo caf¨¦ en el bar donde estaba desayunando, por ahorrarse un euro con cincuenta. Claro, es que cuando las cosas se ponen de color hormiga hay que cambiar de marcha, pisar el freno y reducir la velocidad, los d¨ªas de vacaciones y la raci¨®n de comida, porque si no las monedas se nos van a volver cuadradas a la hora de subir la cuesta de septiembre.
Los pol¨ªticos nunca suben, van hacia abajo y a favor de la corriente, tanto a la ida como a la vuelta
Los pol¨ªticos, sin embargo, nunca suben, siempre van hacia abajo y a favor de la corriente, tanto a la ida como a la vuelta, y si para conseguirlo hace falta volver a prometer lo que ya prometieron, pues se hace y punto. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, acaba de anunciar que va a convertir la antigua f¨¢brica de ascensores de Boetticher y Navarro, levantada a principios del siglo pasado en Villaverde y que lleva abandonada desde 1993, en un centro de nuevas tecnolog¨ªas. Es verdad que ya lo hicieron hace dos a?os y que entonces aseguraron que la obra estar¨ªa acabada en este 2008 que ya casi est¨¢ march¨¢ndoseles de la estaci¨®n; pero ?y qu¨¦? No pasa nada, se nos vuelve a poner otra ronda de lo mismo y, si hay suerte, quiz¨¢s esta vez haya algo dentro de los vasos.
Naturalmente, el proyecto incluye enormes zonas verdes y la construcci¨®n de 550 viviendas que, sin duda, no van a ser de protecci¨®n oficial y que ayudar¨¢n a combatir la crisis inmobiliaria igual que la combate el Gobierno, que es ayudando a los constructores como nunca ayudaron a los ciudadanos que intentan ganar la costa nadando por una hipoteca llena de cocodrilos, pero nada de eso llam¨® la atenci¨®n de Juan Urbano, sino la historia de un hombre que vive en ese edificio abandonado, entre las ruinas, y que afirma que seguir¨¢ all¨ª hasta que lleguen las hormigoneras y las excavadoras, si es que esta vez llegan, porque a menudo la realidad se parece a esos versos de ?ngel Gonz¨¢lez que dicen: "Te llaman porvenir / porque no vienes nunca".
El caso de ese hombre, que vino de Nigeria a Espa?a en busca de un futuro sin saber que el porvenir no estaba lleno de oportunidades sino de escombros, le record¨® mucho a Juan Urbano al de otro hombre que hab¨ªa conocido en Nicaragua y que trabajaba como vigilante de la catedral de Managua, que tiene unas grietas inmensas que le abri¨® el terremoto de 1972 y desde entonces est¨¢ a punto de caerse. Cuando estuvo all¨ª, le pregunt¨® a ese hombre si pod¨ªa entrar a ver la iglesia, y el otro le respondi¨® que estaba prohibido, porque resultaba muy peligroso. "?Y qu¨¦ hace usted dentro?", le dijo. Y el otro contest¨®, desde detr¨¢s de la reja de la entrada: "?Pues qu¨¦ voy a hacer? Mirar al techo, para dar la alarma si empieza a caerse".
A Juan Urbano le gustar¨ªa que contrataran a ese hombre nigeriano como vigilante de la obra que transformar¨¢ la antigua f¨¢brica de Boetticher y Navarro en un centro de nuevas tecnolog¨ªas, porque ¨¦se ser¨ªa un hermoso final para esta historia. Seguro que lo har¨ªa bien.
Apur¨® su ¨²nico caf¨¦ posible y se baj¨® a terminar de leer el peri¨®dico a la playa, que de momento es gratis. Qu¨¦ mundo ¨¦ste, pens¨®: los beneficios suben, la velocidad baja y las promesas est¨¢n siempre en el mismo sitio. Pero si algunas cosas empiezan a salir de entre las ruinas y a algunos seres humanos se les rescata de entre ellas, quiz¨¢s estamos en el buen camino.
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