"Me hacen la vida imposible"
El entorno 'abertzale' se ha ensa?ado con un militante del PP en Bilbao tras verle en televisi¨®n con Aznar en 1998
Parece un d¨ªa cualquiera en el bar de Modesto Fern¨¢ndez. Los clientes departen sobre el calor mientras el due?o del local hace las cuentas, como si nada hubiese ocurrido el mi¨¦rcoles pasado. Como si cuatro encapuchados no hubieran atacado con un c¨®ctel m¨®lotov el coche de este militante "de toda la vida" del PP, que ejerce de representante de la formaci¨®n en el consejo de distrito de Santutxu, un barrio de Bilbao en el que la izquierda abertzale mantiene una arraigada presencia. Como si no tuviese que llevar escolta desde el a?o 2000, cuando su nombre apareci¨® en alguna lista de objetivos de ETA.
La historia de este hombre de 61 a?os, de origen gallego, es la del surrealismo al que se enfrentan los amenazados, frente a unos radicales que les tildan de fascistas y a continuaci¨®n pintan una diana con su nombre. Fern¨¢ndez asegura que le han destrozado la vida. "Mi mujer tiene un trastorno psicol¨®gico, mi hija tuvo que vivir fuera varios a?os y yo, que quer¨ªa abrir una franquicia de locales y un servicio de comidas, me tengo que conformar con este bar", resume.
Ni el PNV ni el Ejecutivo vasco le han llamado tras la quema de su coche
Unos amigos le avisaron el mi¨¦rcoles por la noche que su Audi estaba ardiendo. "Lo apagamos como pudimos con un par de chaquetas". Hicieron lo mismo con el cajero de Caixa Galicia situado a unos metros, tambi¨¦n atacado. Ya van muchos disgustos, cuenta. En enero de 1999, su cafeter¨ªa acab¨® destrozada por las llamas. "Creo que todo empez¨® cuando me vieron en la televisi¨®n con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en La Moncloa", relata. Unos meses antes del incendio, en 1998, el entonces presidente de Gobierno invit¨® a varios cargos y afiliados del PP vasco a una de sus recepciones. Sali¨® a la derecha de Aznar. Era f¨¢cil reconocerle. Desde entonces, se siente vigilado. "Intentan hacerme la vida imposible para que termine haciendo las maletas y me vaya", explica. Le ven como un extranjero en el barrio, aunque lleve ah¨ª m¨¢s a?os que muchos de sus acosadores. El incidente m¨¢s reciente fue la semana pasada. Entre diez y veinte radicales se plantaron en la puerta y escenificaron una corrida en la que uno hac¨ªa de guardia civil persiguiendo a un toro, mientras los dem¨¢s se divert¨ªan escupiendo a los clientes que sal¨ªan del bar.
Fern¨¢ndez recibi¨® varias llamadas de sus compa?eros del PP. Tambi¨¦n le llam¨® el concejal del PSE en su zona para solidarizarse. Nadie del Gobierno vasco, ni del PNV, se ha puesto en contacto con ¨¦l. "Ni han llamado, ni llamar¨¢n", asevera. Las muestras de cari?o que recibe de sus vecinos suelen ser discretas, en privado. A muchos les puede el miedo, afirma. Y los entiende, porque nadie quiere ver su nombre cercado por una diana.
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